La Vanguardia

“La felicidad consiste en llegar a ser quien eres”

Hace 30 años que nací mujery 3 que lo es también mi cuerpo. Nací en Pomigliano. Como cualquier mujer, quiero realizarm een mi profesión y encontrar al hombre que me merezca, tener hijos y soñar que soy Sophia Loren. Estoy en deuda con la excelencia quirúr

- LLUÍS AMIGUET

Yo fui un niño feliz de una familia de clase media de Pomigliano, una ciudad de 40.000 habitantes cercana a Nápoles. Jugaba con las barbies y los vestidos de mi hermana, que era para mí lo natural...

¿Hasta cuándo? A los cinco años empecé a darme cuenta de que yo no era un niño, porque quería ser como mi hermana.

¿Qué decían en el colegio? Me llamaban gay y afeminado, pero yo no me daba por aludido, porque un homosexual es un hombre que siente algo por otro hombre y yo iba a ser una mujer.

¿Nunca pensó que tal vez cambiara? Al contrario: a los 13 años sentí algo por otro chico y me di cuenta de que yo era mujer en mi cerebro y en mi corazón y que mi vida no tendría sentido hasta que lo fuera también en el físico. Y me pareció natural ser actriz.

He leído que era sex symbol masculino. Me hice famoso y gané premios. Recuerdo estar en las galas de la Mostra de Venecia, recibiendo honores, pero sintiéndom­e desgraciad­o por dentro, porque era como si aquello lo estuviera viviendo alguien que no era yo. ¿No pensó en transvesti­rse? Nunca. Por una cuestión de elegancia y de dignidad. Hubiera sido una falta de respeto hacia mí mismo y mi condición de mujer. Yo no soy un fenómeno circense.

¿A qué edad empezó a tratarse para cambiar de sexo?

A los 27 años. Ahora tengo 30.

¿Por qué entonces y no antes o después? Yo le daba vueltas y vueltas al gran paso y esperaba el momento, pero también creía que tenía que producirse como una señal.

¿Cómo se produjo? Fue de repente. Yo ya era famoso como Giuseppe Schisano, actor de series muy populares. Pero al entrar en el supermerca­do, la dependient­a se dirigió a mí sin darse cuenta como si yo fuera una mujer. Salí pensándolo cuando un señor se acercó a pedirme un autógrafo y también me habló en femenino.

Una coincidenc­ia. No, era la señal. Aquel día regalé toda mi ropa de hombre a mis amigos y decidí empezar el tratamient­o para ser lo que soy, una mujer.

Un tratamient­o así con varias tandas de cirugía debe de ser caro y doloroso. La felicidad no duele. Hoy me reconozco en el espejo y eso no tiene precio. ¿Qué fue lo más difícil en el cambio? Tuve la suerte de que mi cuerpo de hombre ya tenía mucho de femenino. El doctor Mañero me preguntó al verlo si llevaba ya años tomando hormonas. Y no. Yo ya era así. Me recetó unas pocas y a los dos meses ya me habían salido pechos.

¿Cuál es el siguiente paso? Empezar las cirugías, pero en mi caso ya tenía algo ganado, porque no se trataba de cambiar un cuerpo de hombre, sino de quitar al de mujer lo que le sobraba. Yo era una mujer que había nacido con órganos de más.

¿Cóm o se lo to maron su familia y sus amigos, la gente que la conocía? Mi madre un día me insinuó que tal vez era mejor que hiciera todo el proceso sin ir pasando por mi ciudad. Pero yo le respondí lo que pienso. Que no voy a esconderme por ser yo. Me escondería si hubiera matado o robado, pero no por mostrar mi identidad.

¿Hubo alguien que le apoyara? Yo soy muy religiosa. A menudo me he sentido odiada, y entonces encontraba en la iglesia a quien me aceptaba como era. El párroco de mi pueblo, mi párroco, me dijo: tú de niña ya eras una chiquilla buena, porque ayudabas a todos y más a los que lo necesitaba­n.

Un buen sacerdote. Con los brazos abiertos me dijo: “Dios no rechaza; Dios acepta y aquí siempre te querremos como eres, Vittoria”.

¿Y su pareja? ¿Tenía pareja? Quiero encontrar a un hombre mayor que yo. Ya tuve una relación con uno que era 20 años mayor. Pero no nos casamos. De eso hace ya año y medio. Y ahora estoy soltera.

¿La cirugía ha cambiado además su carácter, su cerebro, sus sentimient­os? Ahora me encuentro más equilibrad­a; más serena. Mi madre dice que soy más buena como persona.

¿No tuvo algún día difícil? El día en que llegó la gran intervenci­ón de todas me dije: “Hoy lo puedes ganar todo o perder todo”.

Tuvo usted valor. Al salir del quirófano, me miré en el espejo y me dije: “Ahora, Vittoria: no vas a ser un transexual, vas a ser una mujer”.

¿Por qué eligió llamarse Vittoria?

Porque da buena suerte. Es de ganadora.

¿No echa en falta nada de su existencia anterior como Giuseppe? Sólo mi infancia, cuando aún me podía creer una chica y me libraba de jugar con los niños. Pero crecí y llegó el día en que empezaron los insultos y la marginació­n.

¿Qué le hace ilusión ahora? Lo que a toda mujer: realizarme en mi profesión y encontrar al hombre que me ame...Tener hijos. Y soñar con ser como Sophia Loren en aquellas películas maravillos­as, cuando bailaba con Marcelo como flotando, sensual y ligera: toda una mujer.

 ??  ?? MARCO BARBARO
MARCO BARBARO

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain