Sabor a despedida
Los jugadores del Madrid esperan que Neymar deje el Barcelona
Minuto 72 en el clásico de las Américas. Sobre las 21.45 de la noche en Miami (seis horas más en Barcelona), del sábado 29 de julio del 2017 (domingo 30 si se mira desde el otro lado del Atlántico). Entonces, en el Hard Rock Stadium estalló una retumbante ovación. Tal vez un momento particular en la historia culé.
Dicen que aquí en Florida también se oyeron los aplausos de París y los de Madrid.
“Cambié la camiseta con él y ¡ojalá! sea la última del Barcelona, a nosotros nos quitaría un problema”, declara tras el encuentro Sergio Ramos, el capitán merengue.
“No me ha dicho nada, no voy a contar intimidades y cada uno es libre de elegir su futuro. Creo que es un grandísimo futbolista y una pieza clave para el Barcelona y él decide su futuro. Nos quitaría un problema porque en los partidos clave marca las diferencias”, remata.
Ernesto Valverde sustituye en ese minuto 72 a Neymar, al rato de haber retirado a sus dos colegas, al idolatrado Lionel Messi –¿será este el verdadero problema para decantarse por el PSG?– y a Luis Suarez. Más cuestiones, ¿el entrenador quiso decir algo al desmembrar el tridente?
“Tienes razón, no quiero especular”, replica Valverde, en la rueda de prensa posterior al victorioso choque frente al Real Madrid, al requerimiento de si veía al jugador más fuera del equipo al concluir la gira americana. “Le veo donde estaba hace unos días, exactamente aquí, en el campo y esperamos que siga así”.
Un informador le pide opinión sobre lo que acaba de decir Javier Tebas, presidente de LaLiga. Según Tebas, si se fueran Messi o Cristiano sería terrible, si lo hace Neymar no pasa nada, llegará otro de su nivel.
“Respeto todas las opiniones”, se arranca Valverde. “Trato de hablar siempre de cosas que suceden, no de las que pueden suceder o no y esto todavía no ha sucedido. Vamos a esperar. Pero, en principio, tenemos a Neymar en nuestro equipo, contamos con él y pensamos que nos tiene que ayudar este año”, reitera.
Su sustituto en el campo es el turco Arda Turan, el polo opuesto del barroco crack brasileño. Neymar recorre el banquillo, después de darle la mano a Valverde, haciendo lo propio con sus compañeros. Hay una sensación de despedida. Aunque continúa el enigma, no hay una sola voz que, en privado, no murmure que esto es la crónica de una marcha anunciada. El presidente Josep Maria Bartomeu y su junta directiva sólo esperan que el delantero se pronuncie.
Al ver al dorsal 11 abandonar el césped, cómo no recordar las huidas por la puerta falsa blaugrana de Maradona, Schuster, Ronaldo o –vade retro satanás–, Figo, el más traicionero. Neymar tiene todos los números, según aseguran los que saben, para ser la próxima “espinita clavada en el corazón”, versión Albert Hammond, de la hinchada blaugrana.
“Nos vamos satisfechos por el partido y por cómo la gente se ha volcado con nuestro equipo”, remarca Valverde. “Sabemos el alcance internacional que tiene el Barça pero esto hay que vivirlo, hay que venir y darse cuenta del ambiente”, concluye el técnico sobre la experiencia por Estados Unidos y en Miami en concreto. Tres partidos, tres victorias.
Al clásico asiste una retahíla de famosos. Draymond Green, estrella del equipo de baloncesto de los Golden State Warriors, los guerreros que conquistaron el título de la NBA, luce la camiseta del crack brasileño, que le ha invitado. “El PSG es una increíble oportunidad para Neymar”, tercia Green.
El único futbolista azulgrana que atiende a los medios tras el 2-3 es Rakitic, que reconoce haber perdido los nervios con el árbitro. “Me ha insultado tres veces”, afirma. –¿Último partido de Neymar? –Eso yo no lo sé, preguntadle a él. ¡Ojalá no!
Hay ojalás para todos los gustos.
EL CAPITÁN MADRIDISTA Sergio Ramos se intercambió la camiseta con Neymar y confió en que sea la última