La Vanguardia

El mayor reto arqueológi­co

- IGNACIO OROVIO Barcelona ALEJANDRO MAGNO

Si tenemos en cuenta que el imperio de Alejandro Magno tenía de extremo a extremo algo así como 6.000 kilómetros, y que murió (en el año 323 aC) a unos 2.200 de casa, podemos empezar a entender que su tumba no se haya hallado nunca; si además tenemos en cuenta la juerga de sangre que se abrió tras su muerte entre quienes se disputaban su legado, podemos comprender que al menos haya cuatro sitios donde pudo ser enterrado; si a eso añadimos que tanto pudo morir por malaria como envenenado por la flor del Veratrum (bastaría un pétalo…), concluirem­os que hallar el cadáver de Alejandro Magno sería una auténtica mina de ideas para los arqueólogo­s y que por ello éste es uno de los grandes retos pendientes de la arqueologí­a.

¿Está Alejandro en el templo del Serapeo de Saqqara? ¿En la mezquita Atarina, en el mausoleo de Filipator, todo ello en Alejandría, la ciudad egipcia del Mediterrán­eo que fundó en el 330 aC?¿En la basílica de San Marcos de Venecia, en lugar del apóstol que da nombre al templo…? ¿En Bahariya? ¿Repartido en reliquias por el mundo antiguo?

Hay que partir de una premisa. Una cosa es la tumba y la otra es el cuerpo. Alejandro muere en Babilonia en junio del año 323, cuando en la zona ya hace mucho calor y donde existen brotes de malaria. El 31 de mayo de aquel año, hace ahora 2.340 años, se

desmaya durante una fiesta nocturna, tras sufrir punzadas en la espalda. No se sabe si ello se debió a la bebida, porque como recoge el sensaciona­l Alejandro Magno, conquistad­or del mundo

(Acantilado, 2007), de Robin Lane Fox, el rey era al parecer un buen bebedor y cayó al suelo después de brindar por los 19 comensales que le acompañaba­n. Pero esta informació­n fue divulgada por Efipo, al parecer un precursor de las fake news: un charlatán. En Vidas de Alejandro y César (Acantilado, 2016), el historiado­r griego Plutarco explica que el gran emperador “era menos afecto al vino que lo generalmen­te supuesto”. Más allá de las causas, nos interesa es quiénes eran los otros 19. La lista tardó sólo unos diez años en conocerse, y por eso sería importante dar con el cuerpo, más que con el sarcófago: ¿fue envenenado?

Para el profesor de arqueologí­a británico Andrew Chugg, uno de los mayores expertos y divulgador­es de la figura de Alejandro, es “incontesta­ble” que fue trasladado a su gran creación, Alejandría, porque así lo relataron en años inmediatos personajes como Julio César, César Augusto, Septimio Severo y Herodes, entre otros. El problema es que con las revueltas contra cristianos de los siglos posteriore­s al dominio romano, no se sabe qué pasó con el cuerpo. También en Alejandría sitúa el entierro el profesor de la Universida­d de Bristol Nicholas Saunders, otro de los mayores expertos del mundo en este episodio histórico, pero “el hecho de que tengamos tan poca evidencia real significa que a puede estar en todas partes o en ninguna”, lamenta.

Chugg tiene claro, si no dónde está, qué habría que hacer primero: “La momia de San Marcos Evangelist­a aparece a fines del siglo IV dC, más o menos cuando el cuerpo de Alejandro desaparece. San Marcos funda la iglesia cristiana de Alejandría, ciudad fundada por Alejandro. Hay documentos que dicen que mientras el cuerpo de San Marcos fue quemado por los paganos, Alejandro había sido deificado, era una especie de dios pagano, justo cuando el culto pagano fue prohibido. ¿Qué haces con el cuerpo de un dios pagano que es el fundador de tu ciudad si eres un líder cristiano de la ciudad donde el culto ha sido declarado ilegal? Una posible respuesta es que tu pretendes que este es el cuerpo perdido de un santo cristiano que escribió un evangelio y fundó una iglesia cristiana en tu ciudad. Y los cristianos cambiaron muchas fiestas paganas en fiestas cristianas… el supuesto cuerpo de San Marcos fue llevado a Venecia en 828 dC por dos mercaderes. Yace aún en un sarcófago. Sería fácil comprobar si es Alejandro, porque había sufrido heridas en el esternón y en la parte baja de la pierna. Menos de uno entre un millón tendría esas heridas. Pero la Iglesia ha rechazado la idea”.

“Es diferente si hablamos de cuerpo o de tumba. La tumba segurament­e quedó muchos metros por debajo de la actual Alejandría. El cuerpo podría bien haber sido destruido durante revueltas cristianas, bien haber sido escondido en algún lugar, quizás en el cementerio de Bahariya, en el Valle de las Momias Doradas. Mi especulaci­ón favorita es que fue vendido como reliquia en trozos, como talismán, a los alejandrin­os”, explica Saunders. Ambos creen que no hay proyectos importante­s detrás de Alejandro. “Siempre hay alguien buscándolo, en lugares extraños como Jordania, Grecia o EE.UU… pero que yo sepa no hay ninguna investigac­ión seria en este momento”, dice Chugg.

Y es una lástima, vaticina, “porque sería el mayor descubrimi­ento de la historia, mayor que el de Tutankamon o Pompeya, porque su importanci­a histórica es mucho mayor. Nos daría datos de su aspecto y etnia, conseguirí­amos su ADN y podríamos conocer qué relación tiene con la mujer de unos 60 años cuyo esqueleto aparece en la tumba de Anfípolis en 2014 y que yo creo que es su madre, Olimpia”.

¿En Alejandría, Venecia o hecho pedazos? ¿Dónde yace el rey? ‘La Vanguardia’ inicia una serie sobre tumbas históricas

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ARCHIVO Augusto visita la tumba de Alejandro, en un cuadro de 1643 de Sebastien Bourdon que está en el Museo del Louvre
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MATÓ? Existe gran controvers­ia sobre qué mató a Alejandro: enfermó en Babilonia, donde había malaria, aunque los síntomas descritos por algunos historiado­res pueden coincidir con los que provoca la flor Veratrum nigrum. Con un añadido:...
¿LA FLOR QUE LO MATÓ? Existe gran controvers­ia sobre qué mató a Alejandro: enfermó en Babilonia, donde había malaria, aunque los síntomas descritos por algunos historiado­res pueden coincidir con los que provoca la flor Veratrum nigrum. Con un añadido:...

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