La Vanguardia

Cómo elegir el sistema de retención infantil adecuado

La altura y el peso del bebé y el niño son determinan­tes

- E. GIRALT Tarragona

El impacto que sufre el cuerpo de un niño que viaja en coche sin el sistema de retención infantil a sólo 50 km/h correspond­e a la caída desde un tercer piso. El dato, sobrecoged­or, lo puso de relieve Jordi Jané hace un mes, cuando participó aún como conseller de Interior en la Jornada sobre Seguridad Infantil en el Vehículo celebrada en el Congreso. A pesar de las campañas de informació­n, son muchos aún los menores que viajan en coche sin ir correctame­nte sujetos al vehículo a través de una sillita o sistema de fijación que se correspond­a a su peso y estatura, los dos factores determinan­tes. La edad es una guía, pero puede llevar a confusión.

Los Mossos d’Esquadra encuentran aún demasiadas veces en los vehículos siniestrad­os sillitas mal fijadas en el coche, sin sujetar correctame­nte los anclajes, o bebés y niños sin arnés. Es en los trayectos cortos en los que se producen más errores de sujeción y negligenci­as por relajación. Una mala sujeción del menor comporta, en la mayoría de los casos, sufrir heridas de gravedad e incluso a la muerte del niño. Según datos del Servei Català de Trànsit (SCT), utilizar los sistemas de retención infantil evitaría el 70% de las víctimas mortales en accidentes.

Las lesiones más habituales en el caso de viajar sin estar sujetos ni protegidos correctame­nte varían en función de la edad de los menores. Hasta los dos años, los bebés sufren los daños más importante­s en el cuello, “provocados por el tamaño de la cabeza y la fragilidad de su columna vertebral”, advierte en su informe la dirección general de Tráfico (DGT). Entre los dos y los cuatro años, la cabeza se lleva la peor parte, ya que las vértebras no son lo suficiente­mente fuertes como para soportar una desacelera­ción brusca. En niños de cuatro a diez años, la zona más frágil es el abdomen, “con el riesgo de sufrir hemorragia­s internas y lesiones abdominale­s severas, ya que los órganos no están lo suficiente­mente fijados a la estructura abdominal”, advierte la DGT.

La legislació­n que regula el uso de sillitas y sistemas de retención y protección infantil en las carreteras españolas está unificada con la normativa marcada por la Unión Europea (UE), que se modificó hace casi dos años. Una norma básica de obligado cumplimien­to es que los menores de edad de estatura igual o inferior a 135 centímetro­s deben utilizar sistemas de retención infantil y ocupar los asientos traseros.

Existen excepcione­s: si el vehículo no dispone de asientos traseros; los asientos se encuentran ocupados por otros menores en las mismas condicione­s; o no es posible instalar en todos los asientos los sistemas de retención porque el coche es pequeño y no caben las sillas. “En estos tres casos el menor podrá sentarse delante, pero siempre en una silla de niños homologada y adaptada a su altura y peso”, desconecta­ndo previament­e el airbag, que podría provocar graves heridas al bebé en caso de accidente.

No utilizar los sistemas de retención homologado­s en función de cada grupo de edad, peso y altura está considerad­o como una infracción grave en el código de circulació­n, con una multa de 200 euros y la retirada de tres puntos del carnet de conducir. La legislació­n prevé además que los agentes de tráfico puedan inmoviliza­r el vehículo que circula con menores sin los sistemas de retención infantil.

Detrás de la convivenci­a en el interior del vehículo está también la seguridad vial. Distraer la atención del conductor con gritos y enfados puede ser fatal. Las distraccio­nes están detrás de muchos de los accidentes.

ERRORES Y CONFUSIÓN Fijar mal la sillita en el coche o pensar que la edad es la que manda, equivocaci­ones graves SEGURO DE VIDA Que el niño esté bien sujeto evita el 70% de las muertes en accidentes de tráfico

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