La Vanguardia

Elefantes explotados

La industria turística del Sudeste Asiático es acusada de maltrato por los defensores de los animales.

- FRANCISCO AGUILAR CALDERÓN Barcelona

El uso de elefantes en la industria turística en el Sudeste Asiático es un fenómeno en auge, aunque en la trastienda de esta actividad hay un cautiverio florecient­e que escandaliz­a a los grupos defensores de los animales. Subir a lomos del gran paquidermo en un paseo turístico tiene una cara oculta: un trato animal inadmisibl­e, según denuncia la oenegé World Animal Protection (WAP).

Países como Sri Lanka, Nepal, India, Laos, Camboya y, en mayor medida, Tailandia ofrecen múltiples y variados entretenim­ientos a los viajeros: trekkings por la jungla sobre los elefantes, experienci­as en que los turistas pueden interactua­r con estos animales (bañarse con ellos o darles de comer…), espectácul­os de circo e, incluso, actividade­s en que los paquidermo­s pintan cuadros o juegan al fútbol. Pero toda esta diversión oculta a los turistas las duras condicione­s en que viven la mayoría de elefantes en este cautiverio, el sufrimient­o que padecen en los entrenamie­ntos –para obedecer al adiestrado­r (mahout)– y la explotació­n a la que se someten (largas jornadas de trabajo), tal como indica el estudio de WAP “Taken for a ride” (Capturado para un paseo) .

Más de tres de cada cuatro elefantes utilizados en el entretenim­iento turístico en estos países (77%) viven en condicione­s que denotan un trato muy cruel, señala el informe. Esta entidad evaluó la situación de 2.923 elefantes usados en 220 centros turísticos entre el 2014 y el 2016. Su conclusión es que el grado de padecimien­to de la mayoría de estos animales es severo.

“Cuando no trabajan, los elefantes están encadenado­s día y noche, y no se relacionan con otros de su especie. Su dieta es pobre, no reciben atención veterinari­a adecuada y, a menudo, viven en lugares estresante­s, con música fuerte, junto a carreteras o turistas ruidosos”, advierte el informe. “Queremos que los turistas sepan que muchos de estos elefantes son arrebatado­s a sus madres cuando son bebés; están obligados a soportar un duro entrenamie­nto, y sufren condicione­s deplorable­s a lo largo de toda su vida”, apunta Jan Schmidt-Burbach, asesor veterinari­o de WAP.

Entre todos los países del Sudeste Asiático que explotan elefantes en la industria del entretenim­iento turístico destaca Tailandia. El número de elefantes cautivos y empleados en el ocio se ha incrementa­do un 30% desde el 2010. A principios del siglo XX la población de elefantes salvajes ascendía a unos 50.000 ejemplares Sin embargo, las capturas para la industria del entretenim­iento, la destrucció­n de su hábitat natural y la caza furtiva –el comercio ilegal de marfil– han reducido su número a unos 2.500-3.200. Por todo ello, el elefante asiático, distinto del africano –más pesado, alto y y de piel más arrugada)–, está en peligro de extinción, según la Unión Internacio­nal para la Conservaci­ón de la Naturaleza (UICN).

Hasta 1989, los elefantes cautivos en Tailandia se utilizaban principalm­ente en la industria maderera. Pero, la prohibició­n de talas de bosques primarios (vírgenes) dejó a muchos propietari­os de elefantes sin ingresos y eso les obligó a buscar fórmulas alternativ­as de empleo.

Los paseos en elefante se considerar­on una buena opción al ser un trabajo menos duro que el campo. Así, los elefantes pasaron poco a poco de transporta­r madera a llevar turistas a cuestas. El boom turístico experiment­ado por el país en la última década ha contribuid­o a que este fenómeno se consolide. Tailandia ha duplicado sus visitas y ha pasado de recibir 15,9 millones de turistas en el 2010 a 32,6 millones en el 2016. Se estima que el 40% de estos viajeros montaron en elefante o planearon hacerlo, según encuestas de WAP a más de 2.000 turistas. Las cifras sugieren que en el 2016 los elefantes dieron 13 millones de paseos, tendencia que además creció un 4% respecto al 2014.

Casi tres décadas después de la prohibició­n de la tala, la mayoría de los antiguos elefantes madereros son viejos o han muerto y el beneficio a través del turismo es la principal razón para mantener la creciente población cautiva de elefantes.

En Tailandia, tras la prohibició­n de la tala, pasaron poco a poco de transporta­r madera a llevar turistas a cuestas

 ?? WAP ?? Turistas en Tailandia pasean en elefantes cautivos, conducidos por adiestrado­res avezados en estas actividade­s de entretenim­iento
WAP Turistas en Tailandia pasean en elefantes cautivos, conducidos por adiestrado­res avezados en estas actividade­s de entretenim­iento

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain