Menos colas en la segunda jornada oficial de paros
Las esperas apenas superaron los 45 minutos en una jornada de huelga con relativa tranquilidad en el aeropuerto
La segunda jornada de huelga oficial de los trabajadores responsables de los filtros de seguridad del aeropuerto de El Prat, con cuatro paros de una hora y unos servicios mínimos del 90%, causó menos colas que la primera, realizada el pasado viernes en las mismas condiciones.
Según fuentes de Aena, el tiempo máximo de espera fue de 45 minutos, lejos de las casi dos horas del primer día de parones parciales. “Ahora estamos en colas de 40 minutos pero hemos tenido más importantes”, reconoció el secretario de Estado de Infraestructuras, Transporte y Vivienda, Julio Gómez-Pomar, desde el aeropuerto a media mañana.
La T2 fue el punto que volvió a tener más esperas coincidiendo con el segundo parón de una hora de los empleados de Eulen, realizado a las 10.30 horas. Pero la situación en la vieja terminal ayer no rozó lo caótico, como sí pasó el pasado viernes. El tráfico por las serpenteadas cintas de la T1 fue fluido, aunque hubieron colas intermitentes, de entre veinte y treinta minutos, coincidiendo con los parones. Durante los dos paros de la tarde se produjeron colas de un 20 minutos como mumos cho, según Aena. Tampoco se vieron grandes aglomeraciones en la zona de vuelos regionales y el puente aéreo entre Barcelona y Madrid. Relativa tranquilidad.
Todo esto en un día con 518 salidas programadas y 95.848 asientos vendidos, volumen de pasajeros muy similar al de la primera jornada de huelga, cuando se efectuaron 515 salidas y se vendieron 94.176 asientos.
“Hemos venido con cuatro horas de antelación y ahora pasare- el control de seguridad después de hacer tan sólo 15 minutos de cola”, explicó Jordi Martínez, un joven a punto de emprender un viaje a Bergen (Noruega) para comenzar un Erasmus. “Mientras unos facturaban las maletas, otros comenzaban la cola”, dijo el estudiante de Periodismo, que iba acompañado por sus padres. Esa fue una artimañana recurrente para evitar sustos ante la posibilidad de perder el avión.
Precisamente, en los mostradores de facturación también registraron colas, producidas porque los pasajeros llegaron al aeropuerto, otra vez, con muchas horas de antelación con el fin de evitar riesgos. “Recomendamos a los pasajeros que no lleguen con tanta antelación”, dijo GómezPomar. Y es que muchos se desplazaron al aeródromo con cuatro o cinco horas de margen.
“He pasado el control de seguridad muy rápido después de venir con cuatro horas y media antes”, explicó David Medrano, camino de Londres. “La aerolínea ha abierto el mostrador de facturación antes de lo normal”, se alegró. “Aunque a los pasajeros nos fastidie, entiendo las reivindicaciones de los trabajadores”, sentenció este viajero.
No todo el mundo se mostró tan comprensivo con los empleados de Eulen. Juan Ramos estaba muy rebotado con ellos: “Tengo un cáncer y no puedo estar mucho tiempo de pie, mi madre viaja a Las Palmas y les he pedido que la dejaran pasar para poder despedirme de ella sin pasarlo mal, pero me lo han negado dos veces”, denunció mientras se apoyaba en sus muletas. “Después de ir a hablar con la compañía aérea, a la tercera sí la han dejado pasar”, añadió Ramos. “Yo ni negociaría con ellos, despediría a los trabajadores”, opinó enfadado.
Como ya pasó durante la primera jornada de huelga oficial, no se masificaron los mostradores de reclamación de las compañías aéreas. Armados de previsión y paciencia, pocos pasajeros perdieron el vuelo. Además, pese a que algunos estaban nerviosos, no hubo actos incívicos entre los pasajeros ni incidentes importantes.
Fomento y Aena recomiendan no llegar al aeropuerto con tanta antelación para no colapsar la facturación