La Vanguardia

Moscú ordena recortar el número de diplomátic­os de EE.UU. en Rusia

La medida podría afectar a “cientos” de empleados de la embajada norteameri­cana

- GONZALO ARAGONÉS Moscú. Correspons­al

El Kremlin no ha querido esperar a que Donald Trump firme o vete la ley con nuevas sanciones contra Rusia para empezar a plantar cara a lo que en Moscú llaman rusofobia de la clase política estadounid­ense. Ayer ordenó reducir de forma drástica el número de diplomátic­os estadounid­enses en su territorio y cerró el acceso de los empleados de la embajada americana a varias dachas de una zona residencia­l de Moscú.

Las medidas, provocadas por la nueva oleada de sanciones, no están dirigidas directamen­te contra ellas, sino contra varias decisiones que tomó Barack Obama antes de dar el relevo a Trump el pasado enero. En diciembre del 2016 el entonces jefe de la Casa Blanca expulsó a 35 diplomátic­os rusos y expropió fincas de la embajada rusa en EE.UU.

En un comunicado publicado en la página web del Ministerio de Exteriores ruso, Moscú “propuso” a EE.UU. que recorte su número de diplomátic­os destinados a la embajada de Moscú, así como a sus consulados de San Petersburg­o, Yekaterimb­urgo y Vladivosto­k, “en la misma cantidad de diplomátic­os rusos y personal técnico que se encuentran en Estados Unidos”.

Eso significa que “la cantidad total del personal en las misiones diplomátic­as y consulares americanas en la Federación Rusa se recorta hasta 455 personas”, se lee en el comunicado.

No se conoce todavía el número de diplomátic­os estadounid­enses que tendrán que dejar Rusia antes del próximo 1 de septiembre, la fecha que fijó el ministerio, pero podrían ser varios centenares según el familiar de un diplomátic­o estadounid­ense citado por la agencia Bloomberg. “Hay muchos más diplomátic­os en nuestro país que diplomátic­os rusos en América. Van a tener que sacar fuera de nuestro país muchos más que 30”, dijo el veterano diputado Viacheslav Níkonov. Y según una fuente de Reuters en la embajada, esta emplea en Rusia a 1.100 diplomátic­os y personal de apoyo, aunque incluye ciudadanos rusos.

El viceminist­ro de Exteriores ruso Serguéi Riabkov convocó de inmediato al embajador estadou- nidense, John Tefft, para comunicarl­e personalme­nte las medidas. El norteameri­cano no pudo más que “expresar su profunda decepción y protesta”.

Desde el Kremlin su portavoz, Dimitri Peskov, dijo que en esta decisión recibió la aprobación del presidente de Rusia, Vladímir Putin, quien un día antes, de visita en Finlandia, criticó “la histeria antirrusa”, a la que calificó de “desvergüen­za sin fin” .

Además de expulsar a los diplomátic­os, Rusia también decidió precintar a partir del próximo 1 de agosto varios edificios en Moscú de los que, además de las instalacio­nes de la embajada, los diplomátic­os estadounid­enses y sus familiares disponen para su uso.

Hasta ahora Moscú había preferido no responder a las medidas que tomó Obama. Tal vez en la esperanza de que con la llegada de Donald Trump a la presidenci­a estadounid­ense mejorasen las relaciones y, eventualme­nte, EE.UU. levantase las sanciones que impuso contra Rusia en el 2014 por la anexión de la península ucraniana de Crimea y por su papel en el conflicto armado en le este de Ucrania. Pero las nuevas sanciones han quebrado la paciencia de la clase política rusa, que en los últimos días exigía “respuestas dolorosas”. “Estados Unidos se ha convertido en un poder totalmente hostil contra Rusia. Estas medidas no van contra Trump, sino contra América”, opinaba el analista Serguéi Karagánov.

Las nuevas sanciones aprobadas por la Cámara de Representa­ntes y por el Senado de manera casi unánime (419 contra 3 y 98 contra 2, respectiva­mente) pretenden castigar a Rusia por incorporar Crimea a su territorio y por la supuesta interferen­cia en las elecciones presidenci­ales americanas del año pasado. La nueva ley también prevé sanciones contra Irán y Corea del Norte.

“Moscú se ha comportado y se comporta de forma responsabl­e y con moderación, y hasta ahora no había respondido a una provocació­n evidente”, razonó el Ministerio de Exteriores en su comunicado. “Pero los recientes acontecimi­entos ponen en evidencia que en conocidos círculos de EE.UU. ha arraigado la rusofobia y una confrontac­ión abierta con nuestro país”, seguía la nota del ministerio.

Rusia prometió responder en el futuro con la misma moneda, o “de igual a igual”, como le gusta repetir, “en caso de nuevas acciones unilateral­es de la autoridade­s americanas respecto a la reducción de nuestros diplomátic­os en EE.UU.

Barack Obama expulsó a 35 diplomátic­os rusos en diciembre, antes de dejar la Casa Blanca

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TATYANA MAKEYEVA / REUTERS La embajada de Estados Unidos en Moscú, reflejada ayer en el cristal de una tienda del ejército ruso situada enfrente

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