Díaz no se rinde
Los recelos ante la plurinacionalidad marcan el congreso del PSOE andaluz
La líder andaluza del PSOE planta cara a los postulados del secretario general.
“Nosotros somos socialistas, nunca hemos sido nacionalistas”. Susana Díaz arrancó ayer el XIII congreso regional del PSOE de Andalucía con una meridiana claridad de sus intenciones. “Siempre hemos puesto a las personas por delante de los territorios”, remachó la reelegida secretaria general en un discurso en el que no citó ni una sola vez al actual secretario general de su partido, Pedro Sánchez, ni tampoco su derrota en las primarias. Como si no hubiera existido, lo ha borrado de su mente y también de su trayectoria política.
Los expresidentes Manuel Chaves y José Antonio Griñán estuvieron presentes en la apertura, pese a que ya no son militantes socialistas a causa de su imputación en el caso de los ERE. También compareció en primera fila Alfonso Guerra, que este lunes será cesado por Sánchez al frente de la Fundación Pablo Iglesias. El exvicepresidente con Felipe González, que siempre ha sido diputado por Sevilla, arrancó la ovación más prolongada cuando Díaz señaló que “hay páginas de la historia del socialismo español que no se pueden arrancar y la primera que no se puede arrancar es la de Alfonso Guerra”. Otro motivo, y no son pocos, para el enfrentamiento entre Susana Díaz y Sánchez
El PSOE andaluz tiene muy claros cuáles son los objetivos de su cónclave, convocado bajo el lema “Andalucía, la fuerza del socialismo”. Sin batalla por la secretaría general, sin especulaciones sobre quiénes compondrán la nueva ejecutiva (todos fieles a Díaz), sin que se vaya a aceptar ni una sola enmienda a las resoluciones, el interés se centra en conocer qué aspectos van a potenciar los socialistas andaluces para diferenciarse y/o distanciarse del secretario general. Ambos dirigentes se verán hoy las caras por primera vez desde los apenas tensos diez minutos que duró su reunión en el congreso federal.
Los partidarios del secretario general, que en las primarias aglutinaron el voto de un tercio de los cerca de 50.000 afiliados, apenas han reunido ahora una treintena de los 481 delegados que acuden al Congreso. Una cifra ridícula que permitió a Díaz que ayer se aprobara su informe de gestión con un 94,8% de los votos y así evitar eso tan feo de ser apoyada por el cien por cien de los sufragios, a la búlgara.
La decisión de adelantar lo más posible la celebración del congreso estaba destinada precisamente a impedir que la oposición pudiera armarse. Y sin duda lo ha logrado.
Los resquemores al concepto de España como una realidad plurinacional, término del que se huye, y a todo pacto con Podemos, son los ejes sobre los que pivotan las resoluciones congresuales. Sobre el primero, Díaz reiteró que “nosotros defendemos la soberanía nacional, que es lo que nos une a todos”. Y reiteró que siempre levantará la voz en defensa de Andalucía y en la “lucha por la igualdad de un pueblo que ganó sus derechos dentro de la Constitución, de abajo a arriba”, en velada alusión a Catalunya.
Los socialistas de Díaz insisten en que asumen las resoluciones del congreso federal, pero defienden “la libertad de pensamiento” en este y otros temas. Reiteran que la defensa de la igualdad de todos los españoles en todos los territorios es algo innegociable y la reforma del sistema de financiación autonómica no puede basarse, en ningún caso, en ventajas económicas para unas comunidades por encima de las otras. “Nosotros no pedimos solidaridad, exigimos igualdad. No queremos ser más que nadie, pero tampoco menos”, señaló ayer Susana Díaz.
El discurso de Susana Díaz indignó a los tres miembros de la ejecutiva federal que estaban presentes, el secretario de movimientos sociales, Ignacio López; la de mayores, María Jesús Castro, y el de dinamización de agrupaciones locales y alcalde de Jun (Granada), José Antonio Rodríguez. Castro arremetió contra Díaz al asegurar que “dice que no es nacionalista, pero lo suyo es nacionalismo puro y duro dentro del partido. Quiere echar un pulso a Pedro Sánchez, pero en realidad se posiciona en contra de la mayoría de los socialistas de este país”.
El cónclave socialista andaluz sólo cuenta con 31 delegados partidarios de Sánchez sobre un total de 481