Diseño y sabor en el grifo
Tapp Water capta 300.000 euros para internacionalizar su sistema de filtro doméstico
Dicen que fundaron Tapp Water porque a los dos emprendedores les gusta hacer barbacoas en la terraza. “Pero si vives en un ático sin ascensor, tienes que comprar garrafas de agua y subirlas”, explica Alexander Schwarz, cofundador junto a Magnus Jern de esta startup que pretende “revolucionar los sistemas domésticos de filtrado de agua”. Magnus Jern y Alexander Schwarz se conocieron hace diez años trabajando en Barcelona: el primero, sueco, fue cofundador de Golden Gekko, antes directivo de Vodafone en Londres, y el segundo, alemán, fue el responsable de la expansión internacional de Softonic.
“En Alemania o en Suecia el agua del grifo tiene buen sabor. Pero en Barcelona se le añade más cloro y tiene más cal: es totalmente potable, pero sabe mal”, explica Schwarz. En su casa instaló un sistema de filtros: “Pero no son fáciles ni asequibles para un piso, o si vives de alquiler. Hay mucha presión de marketing para vender agua embotellada. Nosotros estamos en contra de generar tanto residuo plástico”.
Así que decidieron convertir este problema en la motivación de su nueva empresa. “Estudiamos más de 50 filtros que se venden en el mundo”. Los sistemas de jarra son lentos. La ósmosis inversa tampoco les convenció, “pierde demasiada energía”. “Nos gustó el sistema de filtro de carbono activo en el mismo grifo, y encargamos un diseño de filtro”.
Jern y Schwarz iniciaron el proyecto con 60.000 euros y otros tres socios: Jeff Cardarelli, Toni Tort y Rocío Alcocer. La primera versión del dispositivo –de plástico blanco, se fabrica en Taiwán– se comercializa por internet (en gran parte, por Amazon), en seis tiendas en Barcelona y una en Eivissa, y en markets. Ofrecen el producto por unidades o por un modelo de suscripción (al que se apuntan el 65% de los clientes, aseguran). “Ya vendemos en España, el Reino Unido y Alemania. En todas partes a la gente le da seguridad beber agua filtrada”.
Ahora Tapp Water acaba de cerrar una ronda de financiación de 300.000 euros, con business angels españoles y europeos, para expandir e internacionalizar la compañía, aumentar equipo (ahora son 6 personas), y para preparar la versión 2 del Tapp Water, que tendrá una app vinculada con el grifo vía bluetooth. La previsión es cerrar el 2017 con 15.000 clientes y unas ventas de 500.000 euros. “En el 2018 aspiramos a 100.000 clientes, y en el 2019, a un millón de usuarios. Pero nuestra misión en el 2020 es ahorrar 1.000 millones de botellas de plástico. Para ello necesitamos tener 3 millones de clientes. Eso sería una facturación de 100 millones de euros y una plantilla de 150 o 200 personas”. Asegura que la empresa es rentable, pero necesitan acelerar el crecimiento, y por ello prepararán una próxima ronda de 3 millones. Y para el Tapp 3, ya tenemos “ideas locas”, dice.
“Nuestro objetivo es tener 3 millones de clientes para ahorrar 1.000 millones de botellas de plástico”