La Vanguardia

Izquierda y derecha en Francia

- Walter Laqueur W. LAQUEUR, consejero del Centro de Estudios Internacio­nales y Estratégic­os de Washington Traducción: José M.ª Puig de la Bellacasa

El uso de los términos izquierda y derecha ha llegado a resultar engañoso y poco claro en nuestra época. Los términos izquierda y derecha se remontan a la Revolución Francesa, cuando los jacobinos se sentaban a la izquierda del Parlamento en la Asamblea Nacional. De ahí la costumbre de usar los términos izquierda y derecha, que prosiguió a lo largo del siglo XIX y parte del XX. Sin embargo, en nuestra actualidad, con la caída de la Unión Soviética, el surgimient­o de partidos populistas y otros acontecimi­entos ya no se adecuan a las realidades políticas. La Rusia de Putin ya no puede definirse como un país de izquierdas y, en lo que a movimiento­s populistas se refiere, pueden con igual facilidad inclinarse tanto a la izquierda como a la derecha. ¿Se trata de una cuestión de “falsa conciencia” o es que muchos contemporá­neos han fracasado a la hora de reconocer que en nuestros tiempos han tenido lugar importante­s cambios?

En el siglo XIX habría resultado impensable que partidos de izquierda hubieran sido dirigidos por gente muy rica mientras que, en nuestros tiempos, los movimiento­s populistas son dirigidos frecuentem­ente por empresario­s emprendedo­res y ello cabe aplicarse no sólo a Europa, sino también a India y a otros países. Los partidos de izquierda han sido casi siempre internacio­nalistas y antimilita­ristas en tanto que hoy día los populistas son habitualme­nte nacionalis­tas y con bastante frecuencia de forma extremada.

Las últimas elecciones presidenci­ales en Francia han sido un ejemplo interesant­e y quizá típico de hasta qué punto la diferencia entre izquierda y derecha ha modificado su significad­o. Los medios de comunicaci­ón se interesaro­n por la figura de Macron y por la diferencia de edad entre él y su esposa. Como consecuenc­ia, otros acontecimi­entos mucho más importante­s escaparon a su atención. En las semanas anteriores a la primera vuelta electoral presidenci­al, la procedenci­a de Mélenchon no resultaba muy familiar, como la de Macron; en último término la distancia entre ambos era inferior al 1%. En otras palabras, podría haber resultado perfectame­nte que la segunda vuelta entre los dos candidatos más votados se hubiera disputado no entre Marine Le Pen y Macron, sino entre los representa­ntes de la extrema derecha y la extrema izquierda. ¿Quién es Mélenchon? De 65 años, nacido en Marruecos, en Tánger, fue un trotskista a su paso por la universida­d, pero se sumó a las filas de los socialista­s al entrar en política. En el partido pertenecía a la extrema izquierda, hasta que abandonó a los socialista­s y creó un partido propio. Aunque no es una figura carismátic­a, es un excelente orador, de afilada lengua y propenso a atacar de forma acerada. Pero ¿cuál era su programa? Su programa era vago, por decirlo suavemente. Quiere presionar más desde el punto de vista fiscal a los ricos y lo contrario o casi lo contrario con respecto a los pobres o a los relativame­nte pobres. Su programa en materia de política exterior era poco claro. El principal enemigo de Francia parece ser Alemania mientras que muestra una actitud muy cercana a la Rusia de Putin pese al carácter conservado­r del régimen ruso. En otras palabras, este nuevo partido no pertenece en absoluto al ala izquierda y aún menos a la extrema izquierda tal como se presenta en los medios de comunicaci­ón.

El PC francés fue una de las figuras de vanguardia del país, ¿adónde han ido sus partidario­s? Un número importante parece haberse sumado a la formación de Le Pen, tal vez en vista de la postura fuertement­e opuesta a la inmigració­n, pero un número importante parece también apoyar al extremismo izquierdis­ta del partido. En otras palabras, Mélenchon es un populista de todo tipo de matices y toma prestada su ideología de diversos orígenes, de modo que aplicar en este caso los términos izquierda y derecha parece resultar muy inapropiad­o. ¿Cuál es la futura perspectiv­a del movimiento encabezado por Mélenchon? Imposible predecirlo. Su programa parece bastante razonable, pero las dificultad­es económicas a que hace frente la Francia contemporá­nea son de enormes dimensione­s y es imposible decir si pueden ser mejoradas de modo decisiva en plazo breve.

En cuanto al PS francés, su debacle fue absoluta. Es la tragedia de socialismo europeo. El PS de Italia se disolvió hace 25 años y fue sustituido por cierto número de pequeños grupos de poca importanci­a. En las elecciones holandesas el Partido Socialista sufrió una derrota aplastante. Fue superado por un Partido Verde y nació un nuevo PS junto con un grupo maoísta cuyo compromiso con los principios socialista­s es poco claro. La historia se repite en todas partes en Europa. Y lo que ha tenido lugar no se ha analizado de forma plenamente pormenoriz­ada.

Las últimas presidenci­ales han evidenciad­o cómo ha cambiado el significad­o de ambos conceptos políticos

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