La retirada de unas terrazas en Mandri enerva a los restauradores
Hosteleros y oposición acusan al gobierno de Colau de falta de diálogo a la hora de reformar la ordenanza de veladores
La retirada de varias mesas y sillas de dos terrazas de la calle Mandri, en el distrito de Sarrià-Sant Gervasi, enrareció ayer las negociaciones que mantiene el gobierno de la alcaldesa Ada Colau con los grupos de la oposición y los restauradores de la ciudad para tratar de cerrar un principio de acuerdo sobre la modificación de la ordenanza de veladores y su aplicación. El objetivo declarado del gobierno municipal es alcanzar un acuerdo político antes de las vacaciones, reunir una mayoría de concejales que permita que el nuevo texto entre en vigor durante el presente año. Pero lo cierto es que faltan pocos días para que llegue agosto. Además, las asociaciones de vecinos tampoco están satisfechas. Esta misma semana, después de que una sentencia ratificara que no se puede reducir el horario de las terrazas de la calle Blai, exigían al Ayuntamiento que el nuevo texto garantice los intereses generales, “y no los privados”.
A primera hora de la mañana de ayer varios operarios municipales acudieron a dos establecimientos de la calle Mandri. De uno se llevaron las seis mesas de su terraza y también las jardineras, y del otro cuatro de las seis mesas que ofrecía. El socialista Daniel Mòdol, el concejal del distrito de Sarrià-Sant Gervasí, y también edil de Paisaje Urbano, precisamente el encargado de reformar la ordenanza de veladores, explicó que uno de estos negocios carecía de licencia y que el otro desplegaba el doble de mesas y sillas de las autorizadas. “Todas las actividades económicas deben cumplir las normas –agregó Mòdol–, al margen de que se trate de terrazas y de la calle donde estén situadas. Seguiremos retirando los veladores que incumplan la normativa”.
Eduald Lligoña, abogado de la asociación de restauradores de la calle Mandri, replicó que estos negocios quedaron fuera de la norma debido a la aplicación de la ordenanza que ahora se está revisando. “Todo esto genera inquietud entre los hosteleros de Mandri. Tienen las mesas que tuvieron siempre, pero la aplicación de la ordenanza es muy restrictiva. El concejal nos dijo que el Ayuntamiento elaboraría una distribución previa que regularizaría la realidad. Pero al cabo de siete meses está pasando lo opuesto. Tenemos el apoyo de vecinos y comercios. Además, la notificación de la retirada llegó tan deprisa que no dio tiempo a recurrirla”.
El Gremi de Restauració entiende que se trata de un problema de voluntad política. “Nos preocupa mucho la deriva anti terrazas que está tomando el Ayuntamiento en plena temporada de verano”, dijo Roger Pallarols, director del Gremi.
En las filas de la oposición, Carina Mejías, edil de Ciutadans, subrayó que el gobierno municipal lleva todo el mandato “incapaz de solucionar un conflicto enquistado”. Y el popular Alberto Fernández pidió a la alcaldesa Ada Colau y a su socio de gobierno el socialista Jaume Collboni que reemprendan el diálogo con los hosteleros y doten a la calle Mandri de una ordenación singular.
Los afectados denuncian que el Ayuntamiento les prometió normalizar su situación