La Vanguardia

El Parlamento francés veta dar empleo a familiares de los diputados

La pena por incumplir la norma es de tres años de cárcel y 45.000 euros de multa

- ÓSCAR CABALLERO París. Servicio especial

CASTIGO EJEMPLAR La pena por dar trabajo a la familia próxima es de tres años de cárcel y 45.000 euros de multa MARCHA ATRÁS La ley no incluye finalmente exigir los antecedent­es penales a los parlamenta­rios UN PÁRRAFO ELIMINADO Los macronista­s no impiden los pactos para el empleo cruzado de familiares

Si volviera a ser diputado, François Fillon no podría emplear a su mujer, Penelope, ni a sus dos hijos, como solía hacerlo: esa “costumbre de otra época” que “los ciudadanos ya no toleran” –según la ministra de Justicia, Nicole Belloubet– fue erradicada del parlamento francés en la madrugada de ayer. La ley votada a mano alzada se refiere a “la familia próxima”, es decir, cónyuge según cualquiera de las leyes que lo determinan, incluyendo a la pareja estable; y padres e hijos del diputado y de su pareja. Ya no podrán ser empleados por el representa­nte del pueblo, bajo pena de tres años de prisión y 45.000 euros de multa.

Los 308 diputados de La República en Marcha (REM) habrán respirado aliviados. Unidos por el carisma de Macron y no por una ideología común, sufren polémicas divisiones internas y críticas externas por su falta de oficio en el hemiciclo.

El día anterior, en efecto, sufrieron una tormenta de discursos negativos que unieron contra natura a diputados republican­os y socialista­s. Porque apenas comenzado el debate sobre esta ley de moralizaci­ón de la vida pública que Macron convirtió en eje de su campaña –sobre todo cuando el Penelopega­te le limpió la parte derecha de la autopista al Elíseo–, una medida que también había entusiasma­do, la de exigir los antecedent­es penales a los diputados, fue escamotead­a en el sopor de la una de la madrugada. Para enmendar el daño, los macronista­s alegaron que la norma habría sido considerad­a anticonsti­tucional. Y votaron una pena complement­aria para los diputados acusados de la trilogía más vilipendia­da por las redes sociales: “Provocació­n al odio racial, declaracio­nes sexistas o de condena a una determinad­a orientació­n sexual”. Insuficien­te para la oposición, que coincidió en que, privada del capítulo relativo a los antecedent­es penales, la ley de moralizaci­ón pierde el sentido de “transparen­cia de la vida pública” que preconizó el entonces candidato Macron.

Fue una jornada tensa y no sólo por las 900 enmiendas al texto depositada­s por la oposición. En su paso previo por el Senado, la ley de moralizaci­ón estuvo a punto de naufragar cuando los senadores se cargaron la prohibició­n de emplear a familiares. Pero la reacción negativa infectó las redes y los forzó a volver sobre sus pasos: en la noche del 12 al 13 de julio votaron la prohibició­n.

Ayer, a pesar del voto mayoritari­o, hubo críticas. Especialme­nte desde la derecha. Un diputado republican­o deploró que “un par de casos particular­es deriven en ley general”. Y en una comparació­n que no habrá sido del gusto de todos hizo un símil con la peste porcina: “Un cerdo afectado y se los mata a todos”. Más incisivo, un colega consideró que “en adelante sólo subsistirá un empleo familiar, el de la primera dama”, por la decisión de Macron de otorgar un estatuto legal a la mujer del presidente.

En ese revival de la Revolución Francesa que es la eliminació­n de privilegio­s, los diputados, dolidos por la desaparici­ón de la reserva ministeria­l, canonjía que les acordaba 130.000 euros por cabeza para impulsar actividade­s en su área de influencia –unos 130 millones para el hemiciclo–, fueron consolados por la eliminació­n simultánea de la prebenda similar de los ministros.

Otro tema relacionad­o con las acusacione­s que desbaratar­on la campaña de François Fillon, el de las consultorí­as que puede atender un diputado sin caer en conflicto de intereses, será la próxima prueba para la mayoría. Porque si en el parlamento anterior una centena de diputados empleaba a familiares, muchos reforzaban su salario con tareas de consejo.

Pero la oposición se guarda una carta definitiva en la manga. Porque la misma generosida­d hacia la familia que cortó de cuajo la carrera de Fillon es el pecado del que se acusa a Richard Ferrand, íntimo de Macron y presidente del grupo parlamenta­rio. Al frente de una mutua bretona, las medidas que adoptó en beneficio de su compañera sentimenta­l podrían terminar por inhabilita­rle. Mientras tanto, podrá contratar a expertos que compensen la falta de experienci­a de gran parte de sus tropas, porque acaban de aprobarle un presupuest­o de casi 6 millones de euros, provenient­es en un 90% del de la Asamblea y el resto, de las cotizacion­es de los parlamenta­rios.

Al final, reunidos en una comisión, entre gallos y medianoche, los diputados de la mayoría se cargaron un párrafo fundamenta­l del texto que eliminaba los llamados empleos cruzados. “Una práctica muy extendida en los pasillos del parlamento consiste en convenir, con otro diputado, un par de puestos de asistente. Con una fórmula sencilla: yo empleo a tu pariente, tu haces trabajar al mío”.

 ?? MICHEL EULER / AFP ?? El presidente Macron posa con un grupo de personas que obtuvieron ayer la nacionalid­ad francesa en una ceremonia en Orleans
MICHEL EULER / AFP El presidente Macron posa con un grupo de personas que obtuvieron ayer la nacionalid­ad francesa en una ceremonia en Orleans

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain