La Vanguardia

El último héroe de Ucrania

Poroshenko revoca la ciudadanía a su antiguo socio, el expresiden­te de Georgia Mijaíl Saakashvil­i

- GONZALO ARAGONÉS Moscú. Correspons­al

Yo te lo di y yo te lo quito. Con esta frase se puede resumir la relación política que han mantenido en los dos últimos años el presidente proocciden­tal de Ucrania, Petró Poroshenko, y el expresiden­te de Georgia Mijaíl Saakashvil­i. Este último se incorporó a la vida pública ucraniana en el 2015, y el propio Poroshenko le entregó el pasaporte que le acreditaba como ciudadano de pleno derecho. Pero ese capítulo ha terminado abruptamen­te. Poroshenko ha revocado la ciudadanía ucraniana a su antiguo amigo, lo que ha provocado un escándalo político en el país.

La veterana Yulia Timoshenko, que lidera el movimiento opositor Batkivshin­a, acusó al presidente de juego sucio para “mantenerse en el poder cueste lo que cueste” al intentar librarse de un potencial rival.

Tampoco ha gustado que se quitase a Saakashvil­i el pasaporte cuando este se encontraba fuera del país, en Estados Unidos. Incluso se ha criticado esto desde las propias filas del partido de Poroshenko. El diputado Serhiy Léschenko ha dicho que resulta “despreciab­le”. El politólogo Ígor Petruj cree que con esta decisión “el Gobierno demuestra mezquindad, cobardía y maldad. En la mejor tradición soviética”.

“Es la cosa más estúpida que a uno se le puede ocurrir, un signo de debilidad que no es propio de un presidente de Ucrania”, ha dicho Mustafá Nayyem, también diputado del Bloque de Poroshenko. “Podemos no estar de acuerdo con Mijaíl, a algunos puede no gustarle, pero está en nuestro lado de las barricadas civilizada­s. Cualquiera puede ganar en esta lucha entre los dos presidente­s, pero que no será Ucrania”.

Conocidos desde sus tiempos universita­rios, Poroshenko fichó a Saakashvil­i hace dos años. Carismátic­o, con un léxico lleno de agresivos calificati­vos contra Rusia, con la que libró una corta guerra en agosto del 2008, cuando era presidente de Georgia, parecía el hombre perfecto en un momento álgido del enfrentami­ento con el Kremlin por la anexión de la península de Crimea y la guerra en el este de Ucrania contra los separatist­as prorrusos.

Poroshenko le presentó como el héroe que en ese momento necesitaba el país y le nombró gobernador de la estratégic­a provincia de Odesa, en el mar Negro. Pero en los últimos años la relación se deterioró de forma irreversib­le. En noviembre pasado, Saakashvil­i dimitió y acusó al presidente ucraniano de frenar sus políticas anticorrup­ción y de plegarse a los deseos de los oligarcas ucranianos.

En los últimos meses Saakashvil­i ha intentado tejer una alianza con varios partidos de la oposición, y no ocultaba sus aspiracion­es. “Ha llevado a cabo una campaña de relaciones públicas llamativa e intensa, a través de la televisión, donde ha criticado activament­e e incluso ha intentado ofender al presidente”, ha explicado en la emisora rusa BusinessFM Ruslán Bórtnik, director del Instituto Ucraniano de Análisis y Dirección Política.

Tampoco se descarta en Kíev que el presidente ucraniano decidiera deshacerse de su antiguo amigo porque se había convertido en una persona demasiado desagradab­le desde un punto de vista personal. Y es cierto que el expresiden­te de Georgia, que lideró allí la revolución de las rosas del 2003, es capaz de sacar de sus casillas a cualquiera.

Oficialmen­te, el servicio de Inmigració­n ucraniano explicó el miércoles que la ciudadanía se le revocó porque al solicitar el pasaporte Saakashvil­i mintió al decir que no estaba bajo investigac­ión en Ucrania o fuera del país. Era de conocimien­to público, sin embargo, que el Gobierno de Georgia había emitido una orden de detención contra él porque quiere juzgarlo por supuestas irregulari­dades durante sus años de gobierno. Además, le retiró el pasaporte georgiano poco después de que Poroshenko le recibiera con los brazos abiertos.

Saakashvil­i ya no es ni ucraniano ni georgiano, y en Kíev creen que tendrá que quedarse en EE.UU. Pero él asegura que no lo hará. “He vivido en Ucrania más de trece años y participad­o en tres revolucion­es. Yo sólo tengo una ciudadanía: Ucrania. Intentan convertirm­e en un refugiado, pero esto no ocurrirá. ¡Voy a luchar por mi derecho a volver a Ucrania!”, dijo ayer en un mensaje en vídeo.

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presentaba en sociedad a Saakashvil­i como gobernador de Odessa en mayo del 2015
MYKOLA LAZARENKO / AP Aquí, el gobernador. El presidente Petró Poroshenko presentaba en sociedad a Saakashvil­i como gobernador de Odessa en mayo del 2015
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