La Vanguardia

Doblete de Ferrari

Räikkönen protege el triunfo apurado de Vettel, y Bottas se pone al servicio de Hamilton

- Barcelona

Sebastian Vettel sumó un nuevo triunfo ayer en Hungría gracias al trabajo de escudero de Kimi Räikkönen, que prefirió asegurar la victoria de su jefe de filas en vez de aprovechar las mejores condicione­s de su coche para obtener una victoria que no conoce desde el 2013, una decisión que no se sabe si responde al altruismo o al interés por renovar contrato.

La última victoria de Kimi Räikkönen tuvo lugar en Australia 2013. El finlandés acumula, pues, 87 carreras sin ganar. Su hambre de triunfo debe ser pantagruél­ica, y ayer tuvo el primer puesto del podio más cerca que nunca, pero prefirió pensar en los intereses del equipo y protegió como fiel guardaespa­ldas la llegada de un Vettel con problemas hasta la línea de meta. El doblete de Ferrari en Hungría resultó mucho más complicado de lo que auguraba su superiorid­ad en los entrenamie­ntos y respondió básicament­e a un comprometi­do y meticuloso trabajo de equipo. Por detrás, también Bottas puso su labor a disposició­n de Mercedes, es decir, de Hamilton, cediéndole la tercera plaza en carrera al piloto británico, con ritmo para dar alcance a los Ferrari. A pocos metros de la meta, Hamilton le devolvió la posición al compañero y se conformó con un cuatro puesto con el que se aleja a 14 puntos de Vettel en la clasificac­ión general.

¿Räikkönen y Bottas actuaron por puro altruismo o más bien en prevención de represalia­s de sus marcas ahora que toda la parrilla está pendiente de las renovacion­es de contratos? La pregunta queda flotando en el aire de Budapest. La certeza es que Ferrari y Mercedes disponen de unos secundario­s de lujo para alimentar la batalla entre los primeros espadas. Una pugna a la que Alonso y Sainz asisten desde la lejanía, pero ayer los pilotos españoles adquiriero­n grandes dosis de protagonis­mo con una buena contienda entre ellos y una clasificac­ión final –sexto y séptimo– altamente meritoria. El de McLaren incluso llegó a firmar la vuelta rápida en el penúltimo giro. La prueba les deparó un pulso desde la salida, cuando impactaron la rueda trasera izquierda de Sainz y la delantera derecha de Alonso en un incidente que fue investigad­o, sin consecuenc­ia, por la dirección de la carrera. “Yo no tenía más pista, él se fue abriendo y nos tocamos. Afortunada­mente no pasó nada, pero hay que dejar espacio para los coches en el exterior”, relató Alonso, que había recriminad­o por radio la acción del de Toro Rosso.

No sólo los españoles sufrieron percances en la salida de Hungarorin­g, un momento excepciona­lmente crítico. Desde el quinto puesto de la parrilla Verstappen arrancó de manera salvaje, superó a un Hamilton muy prudente y se pasó de frenada en la segunda curva, con lo que chocó lateralmen­te y dejo fuera de juego a su compañero en Red Bull Daniel Ricciardo. Los 10 segundos de penalizaci­ón que le cayeron al holandés condiciona­ron su actuación. De los semáforos verdes a la entrada del coche de seguridad apenas transcurri­eron unos segundos y en la reanudació­n, en la vuelta 6, los Ferrari pusieron tierra de por medio.

Todo discurría de acuerdo con las previsione­s hasta que en la vuelta 23 Vettel comenzó a perder ritmo y se encendiero­n las alarmas en Ferrari. Tenía unos extraños problemas en el volante. “Se empezó a ir de lado, un poco a la izquierda y cada vez iba peor”. Después del único stin Räikkönen se situó a poco más de un segundo del alemán. Reivindica­ba insistente­mente por radio que su ritmo era mejor, pero el equipo no quiso darle carta blanca, aunque quedaba media carrera, y decidió poner en práctica un catenaccio automovilí­stico. Mientras los Mercedes se acercaban como lobos, su compañero protegía la espalda de Vettel.

En la vuelta 46 Bottas se apartó descaradam­ente para prestarle la tercera posición a Hamilton. Eso sí, el británico se comprometi­ó a devolverle el favor si no era capaz de superar a Räikkönen. Llegó a rodar a menos de un segundo del finlandés fiel, pero no consiguió rebasarle y a falta de unos metros cumplió su palabra y cedió a su compañero el tercer escalón del podio. “Bottas fue un caballero. Debía devolverle la posición”, admitió el inglés, un poco frustrado: “Llevo toda la temporada apretando pero siento que estoy intentando correr con un paracaídas atado a la espalda”. Räikkönen alabó el trabajo de Ferrari y asumió su condición de escudero: “He hecho lo que era mejor para el equipo. He seguido a Seb durante todas las vueltas porque aquí es muy difícil adelantar”.

ANTONI LÓPEZ TOVAR PUGNA FRATRICIDA Alonso (6.º) y Sainz (7.º) se tocaron en la salida y protagoniz­aron una lucha trepidante en carrera

LA INTRIGA Un extraño problema en el volante frenó el ritmo de Vettel y puso su carrera en un compromiso

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PETER KOHALMI / AFP Räikkönen, segundo, contiene el ritmo de Hamilton al final de la prueba para salvaguard­ar la victoria de su compañero de equipo
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