Guitarra legendaria
Carlos Santana arremete contra Trump al presentar su nuevo disco con los Isley Brothers
Carlos Santana presenta en Nueva York su nuevo disco, Power of peace, un título de resonancias hippies grabado junto a otras leyendas como The Isley Brothers, Ronald a la voz y Ernie colaborando con la guitarra.
Todo en cuero negro, pantalones y chupa, el vestuario de Carlos Santana resulta más que adaptado a las temperaturas polares que se registran en las estancias interiores del verano neoyorquino. Hace un frío que se las pela.
Otra cosa es la calle y más este día, uno de la semana pasada, que es una de las pocas jornadas de verdadero estío en la Gran Manzana. En el asfalto, tanto cuero puede parecer un anacronismo o, simplemente, una demostración del pelaje de este artista, guitarrista prodigioso, que le ha permitido sobrevivir a modas, modismos, sonidos, épocas o avatares de la industria discográfica.
Esta evolución se concentra en uno de sus recuerdos: “Entonces nadie la llamaba salsa, la denominábamos música tropical”.
Aquí está Santana, a sus 70 años, presentando su nuevo disco, recién editado, con el título Power of peace de reverberación hippy, grabado junto a otras leyendas como son The Isley Brothers, Ronald a la voz y Ernie colaborando con la guitarra.
También está Cindy Blackman Santana, esposa del protagonista principal, percusionista –conocida por su trabajo con Lenny Kravitz– y autora de I Remember, una de las trece canciones que componen el álbum.
Sin quitarle mérito alguno a esta composición, el resto de temas son verdaderas joyas, como el God bless the child de Billie Holiday; Higher ground, de Stevie Wonder; Gypsy Woman de Curtis Mayfield; Mercy mercy me (the ecology) de Marvin Gaye; o I just want to make love to you, de Muddy Waters y Willie Dixon.
“En todo momento tuve la sensación de descubrir algo nuevo”, señala Ernie Isley respecto a la grabación de estas versiones. La tarea se prolongó cuatro días, en unos estudios de Las Vegas.
Convocada en el Jimi Hendrix’s Electric Lady Studios, en el barrio de Greenwich Village, en Manhattan, esta es una rueda de prensa de tintes curiosos.
No es habitual compartir reflexiones con alguien como Santana mientras este se pasa prácticamente la sesión cogido de la mano de su esposa. Tampoco que la concurrencia, compuesta por profesionales del periodismo, convocados ahí por razones laborales, rompan en un sonoro aplauso al observar la emoción, incluso con lágrimas, que embarga a Ronald Isley al hablar del amor que su hermano y Santana profesan a la guitarra.
Algo más previsible es la referencia al momento estadounidense –cargado de nacionalismo blanco, racismo y xenofobia– cuando un disco se titula El poder de la paz y luce una anotación a pie de página de su estrella: “La ausencia de conflictos es la paz”.
Carlos Santana presenta sus credenciales bajo un aura espiritual. “Sentimos que debemos unirnos como superhéroes y venir al rescate de este lugar, en este planeta, que necesita medicina con intensidad para curarse”.
Precisa que parte de ese bálsamo es este disco y expresa su ferviente fe en la fuerza de la música dado el clima político de este 2017. “Animo a la gente a que haga música en los aparcamientos, en las zonas comerciales, en cualquier sitio y así transformar esa mente retorcida que busca causar daño a la otra gente”
Hace una precisión al evocar que “el muro de Berlín cayó el mismo día que liberaron a Mandela”. El músico, nacido en México y criado en California, remarca que “algún necio está intentando levantar más muros”, que, sin citarlo, queda claro que se refiere al presidente Donald Trump.
“Le decimos que se ahorre su dinero, que esos muros ya están en la mente de la gente”. Y subraya: “Queremos derribar esos muros en la cabeza de la gente creando este tipo de frecuencia”.
Hay una referencia a Hendrix, al que Santana define de “chamán de otra orden o dimensión”, y Ernie Isley ilustra el encuentro guitarrero con Carlos. “Fue como dos niños montados en bicicleta y comiendo helado a la vez”.
‘Power of peace’ incluye 13 temas, de los que 12 son joyas y uno es nuevo, de Cindy Blackman Santana