Recuerdos de una noche de verano
Felipe VI estuvo el martes en Barcelona para celebrar el 25.º aniversario de los Juegos, en los que su padre ejerció de ‘rey de oros’
La memoria es, en ocasiones, muy traicionera. El martes, algunos de los protagonistas de aquellos 17 días de gloria del verano del 92, recordaban en voz alta cosas que les pasaron durante la celebración de los Juegos Olímpicos, olvidando que en todos estos años habían dado otras versiones de los mismos hechos y de los mismos días. Es normal, ¿a quién no le gusta protagonizar acciones relevantes?, aunque quienes realmente estuvieron allí fueran los que menos hablaran de ellas. En el palacete Albéniz se juntaron casi todos los protagonistas de Barcelona’92 y algunos recordaron que durante las celebraciones del día se habían olvidado mencionar al rey de oros, calificativo que se ganó Juan Carlos de
Borbón cuando su presencia en las competiciones donde se la jugaban atletas españoles se saldaba con uno de ellos subido al podio. Narcís Serra –con él empezó todo– sí lo recordó, y comentó, ante quien fue abanderado del equipo olímpico y ahora es el Rey. El primer alcalde de Barcelona que empezó a trabajar por la candidatura olímpica no ha olvidado que el día de las Fuerzas Armadas de 1981, celebrado en Barcelona, fue el rey Juan
Carlos quien le invitó a decir en alto y ante el entonces reticente presidente del Gobierno, Leopoldo
Calvo Sotelo, que lo de pedir los Juegos iba en serio. Pasqual Maragall siguió el trabajo alcanzando el éxito y el abrazo que Felipe VI le dio el martes fue emocionante y triste como lo fue aquel paseo por el jardín que protagonizaron Juan
Carlos I y Adolfo Suárez.
José Miguel Abad, el hombre tranquilo, sigue huyendo del protagonismo y Lluís Reverter sigue siendo el mejor contador de historias, incluso le explicó a Pedro
Sánchez la del palacete Albéniz. Un respiro para el secretario general del PSOE porque minutos antes
Miquel Iceta le había puesto al día de la historia que se está cociendo en Catalunya. Recordar las glorias pasadas fue un bálsamo y también comprobar que el Rey ha guardado durante 25 años la corbata, el pin y los gemelos con el logo de los Juegos que ideó Josep Maria Trias, también presente en el festejo, que le recordó la autoría de aquellos trazos.
Jordi Hereu y Xavier Trias recordaban que fueron alcaldes de la Barcelona post olímpica y Alberto Fernández Díaz que lo fue de la villa olímpica. Enric Truñó y Francesc Vallverdú revivieron lo que sintieron aquellos días y todos y cada uno de los asistentes a las conmemoraciones de las bodas de plata olímpicas no olvidarán que el martes, al acabar el festejo, Pasqual Maragall sacó a bailar a Olga Viza en los jardines del Albéniz, con Barcelona al fondo rindiéndose a sus pies.