“A la rumba hay que defenderla y gozar de ella”
David Muñoz, de Estopa, que actúan mañana en el Festival de Cap Roig
Están en plenas vacaciones y eso explica que al otro lado del hilo telefónico se oiga su voz en medio de chapoteos, voces infantiles y jolgorio estival. David Muñoz, la mitad del dúo Estopa y complemento naturalmente imprescindible de su hermano José María, cuenta desde Cubelles el momento que atraviesa el grupo, la excelente salud del disco y la gira Rumba a lo desconocido y su estreno mañana en el Festival de Cap Roig (22 h).
Pese a lo anunciado, de que no harían conciertos este 2017, parece que su adicción al escenario puede con ustedes. Ya... Cuando salió este Rumba a lo desconocido allá en otoño de hace dos años, nuestra idea era girarlo mucho por Latinoamérica, algo en Estados Unidos y después intensamente por España y acabar más o menos con el concierto que dimos en octubre pasado en el Palau Sant Jordi. Pasábamos de festivales y conciertos de verano; pero nos contrataron para actuar en Londres el pasado abril y allí decidimos que haríamos alguna cosa por festivales españoles. Y ha sido una idea muy buena porque en los festivales que hemos tocado hasta ahora, hemos compartido la música con otros grupos y otros escenarios, y eso nos está yendo muy bien porque aprendes mucho. Y además flipas un montón, porque en estos festivales la mayoría del público jamás nos habían escuchado en vivo.
El modelo del festival de Cap Roig no va por allí. Eso nos han dicho, que actuaremos solo nosotros y que el auditorio es más reducido . Seguramente será un concierto más íntimo en comparación con los últimos que hemos hecho, en que había veinte o treinta mil personas, pero eso no nos afecta. En los festivales el diseño de los conciertos lo hacemos más simple de que los solemos en espacios cerrados y que tiene una duración inferior. Pero a nosotros nos da totalmente lo mismo el sitio donde tocamos porque nuestra actitud es la misma de siempre.
¿Qué se oirá? Algo menos de dos horas de concierto, en donde haremos un repaso de diferentes épocas, sin estar muy atados a Rumba a lo desconocido.
¿Alguna sensación especial tocar en Londres? Fue una oferta y nos hizo gracia; el público era totalmente español. Desde hace años que vamos tocando por el extranjero cuando nos contratan; me acuerdo que, por ejemplo, en el 2005 tocamos en el Bataclan de París, y en general a nivel europeo lo hemos hecho sobre todo en Francia. Pero la verdad es que no nos tienta especialmente tocar en el circuito europeo.
¿Por qué sigue calificando usted de rumba la música que hacen? Ya sé que no es rumba exactamente lo que hace Estopa, pero me gusta emplear esa idea porque explica muy bien nuestra actitud y nuestra manera de vivir nuestra música. Mira; cuando empezamos, la rumba era de lo peor a ojos del gran público, y ahora somos muchos los que queremos que la rumba catalana sea declarada patrimonio de la humanidad. A la rumba hay que defenderla y gozar de ella. Las dos cosas.
¿Preparando material para nuevos proyectos? Sí, sí. Nuestra idea era aprovechar este año sin conciertos para comenzar a trabajar en nuevo material. La verdad es que no somos tipos que planifiquemos mucho, pero después del tute del pasado año y después del concierto en el Sant Jordi lo dejamos todo para recuperarnos. Ahora ya nos hemos vaciado de aquel cansancio, y llegó un día en que notamos que queríamos volver a coger las guitarras y a ver si nos salían nuevas letras. En eso andamos.
Con los años, ¿las canciones salen más fáciles? Las canciones salen como siempre. Eso sí, para inspirarnos necesitamos estar en sitios que nos sean familiares y, sobre todo, en los que nos encontremos en nuestro medio, como aquí en Cubelles. Siempre hemos sido unos enfermizos perfeccionistas en nuestro trabajo, y te aseguro que ahora las canciones nos salen más despacio que al principio. Pero el día que nos sale una, lo celebramos como si fuese una gran fiesta, una explosión de alegría.
Aunque ustedes no sean de planificar, ¿cuándo calculan que veremos nuevo álbum de Estopa? Me hace que quizá sea en el 2019, tanto por nuestro ritmo de trabajo como porque entonces celebraremos veinte años de vida del grupo. Calculamos que necesitamos como mínimo unos siete meses para componer las nuevas canciones; tenemos que acabar los temas que tenemos ahora medio empezados y hacer unos cuantos más para poder elegir una docena.
Su perfeccionismo crece, por lo tanto, con el paso de los años, ¿no es así? Siempre hemos tenido un punto muy alto de exigencia, unos mierdas perfeccionistas a los que les gusta controlar desde siempre todo el proceso de creación de los discos.
“En los festivales compartes la música con otros grupos y aprendes mucho” “Estamos preparando nuevas canciones y nos gustaría sacar nuevo disco en el 2019”