Un refuerzo de personal aligera las colas en El Prat
La empresa concesionaria de los filtros de seguridad traslada una veintena de trabajadores de otros aeropuertos
Las colas en el aeropuerto de El Prat persisten pero con menor intensidad que durante los días anteriores. La huelga de celo ya no es seguida estrictamente por todos los trabajadores y eso se traduce en una reducción importante de los largos tiempos de espera que llegaron a superar las dos horas en el caos aeroportuario vivido esta semana. Ayer se registraron 38 minutos de espera en el peor de los momentos, a las once y media de la mañana. Al mediodía, un grupo de afortunados pasó el control en menos de cinco minutos, todo un récord visto lo visto. Y más, teniendo en cuenta que las aerolíneas ofertaban ayer 189.736 asientos en plena operación salida.
La razón de la mejora es la incorporación de más personal, precisamente la reivindicación de los trabajadores que ha motivado las protestas. La empresa concesionaria del servicio, Eulen, ha trasladado a El Prat a una veintena de trabajadores de otros aeropuertos de los que también es adjudicataria para mitigar los efectos que supone el cumplimiento estricto de las condiciones por parte del personal. Si el jueves eran seis los filtros abiertos en el acceso principal de la terminal 1, ayer eran nueve de los diez que hay. Además, algunos trabajadores relajaron ayer las quejas y optaron por volver a hacer horas extraordinarias. El serpenteante recorrido de cintas para distribuir a los pasajeros no se quedó pequeño por primera vez en toda la semana.
Mientras la situación en el aeropuerto mejoraba, en el departamento de Treball estaba prevista una reunión de mediación entre Eulen y los trabajadores para negociar una solución a la huelga convocada para el viernes que viene. Los representantes de los trabajadores reclaman la presencia de Aena en la mesa como responsable final del servicio y de la falta de personal que sufren pero la gestora aeroportuaria insiste en que es un conflicto laboral entre una empresa y sus trabajadores. Ante su incomparecencia, los representantes del personal se negaron a negociar nada con la empresa y mantienen en pie la convocatoria de huelga con cuatro paros de una hora en los diferentes turnos del viernes 4 de agosto, lo que agudizaría aún más las esperas de estos días.
La desidia de Aena exaspera a los trabajadores, a los viajeros que deben aguantar esperas más largas de lo normal y al resto de administraciones. La Agència Catalana de Consum ha enviado un requerimiento informativo a Aena exigiéndole que tome medidas y explique cómo atenderá a los ciudadanos afectados. El ente aeroportuario tiene cinco días hábiles para contestar, según el conseller de Empresa, Santi Vila, que incide en la responsabilidad de Aena al tratarse de un servicio público. “El servicio lo deben prestar y si no pueden hacerlo indirectamente porque hay un conflicto laboral, que lo hagan directamente con la Guardia Civil”, planteó Vila.
El Gobierno catalán también envió un equipo de inspectores para examinar in situ las colas y analizar las posibles vulneraciones de los derechos de los pasajeros. Lo cierto es que la mayoría de aerolíneas han puesto de su parte y no han contribuido a complicar más el caos al optar por una política flexible con los centenares de viajeros afectados y recolocar de manera gratuita a todos aquellos que perdían vuelos.
El conflicto de los trabajadores de los filtros de seguridad estuvo acompañado ayer también de los empleados de la empresa que gestiona los carros portaequipajes, que paró durante tres horas en cada turno y complicó encontrarlos en algunos rincones de El Prat.
La Generalitat exige explicaciones a Aena, que se niega a hacer de intermediaria en el conflicto laboral