La generación perdida
El reciente adiós a la política de Madina pone fin a los planes sucesorios que hace años diseñó Zapatero para el PSOE
He tenido el enorme privilegio de formar parte de un grupo absolutamente excepcional”, admitió Eduardo Madina al anunciar que ya no volverá a ocupar su escaño el próximo mes de septiembre y que abandona toda actividad política e institucional. La incompatibilidad del joven político vasco con el reelegido secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, le ha forzado a dar este paso. Pero con Madina acaban por descarrilar los planes de sucesión que un día, no tan lejano, diseñó José Luis Rodríguez Zapatero. De hecho, Madina engrosa así la lista de emergentes políticos socialistas que fueron llamados a ocupar las más altas responsabilidades, en el Gobierno, en el PSOE y en el grupo parlamentario socialista, pero que hoy, pese a ser todavía jóvenes y sobradamente preparados, han visto truncadas sus carreras políti- cas. Se puede hablar de toda una generación perdida en el PSOE.
Zapatero, entonces presidente del Gobierno que aún disfrutaba las mieles del éxito tras su primer mandato, quiso poner en la estela de su sucesión a tres jóvenes políticos en los que depositó todas sus esperanzas de futuro. Eran la catalana Carme Chacón (Esplugues de Llobregat, 1971), la valenciana Leire Pajín (aunque nacida en San Sebastián, en 1976) y el vasco Eduardo Madina (Bilbao, 1976). A Chacón ya la incorporó Zapatero a su primera ejecutiva de Ferraz, en el año 2000, después la colocó como vicepresidenta del Congreso (2004-2007), y ministra de Vivienda (2007), hasta que en el 2008 la quiso señalar claramente como sucesora al situarla como ministra de Defensa, cargo que ocupó hasta el 2011. A la entonces jovencísimaestaba desde el Pajín, 2000 queen su tambiénprimera ejecutiva de Ferraz, Zapatero la situó cuando llegó a la Moncloa como secretaria de Estado de Cooperación Internacional (2004), y en el 2008 la elevó, para gran sorpresa de todos, como secretaria de organización del PSOE. Dos años después, no obstante, la volvió a colocar en el Ejecutivo, ya como ministra de Sanidad, Política Social e Igualdad. Y a Madina, a quien Zapatero conoció en el hospital tras el brutal atentado de ETA que sufrió en el 2002, le convirtió en secretario general del grupo socialista en el Congreso ya en el 2009. Tras la caída de Zapatero en el 2011, desarbolado por la voraz crisis económica, los tres políticos socialistas corrieron distinta suerte. Pero ninguno logró alcanzar los objetivos un día soñados. Chacón, que falleció repentinamente el pasado mes de abril, perdió finalmente las primarias para PSOEPérez la Rubalcaba.en el secretaría2012, frentePajín, generaltras a Alfredo reco- del locarse brevemente como vicesecretaria general del PSPV de Ximo Puig en el 2012, renunció a su escaño y abandonó la política en julio de ese mismo año, y se fue a Nueva York a trabajar en la Organización Panamericana de la Salud. Actualmente es asesora externa de la ONU y trabaja en una onegé con sede en Barcelona. Y Madina también dio el paso para optar a la secretaría general del PSOE, pero perdió frente a Pedro Sánchez en el 2014. El regreso de nuevo de Sánchez a Ferraz, tras ganar otra vez las primarias del pasado mes de mayo, ha impulsado definitivamente a Madina a abandonar la política.
No será el último que lo haga, probablemente. El retorno de Sánchez como líder del PSOE podría suponer el fin de las trayectorias políticas de otros dirigentes de esa misma generación, que han ocupado altas responsabilidades en Ferraz o en el grupo parlamentario durante los mandatos de Zapatero y de Rubalcaba. Aunque, en algunos casos, también integraron el equipo de Sánchez durante su primer mandato en el PSOE. Son los casos de Antonio Hernando (Madrid, 1967) y de Óscar López (Madrid, 1973). El primero dimitió como portavoz del grupo socialista en el Congreso –un cargo que ocupaba desde el 2014 tras estar en la ejecutiva de Ferraz desde el 2008– la misma noche de la victoria de Sánchez en las primarias de mayo. El segundo, tras ser secretario de organización de Ferraz con Rubalcaba, fue relevado como portavoz socialista en el Senado ya en octubre del año pasado por la gestora que tomó las riendas del partido tras la dimisión forzada de Sánchez. Pero Óscar López apostó fuerte en las primarias por Patxi López, y el triunfo de Sánchez le ha dejado en tierra de nadie.
Algunos otros compañeros de fatigas ya habían tirado la toalla antes y abandonado la política, como Juan Moscoso (Pamplona, 1966), que, tras su labor como diputado en el Congreso y en Ferraz, fue designado por Rubalcaba como portavoz de su candidatura en las primarias del 2012. Y otras dos dirigentes muy experimentadas, como Elena Valenciano (Madrid, 1960), que llegó a ser vicesecretaria general del PSOE con Rubalcaba y luego encabezó el cartel socialista para las elecciones europeas del 2014, o Soraya Rodríguez (Valladolid, 1963), que también fue secretaria de Estado de Cooperación Internacional con Zapatero y luego portavoz del grupo socialista en el Congreso con Rubalcaba, quedan, tras el regreso de Sánchez a la secretaría general del PSOE, en una difícil posición. Algunos de los citados, de hecho, ya están buscando otras salidas profesionales, sin descartar en absoluto seguir los pasos de Madina.
Otros dirigentes socialistas caídos en desgracia no descartan seguir los pasos del político vasco