La Vanguardia

Los ‘Túpolev’ del Poblenou vuelan alto

Edificios construido­s en los años cincuenta del pasado siglo para alojar a familias humildes pasan a ser pisos muy codiciados por su atractivo turístico; sus precios se disparan

- ROSA M. BOSCH

Vine aquí con mis padres y mi hermana en 1953, tenía cuatro años. Vivíamos los cuatro en una habitación del Gòtic, realquilad­os, y el Patronat de l’Habitatge nos concedió un ático en los Túpolev. Entonces esta era una zona oscura, con un gran muro, el del tren, que nos separaba del mar. Recuerdo que los taxistas ni querían acercarse aquí”. Miracle Rodríguez, a punto de celebrar su 68 aniversari­o, sigue residiendo en uno de los ocho bloques del paseo Calvell, al final de la rambla del Poblenou, bautizados por su estética soviética como Túpolev –el nombre del avión desarrolla­do en la exURSS–, también como Casas Baratas, que en la década de los cincuenta alojaron a familias muy humildes, algunas procedente­s de barracas, a militares... Su piso, de 60 metros cuadrados, se ha revaloriza­do en una zona antaño tierra de nadie y ahora codiciada por inversores y turistas, ya sin barreras, y con un fácil acceso a la playa y al Parc de la Mar Vella.

Un enclave olvidado y dejado –aún lo está, nadie cuida los parterres–, es visitado a diario por inmobiliar­ias que se ofrecen para tramitar la venta o el alquiler de alguno de estos 168 pisos. “Hay una que continuame­nte nos llama a la puerta. Claro, estos pisos son caramelos”, comenta Maria Antonia Bruña, de 72 años, otra veterana de los Túpolev.

“Últimament­e se han vendido algunos por 300.000 euros y otro, muy bien reformado, por 400.000. Pero yo no me marcho de aquí por nada del mundo”, afirma Miracle, en uno de los dos terrados de su edificio. “Ahora disfrutamo­s de vistas al mar pero antes teníamos el muro del tren, hasta que llegaron las Olimpiadas. Aquí al lado había una fábrica de regaliz, allí otra de detergente... Era un lugar muy apartado pero estábamos a gusto, los vecinos hacíamos piña, nos ayudábamos, realquiláb­amos habitacion­es para sacarnos un dinero extra .... De ser edificios para gente muy humilde, nosotros incluso recibíamos ayuda alimentari­a de las monjas Reparadora­s, han pasado a ser muy, muy, codiciados. Ha habido un cambio brutal”, sigue relatando Miracle.

El turismo, que tiene en el Poblenou y sus playas uno de sus destinos favoritos de Barcelona, también ha sido una pieza importante a la hora de revaloriza­r estas viviendas, algunas de las cuales se alquilan por días o semanas.

El equipo Arquitecto­s de Cabecera (AC) de la Escuela Técnica Superior de Arquitectu­ra de Barcelona (Etsab), de la UPC, realizó el año pasado, por encargo municipal, un estudio sobre el estado y las necesidade­s de los Túpolev, que aunque empezaron siendo de alquiler al final pasaron a ser de propiedad. “El boom turístico ha provocado un incremento increíble de su precio. Ahora están ocupados por tres tipos de habitantes: los originales de los años cincuenta, familias recién llegadas y las que lo destinan a alojamient­o turístico”, explica Ibón Bilbao, uno de los impulsores de AC. Una de las prioridade­s, a juicio de AC, es “formalizar y consolidar una única comunidad de vecinos para poner en valor su identidad, pues ahora los ocho bloques están desconecta­dos entre sí”. Bilbao considera que deben alentarse iniciativa­s como los encuentros espontáneo­s que se fraguaron hace décadas entre los vecinos. Cuando empieza a hacer buen tiempo, las noches de los sábados se reúnen abajo, en la calle, en una escena típica de los pueblos y también de las zonas más tranquilas de algunos barrios.

“Yo sigo bajando, unos traen tortilla de patatas, otros algún bizcocho, bocadillos ... y cenamos juntos”, apunta Miracle, una de las habituales de estas tradiciona­les citas estivales. A pocos metros, bulle una de las vías más solicitada­s por los turistas, la Rambla del Poblenou, donde no faltan las paellas precocinad­as, no aptas para todos los paladares, ni tampoco la sangría.

A los vecinos de siempre se suman familias recién llegadas y turistas que alquilan por días o semanas

 ?? XAVIER CERVERA ?? Miracle Rodríguez, fotografia­da en el terrado de uno de los ocho bloques Túpolev, con vistas al mar y al parque de la Mar Vella
XAVIER CERVERA Miracle Rodríguez, fotografia­da en el terrado de uno de los ocho bloques Túpolev, con vistas al mar y al parque de la Mar Vella
 ?? XAVIER CERVERA ?? Panorámica de cinco de los bloques Túpolev, en el paseo Calvell
XAVIER CERVERA Panorámica de cinco de los bloques Túpolev, en el paseo Calvell

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