Vandalismo e inflación
La intolerable violencia empleada por miembros de la CUP para protestar contra la masificación turística de Barcelona; y la estabilidad de los precios en la eurozona.
LA inflación de la zona euro en julio se ha mantenido estable en el 1,3%, muy por debajo del objetivo del 2% del Banco Central Europeo. Este hecho enfría las expectativas sobre un eventual cambio en la política monetaria de esta institución en los próximos meses, tal como se había especulado. Dicha sospecha ha in fluido en una ligera depreciación del euro, que se hallaba en su nivel máximo desde el 2015.
Lo que se conoce como inflación subyacente, que es la que refleja la tendencia de fondo del comportamiento de los precios –al no contabilizar los productos más volátiles como los energéticos y los alimentos perecederos–, ha subido en cambio en julio una décima respecto a junio, hasta el 1,2%. La evolución de esta tasa es la que sigue más de cerca el Banco Central Europeo para decidir sobre su política monetaria. Pero, pese a que se halla en el nivel más alto de los últimos tres meses, con un ritmo de aumento constante, también sigue muy lejos de acercarse al objetivo del 2%.
En España, debido a su intenso crecimiento económico, la inflación en julio ha crecido muy por encima de la media de la zona euro y se ha situado en el 1,7%, cuatro décimas más, hecho este que le hace perder competitividad con respecto a sus principales países competidores del club comunitario.
El dato de inflación en julio era esperado para ver si marcaba alguna tendencia que pudiera avanzar la futura decisión del Banco Central Europeo sobre su política monetaria. De momento demuestra que la mejora del crecimiento económico europeo no se traduce todavía en un incremento sostenido de los precios, salvo en algunos países como España o Alemania.
Los responsables del Banco Central Europeo, con Mario Draghi a la cabeza, necesitan una orientación clara sobre el comportamiento de la inflación para poder tomar sus decisiones después de las vacaciones de agosto. Pero de momento la señal emitida por los precios en julio es de estabilidad. La evolución del desempleo, que en julio ha descendido hasta el 9,1% en el conjunto de los diecinueve países del euro –la tasa más baja desde el 2009–, tampoco es lo suficientemente significativa como para reducir la oferta de mano de obra y empujar los salarios, y por tanto, la inflación, hacia arriba.
Todo indica, pues, que la institución monetaria europea mantendrá estables los tipos de interés en lo que resta de año y que retrasará sus decisiones sobre la retirada de los estímulos monetarios hasta comprobar un mayor impacto del crecimiento económico en la evolución de los precios. De hecho, los responsables del BCE ya han venido adelantando que cualquier cambio de su política monetaria no se producirá antes de finales del año próximo.