Accidente de tren.
Tres heridos graves en la colisión que sacudió ayer la estación de França de Barcelona
Un convoy de Rodalies chocó ayer, por causas que todavía no se han determinado, contra los topes del final de la vía de la estación de Francia de Barcelona. El accidente provocó 56 heridos, tres de ellos de gravedad.
Tres personas permanecen ingresadas en diferentes centros hospitalarios con heridas graves, aunque no se teme por su vida, a causa del choque de ayer por la mañana de un tren de cercanías contra el tope de una de las vías de la estación de França de Barcelona. De los 70 viajeros que iban a bordo, 56 tuvieron que ser atendidos, entre ellos el maquinista. Por la tarde se había dado el alta a 44 de ellos. Los Mossos d’Esquadra inspeccionaron el convoy accidentado y sacaron los dos registradores jurídicos –similares a las “cajas negras” de los aviones– para avanzar en la investigación que coordina la Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios (CIAF), órgano independiente del Ministerio de Fomento.
Asimismo, la policía tomó declamitación ración al maquinista, cuyas pruebas de drogas y alcoholemia dieron negativo. Las personas que le atendieron en un primer momento apuntaron que lo habían sacado de la cabina inconsciente, aunque nadie pudo precisar si el desmayo fue debido al encontronazo o ya se produjo antes. Este es uno de los datos determinantes para poder establecer las causas del siniestro. Si no ha sido un fallo humano, será técnico y en eso tendrán mucho que decir el análisis de los registros del tren, que ofrecerán información sobre la velocidad y el comportamiento de la máquina, incluido el sistema de frenado.
El ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, concretó que el convoy había pasado la última revisión recientemente, el pasado día 18, y que el maquinista, de 31 años, suma siete de experiencia en el manejo de trenes de Rodalies en Catalunya. También precisó que las balizas que limitan la velocidad en el recorrido de aproximación a la estación funcionaron correctamente. En el tramo final donde se produjo el accidente, la desaceleración del tren queda en manos del maquinista, sin ningún tipo de li- automática. La alarma saltó a las 7.15 de la mañana cuando un tren Civia (los más modernos de Rodalies), con composición doble procedente de Sant Vicenç Calders, se empotró contra el tope de la vía 11 de la estación de França, terminal de la línea R2 sur. El conseller de Territori i Sostenibilitat, Josep Rull, detalló que el convoy estaba frenando antes de la colisión, una circunstancia determinante para no tener que lamentar “consecuencias realmente graves”.
Como muchos de los pasajeros ya estaban en pie preparados para salir, el impacto provocó que perdieran el equilibro y cayeran al suelo golpeándose contra los asientos e incluso entre ellos. Si el choque hubiese sido a la misma velocidad pero en una estación que no fuese final de línea, y con los pasajeros sentados, la cifra de heridos hubiera sido muy inferior.
Hubo unos primeros minutos de pánico tras el impacto. Nadie sabía qué había sucedido. Había personas ensangrentadas y otras con dolores por el contundente golpe. El choque provocó un efecto acordeón en los primeros tres vagones, donde se acumularon la mayoría de los heridos. “Pensé que era una explosión y me asusté. No sé que ha pasado pues el tren iba despacio. Había gente por el suelo con fracturas, contusiones y algunas sangrando. Yo no toqué a nadie por precaución”, comentaba un empleado de seguridad. Los servicios de emergencia llegaron con rapidez y el andén cercano al tren accidentado se convirtió rápidamente en un hospital de campaña desde el que se valoraba a los heridos y se
LOS PASAJEROS De los 70 viajeros, 56 sufrieron heridas y doce seguían ingresados ayer por la tarde LA INVESTIGACIÓN Los Mossos tomaron declaración al conductor, que dio negativo en alcohol
les derivaba en función de la gravedad..
Otros trabajadores que a esa hora estaban en los andenes comentaron que el convoy no iba a una velocidad elevada, aunque quizás sí un poco más rápido de lo normal. La declaración del conductor será fundamental para determinar las causas de la colisión. El juzgado de instrucción número 11 abrió ayer diligencias en paralelo a la investigación técnica de Fomento, que acaba siendo la voz más autorizada en los accidentes ferroviarios que llegan a juicio.
Los Mossos utilizaron por primera vez, en un siniestro de estas características, un dron para tomar imágenes que faciliten la investigación. Por la tarde, los agentes pudieron inspeccionar el tope del final de vía así como la parte frontal del tren. La investigación será larga, puede prolongarse hasta un año. La llevará a cabo el equipo de profesionales de la CIAF, los mismos que analizaron todas las pruebas de sucesos como el atropello de la noche de Sant Joan en Castelldefels en 2010 y el accidente de la curva de Angrois en 2013.
El personal de Renfe retiró el tren a media tarde. La carrocería del Civia se deformó tal y como planteaban los ingenieros que lo idearon para evitar el aplastamiento frontal de la cabina del maquinista, que habría sufrido daños mayores si el impacto hubiera sido con un tren de los antiguos.
Por su parte, los técnicos de Adif comprobaron que las vías y la catenaria no habían sufrido graves daños. Fuentes de la gestora de la infraestructura aseguraron que hoy mismo la vía 11 volverá a estar operativa.