Excursión cultural a Sóller
Los Reyes y sus hijas visitan la exposición sobre la amistad que unió a Picasso y Miró
Turismo cultural y contacto popular. Con la excursión que los Reyes y sus hijas, Leonor y Sofía, realizaron ayer a Sóller cubrieron varios frentes aprovechando que en unos días abandonarán Mallorca para disfrutar de unos días de vacaciones privadas. La población, situada a los pies de la sierra de Tramuntana, puede presumir de haber sido elegida dos veces como escenario para una aparición pública de los Reyes y sus hijas. Hace algunos años, aún príncipes, Felipe y Letizia pasearon con las niñas por Port de Sóller y ayer recorrieron el centro de la población. El objetivo principal de la visita era conocer la exposición Picasso y Miró: historia de una amistad que puede verse hasta el 26 de noviembre en Can Pruneda, una residencia modernista convertida en museo. Joan Punyet Miró y Bernard Ruiz-Picasso, nietos de los artistas, ejercieron cicerones para los Reyes y sus dos hijas en la muestra que explica los detalles de la amistad que durante cincuenta años unió a los dos genios de la pintura.
Los Reyes, la princesa Leonor y la infanta Sofía, vestidos con atuendos veraniegos, llegaron a Sóller poco después de las 10 de la mañana cuando la población aún estaba recibiendo el día. Desde la plaza de la Constitució, donde se encuentra la imponente iglesia de Sant Bartomeu y el Ayuntamiento, se adentraron andando por las calles del centro salpicadas por palacetes edificados hace un siglo por los sollerics que, tras emigrar a América o Francia, regresaban enriquecidos. Can Prunera fue construida a principios del siglo XX y hace algunos años pasó a ser propiedad de una fundación. En su interior se reproduce la casa como era hace un siglo y, además, se expone, de modo permanente, parte de la colección de arte de Pedro Serra, empresario mallorquín y buen amigo de la familia real.
Pero, en esta ocasión, la visita se limitó a la original exposición que explica la relación entre Picasso y Miró con cartas, cuadros, litografías, grabados, cerámicas, bocetos, fotografías y hasta una cinta inédita de súper8 grabada en la casa que Picasso tenía en Mougins (Francia) durante una visita de Miró. Joan Punyet Miró, nieto del artista, es el comisario de la exposición y fue el entusiasta relatador de las anécdotas que compartieron los dos genios de la pintura, acompañado por Bernard Ruiz Picasso, nieto del creador del Gernika. Joan Miró nació en Barcelona pero su familia materna era de Sóller; en 1929 se casó con una mallorquina, Pilar Juncosa, con quien ,a partir de 1954, se instaló definitivamente en la isla. Picasso nunca pisó, que se sepa, Mallorca pero su nieto, Bernard Ruiz-Picasso, hijo de Paul, nacido del matrimonio entre Picasso y la bailarina
Joan Punyet Miró y Bernard Ruiz-Picasso, nietos de los pintores, ejercen de cicerones para la familia real
rusa Olga Khoklova, tiene una residencia en Formentor. Los dos nietos reprodujeron el abrazo que se dieron sus abuelos, plasmado en una de las fotos que puede verse en la exposición, ante la mirada de los Reyes y sus hijas.
En el recorrido, la Reina se interesó por las dedicatorias de los dibujos que Picasso envió a Miró, sobre todo una en la que recuerda cuando ambos bebían vino del Priorat en porrón, y el Rey admiró los trazos con los que Picasso lograba plasmar su estilo hasta en el cartón de una caja de cerillas que regaló a Maria Dolors, la hija de Miró.
Leonor y Sofía se mostraron especialmente atentas cuando el nieto de Miró contó que una de las cerámicas expuestas reproducía un búho al que Picasso acogió en su estudio cuando se rompió un ala. A la salida del museo, la princesa y la infanta asintieron cuando su madre explicó que a las niñas les había gustado lo que habían visto. También les agradó, aunque ya fuera de la exposición visitada, una colección de muñecas antiguas que puede verse en otro salón de Can Pruneda.