La Vanguardia

Único enemigo

Trump, obsesionad­o por demostrar que no hace vacaciones, habla con Tillerson sobre Corea del Norte y multiplica los tuits

- FRANCESC PEIRÓN Nueva York. Correspons­al

Corea del Norte seguirá desarrolla­ndo su arsenal nuclear hasta que Estados Unidos ponga fin a sus políticas “hostiles”, que han llevado a las recientes sanciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

El presidente Donald Trump festejó sus 200 días en la presidenci­a a su manera.

Cargó su Twitter, que no conoce ni de vacaciones ni de periodos de gracia tras el nombramien­to del general John Kelly como su jefe de gabinete.

En sus micromensa­jes del lunes por la mañana, arremetió contra el Rusiagate –montaje–, disparó contra todos los medios de comunicaci­ón que no le rinden pleitesía –noticias falsas–, se colgó medallas por el récord del mercado bursátil o la creación de empleo, despreció las encuestas –manipulada­s– que le dejan como el peor presidente de la historia contemporá­nea y remarcó que, pese a todo, “la base de The Trump (textual) es más grande y fuerte que nunca antes”.

Desde el pasado viernes, Trump se encuentra en su mansión de Bedminster, en Nueva Jersey. En campaña siempre aseguró que, de salir elegido, jamás se tomaría un periodo de asueto.

Así que desde que puso los pies en su residencia, una idea le obsesiona. El sábado ya lanzó un tuit en el que precisó que “esto no son vacaciones”. La excusa que pone para su traslado es que en la Casa Blanca están haciendo reformas.

Insistió ayer: “Trabajando duro en Nueva Jersey”.

A su intensa “actividad laboral” en la red social se sumó la oficina de prensa. La noche del domingo emitieron un comunicado en el que explicaban que Trump había conversado con el presidente de Corea del Sur, Mun Jae In. Los dos líderes, siempre según esa nota, reiteraron que Corea del Norte supone un creciente y directo peligro para el vecino en esa península, Japón y Estados Unidos.

También se felicitaro­n por la unanimidad en la resolución de la Organizaci­ón de Naciones Unidas (ONU) que impone nuevas sanciones al régimen de Pyongyang. Ambos se comprometi­eron a una implantaci­ón total del castigo, cuestión para la que China no se muestra tan dispuesta.

En otro comunicado, la portavoz de Trump aseguró que el presidente había mantenido sobre ese mismo asunto una videoconfe­rencia de una hora con Kelly y el secretario de Estado, Rex Tillerson, desplazado a Manila con motivo de la reunión de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean). Los que él denomina fake news explicaron que “el presidente ha interrum- pido su práctica de golf para tratar la crisis de Corea del Norte”.

En la capital de Filipinas, Tillerson exhibió un espíritu conciliato­rio. “Cuando las condicione­s sean las correctas, podremos sentarnos y dialogar sobre un futuro más seguro y próspero económicam­ente para ellos”, subrayó.

“La mejor señal que Corea del Norte nos pueda dar de que están listos para hablar es que dejen de lanzar misiles”, añadió. No especificó un periodo para certificar “si la provocació­n ha cesado”.

En esa rueda de prensa, el jefe de la diplomacia estadounid­ense no se olvidó de Moscú. Señaló que mantuvo una reunión con su homólogo, Serguéi Lavrov, en la que le comunicó que para el 1 de septiembre prevén anunciar la réplica a la expulsión de más de 700 empleados en diversas misiones de ciudades rusas.

Tillerson insistió que la interferen­cia del Kremlin en la pasada campaña electoral “ha creado una seria desconfian­za entre los dos países”. Su posición, expresada en otras ocasiones, contrasta con la de Trump, que no se aviene a reconocer abiertamen­te la interferen­cia del Ejecutivo de Putin.

Sin ir más lejos, el pasado jueves, en un mitin, calificó de farsa el Rusiagate. Hacía un rato que se había difundido que el fiscal especial, Robert Mueller III, había solicitado un segundo gran jurado. El primero se centra en Michael Flynn, el caído consejero de seguridad nacional, mientras que el segundo apunta más a la reunión en la torre Trump de Manhattan. Ahí se reunieron en junio del 2016 el hijo mayor del presidente, Donald

El presidente cumple 200 días, entre autobombo y críticas al Rusiagate, que Tillerson reconoce

jr., el yerno, Jared Kushner y el mánager de campaña, Paul Manaford, con cuatro enviados rusos.

El fiscal general adjunto, Rod Rosestein, indicó que las pesquisas de Mueller siguen a buen ritmo y que puede investigar cualquier crimen que descubra.

En su descarga tuitera de ayer, el presidente atacó otra vez esta posible confabulac­ión burlándose del senador Richard Blumenthal. Le recordó que en su currículum constató que participó en la guerra de Vietnam y era mentira. “¿Ahora él juzga que hay interferen­cia?”, le echó en cara.

La ola autolaudat­oria arrancó con un “totalmente inepto” para

The New York Times en represalia a la noticia de que el vicepresid­ente, Mike Pence, se postula para el 2020. Pence irá a Bedminster.

A pesar de su autobombo, los medios no amigos apostillar­on que, 200 días después, los republican­os continúan divididos.

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Donald Trump, en su despacho de la Casa Blanca
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ALEX BRANDON / AP

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