Merkel defiende el asentamiento en la UE de 20.000 refugiados más
La canciller debatirá la cuestión migratoria con Macron, Gentiloni y Rajoy
Lo primero que ha hecho Angela Merkel de regreso de sus vacaciones ha sido abordar la cuestión migratoria. A finales de julio, el líder socialdemócrata, Martin Schulz, le acusó de evadirse del tema ante la campaña para las elecciones del 24 de septiembre. Pero ayer Merkel recibió en Berlín al Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (es decir, Acnur), Filippo Grandi, y al director de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), William Lacy Swing. A ambos les prometió 50 millones de euros adicionales para sus misiones en Libia, el país que es punto de partida de la crisis migratoria del Mediterráneo central.
Por supuesto que la perspectiva del cheque tuvo que ayudar a que Grandi y Lacy Swing elogiaran la generosidad Alemana con los refugiados en los últimos años y la “visionaria decisión” de Merkel de abrir las fronteras en el momento más acuciante de la crisis migratoria del 2015. Desde entonces, Alemania ha recibido a 1,3 millones de refugiados.
Pero la canciller dio además un paso adelante y aceptó la demanda del jefe de Acnur de duplicar, a 40.000, el número de plazas de asilo en Europa pactadas con la ONU, que era de 20.000. “Es un número al que 500 millones de habitantes de la Unión Europea pueden hacer frente, probablemente”, dijo Merkel.
Filippo Grandi señaló que de las personas que se embarcan en las pateras al menos el 20-30% son merecedoras de protección como refugiados.
El próximo 28 de agosto está prevista una cumbre en París entre el presidente francés, Emmanuel Macron, Merkel y los jefes de Gobierno de Italia y España, Paolo Gentiloni y Mariano Rajoy. Angela Merkel dijo ayer que pondrá allí la crisis migratoria a debate y que este formato de discusión, entre los socios más afectados por el fenómeno, resulta “más fácil” que en el conjunto de la UE.
La idea de Angela Merkel parece ser hacer compatible la recepción de nuevos demandantes de asilo y alcanzar un acuerdo con Libia al igual que se hizo con Turquía. Todo el mundo califica esto último de imposible o descabellado, por lo que la canciller no se olvida de señalar que primero hay que “estabilizar” el país. Mientras, la labor de Acnur y la OIM está orientada a intentar mejoras en las condiciones de las cárceles libias (al menos las oficiales) en que se interna a los migrantes, a promover los retornos desde Libia a los países de origen y a trabajar en los países de tránsito, como ha estado haciendo en Níger el enviado especial de Acnur para el Mediterráneo, Vincent Co- chetel. Según Joel Millman, portavoz de la OIM, el incremento de llegadas que se está registrando en España –más de 8.200 personas este mes de agosto– es debido a que muchos migrantes están evitando la ruta que les conduce a Libia, donde “parece que hay una estrategia deliberada para meter a la gente en embarcaciones sobrecargadas que hacen agua de inmediato”, mientras que en la ruta hacia España “se emplean embarcaciones pequeñas con la esperanza de que no sean detectadas, y sin duda algunas lo consiguen”.
El último informe de la OIM, divulgado ayer, contabiliza unas 117.800 llegadas por mar en lo que va de año, y más de 2.400 muertos y desaparecidos.
Berlín dará 50 millones a la misión en Libia de Acnur y la Organización Internacional para las Migraciones
El enviado especial de la ONU para Libia, Ghasan Salame, ha señalado recientemente que “cada país tiene derecho a proteger sus fronteras”, pero que “la manera de hacerlo es a través de la cooperación entre países vecinos”. Salame defiende el acuerdo de colaboración entre Italia y el Gobierno de Trípoli como “el buen camino”. El mediador de la ONU se reunió esta semana con el ministro italiano de Exteriores, Angelino Alfano. La idea italiana –que no es nueva, y ya fue manejada por Alemania– es organizar campos de refugiados en territorio libio que sean administrados por las agencias de la ONU, precisamente las que ya están trabajando en el país y van a recibir más dinero alemán.