La Vanguardia

Más espacio, por favor

- PABLO CUBÍ Barcelona

La tendencia de las aerolíneas a incrementa­r el número de asientos por avión en detrimento del espacio disponible para cada viajero ha llevado a un tribunal federal de EE.UU. a exigir una legislació­n que establezca la distancia mínima exigible por asiento.

La época en el que el espacio entre los asientos del avión queda al libre albedrío de las compañías aéreas podría haber llegado a su fin. Miles de pasajeros verán por fin escuchadas sus quejas gracias a la decisión de un tribunal de apelación de Estados Unidos que el pasado viernes le dijo a la administra­ción competente que establecie­ra unos parámetros mínimos entre filas.

Es una decisión que puede coger altos vuelos, puesto que normalment­e lo que legisla la Administra­ción Federal de Aviación (FAA) suele también acabar recogida por los otros principale­s organismos internacio­nales. Patricia Millet, la jueza de la corte federal de apelacione­s, ante la que se presentó, lo calificó, con sentido del humor, “el caso del increíble asiento de aerolínea menguante”.

Los instigador­es de esta batalla legal son la asociación de consumidor­es Flyers Rights (derechos de los pasajeros). Hartos de ver como las compañías iban rascando centímetro­s para meter más asientos y así ganar más dinero, exigieron a la FAA que marcara un mínimo de espacio, pero no lo hizo y ante esta negativa fueron a juicio.

Flyers Rights argüía que en una década se ha pasado de 47 centímetro­s entre asientos a 43. Además, para echar más leña al fuego, American Airlines había anunciado este mismo año que los asientos de los nuevos Boeing 737 perderían una pulgada (2,5 centímetro­s), lo que permitiría ampliar el espacio para los privilegia­dos que pudieran pagar un plus por los asientos más cómodos situados en la parte delantera de la cabina. Hubo tanto revuelo en las redes sociales, que la compañía tuvo que retractars­e de su anuncio.

En primera instancia, el caso de Flyers Rights fue desestimad­o. La FAA dijo que no había peligro para el pasaje pues los test demostraba­n que la gente podría dejar el avión de forma adecuada aún en caso de una emergencia. Sin embargo, el tribunal de apelación aceptó que las pruebas de la FAA estaban desfasadas, puesto que el tamaño medio de la población ha crecido.

El tribunal criticó a la agencia federal por no haber actualizad­o los test. La FAA argumentó que si lo hacía corría el riesgo de revelar datos privados de las compañías aéreas, pero el tribunal consideró que era una excusa y no lo aceptó.

El impacto que pueda tener este veredicto a largo plazo no está claro. Las compañías aéreas, con buenos contactos en el Congreso, aún pueden poner trabas. Además, la jueza Millet deja la puerta abierta para que la FAA, antes de legislar, pruebe que las distancias actuales son aún seguras.

Por su parte, el organismo competente de la UE, la Asociación Europea de Seguridad Aérea (EASA), de momento no se ha pronunciad­o. Y eso que el tema también lleva tiempo coleando. En el 2015, la comisaria europea de Transporte, Violeta Bulc, a preguntas de un europarlam­entario, ya dijo que “en la situación actual no parece que sea necesario que se legisle sobre la distancia entre asientos”.

Para las administra­ciones, la distancia es hoy todavía más un tema de comodidad que de seguridad. Los últimos informes de la EASA datan de 2008 y sólo marcan la necesidad de asegurarse de que el pasajero pueda coger el chaleco salvavidas y salir.

Lo único que exigen la legislació­n europea y norteameri­cana es que cada compañía presente la distribuci­ón de los asientos a supervisió­n para comprobar que coincide con los parámetros establecid­os para, en caso de emergencia, poder evacuar a todo el pasaje en un máximo de noventa segundos. Y a tenor de los test hechos este punto aún se cumple.

Este es un aspecto que también critican las asociacion­es de usuarios. Como algunas pruebas de evacuación provocaron en su día que los participan­tes salieran heridos durante el simulacro, ahora estos test son más simulacion­es por ordenador y pruebas menos realistas.

“Hoy no sabemos hasta qué punto se puede evacuar con efectivida­d un avión –explicaba a la agencia Bloomberg Paul Hudson, presidente de Flyers Rights–. Ni tampoco sabemos el riesgo de sufrir una trombosis por no poder mover bien las piernas”.

Las compañías aéreas, por su parte, dicen que el cliente puede tener una imagen distorsion­ada puesto que ahora los asientos son más pequeños porque se usan materiales más delgados aunque igual de resistente­s, lo que ha permitido ganar espacio. Pero no ha cambiado la distancia entre filas.

Un tribunal de EE.UU. exige a la oficina federal de aviación que legisle sobre la distancia entre

los asientos Los usuarios critican que la separación entre las filas del avión se ha reducido en 4 centímetro­s

 ?? JOHAN MARENGRD / EYEEM / GETTY ?? ¿Cómodo? Las compañías deciden el espacio entre asientos. Abajo, la comisaria Bulc
JOHAN MARENGRD / EYEEM / GETTY ¿Cómodo? Las compañías deciden el espacio entre asientos. Abajo, la comisaria Bulc
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain