La OPEP no tiene precio
El pacto para recortar la producción e inflar los precios da de momento escasos resultados
Ni Arabia Saudí, mandamás de la OPEP, ni Rusia, el segundo productor de petróleo mundial, logran dar un empujón estable al precio del oro negro a pesar del pacto para reducir la producción alcanzado a finales del año pasado. El precio no supera con confianza los 50 dólares por barril porque el acuerdo no es creíble. Libia y Nigeria, que forman parte del cártel pero no participan en el acuerdo, y Estados Unidos (tercer productor), donde aumenta sin parar la producción de petróleo de esquisto, se han convertido en los principales obstáculos para cumplir los objetivos. Además, los propios firmantes han incumplido en varias ocasiones lo pactado.
El resultado ha sido unos meses marcados por la tendencia bajista, con un precio que se volvía a los 48 o 47 dólares cada vez que se acercaba a los 50. Por eso la reciente reunión mensual del comité de seguimiento del acuerdo, que se celebró en San Petersburgo, resultaba importante. Los conjurados contra un petróleo pobre reiteraron el 24 de julio su compromiso y anunciaron que están dispuestos a prolongar la reducción de la oferta de petróleo como mínimo hasta el segundo trimestre del 2018 “si es necesario equilibrar el mercado”.
El anuncio fue suficiente para que el precio del barril asomara por encima de los 50 dólares. Pero no mucho más allá.
En junio de 2014, los países productores de petróleo ingresaban 114 dólares por barril. En enero del 2016 el crudo llegó a caer hasta unos míseros 27 dólares. El valor se ha recuperado, pero se ha quedado en una zona de nadie, más próximo a estabilizarse en los 40 dólares que a alcanzar un rango entre 50 y 60, que es lo que desearía para los próximos años, entre otros, el Gobierno ruso.
El pacto que se firmó en Viena el 30 de noviembre de 2016 incluye a la OPEP, a Rusia y otros diez países que no forman parte del cártel. Se comprometieron a recortar la oferta de petróleo en 1,8 millones de barriles diarios respecto a octubre del año pasado.
Los ministros del ramo de Rusia, Arabia Saudí y Kuwait se mostraron optimistas por la reducción de las reservas de crudo en los países de la OCDE y en EE.UU. y su previsión de aumento de la demanda en el tercer trimestre del año, especialmente en los países asiáticos. Pero el entusiasmo es una cosa y otra, la realidad. Arabia Saudí y Rusia, los principales impulsores del pacto, tendrán las manos atadas mientras no pongan solución a las variables que mantienen el precio del petróleo bajo.
Una de esas variables son los países ajenos al pacto, como EE.UU., cuya producción de petróleo de esquisto aumenta y tira para abajo de los precios.
“Debemos analizar esta situación con nuestros socios, incluida Rusia, y buscar la forma de cooperar”, dijo el secretario general de la OPEP, el nigeriano Mohammed Barkindo. El ministro saudí, Khalid al-Falih, tiró de metáfora para decir que los productores estadounidenses son “como un elefante en una cacharrería”.
El acuerdo con ellos será difícil, porque se han adaptado a los bajos precios. Pero si no es posible convencer a los productores estadounidenses, al menos el cártel tiene que poner orden en sus filas.
Tienen que intentar incorporar al pacto a Libia y Nigeria, miembros de la OPEP que quedaron exentos debido a sus conflictos internos y a sus esfuerzos por recuperar los niveles de producción previos. Si no lo logran, esfuerzos como el de Rusia, que ha reducido en 300.000 barriles diarios su producción, dejan de ser efectivos. Libia ha aumentado la extracción de petróleo de 400.000 barriles diarios que producía en octubre de 2016 hasta un millón. Nigeria ha pasado de 1,4 a 1,75 millones de barriles cada día, según datos de Bloomberg.
Sólo cuando se recuperen estarán preparados para sumarse al esfuerzo común. Libia tiene que llegar a 1,25 millones de barriles diarios. Nigeria, a 1,8 millones.
Finalmente, hay que evitar incumplimientos. Se nota el enfado con países como Ecuador, cuyo ministro de Energía afirmó días antes del encuentro que su país (de la OPEP) iba a abandonar el compromiso. Al-Falih dijo que se han tenido “discusiones muy serias con estos países”.
Pero no es el único. Según el boletín de la OPEP de junio, la oferta de crudo del cártel aumentó un 1,2 %, unos 394.000 barriles de más, respecto a mayo. Ni siquiera cumplió Arabia Saudí, que superó su objetivo (aunque mínimamente: 2.000 barriles). Para evitar suspicacias, Al-Falih anunció que en agosto su país exportará un millón de barriles menos cada día. ¿Será suficiente?
PETRÓLEO DE ESQUISTO Los productores de EE.UU. son “como un elefante en una cacharrería”
MIEMBROS DE LA OPEP Nigeria y Libia quieren superar sus conflictos internos antes de unirse al pacto
DESCONFIANZA Los mismos firmantes del acuerdo lo han incumplido en varias ocasiones