“Yo no vi escenas de pánico”

Roger, un aficionado que seguía la evolución del evento desde atrás pero con una visión general de todo el espacio, rememora que “de pronto, durante la conexión en directo con el escenario belga, dejó de sonar la música”. “Me fijé y en la pantalla aún seguía la conexión, pero sin música, y al cabo de unos minutos vi que la parte derecha del escenario, en la parte inferior, empieza a arder. En concreto, la pata derecha del gran arco. En seguida aparece en la pantalla una especie de mapa con las vías de evacuación –prosigue–. La gente que había a mi alrededor estaba expectante, más incrédula que otra cosa. En ningún momento vi escenas de pánico. Esta situación duró diez minutos o un cuarto de hora, hasta que los bomberos se situaron delante del escenario y el público se fue yendo hacia atrás, y al cabo de otros diez minutos los mossos y los servicios de seguridad ordenaron que la gente fuese abandonando el recinto. Habrían pasado unos veinte minutos desde que comencé a ver las primeras llamas, y la gente que quedaba al alcance de mi vista se iba yendo más o menos tranquilamente. La clave, creo, fue que aquello ardió lentamente y no se derrumbó nada de la estructura del escenario. Seguro que hubo casos concretos, pero el sentir general de los asistentes no era de pánico. Al salir la gente se buscaba pero no se detectaba ni gran preocupación ni especial ansiedad, muchos se quedaban hablando, filmando y bebiendo. La verdad es que no percibí una sensación de desgracia”.