REINO UNIDO, ‘REQUIESCAT IN PACE’

Para ser enterrado en el jardín de la propia casa no hace falta ni tan siquiera permiso municipal, siempre y cuando la hipoteca esté pagada y el lugar escogido para el eterno descanso no esté cerca de las tuberías de suministro de agua potable. Pero la manera más económica de pasar al otro barrio es una cremación simple, sin pompa ni circunstancia ni empresa funeraria que valga, como hizo David Bowie, que se despacha por unos pocos cientos de libras. A partir de ahí empieza la batalla por la herencia, porque ya se sabe que el muerto al hoyo y el vivo al bollo. En la ópera cómica de Puccini Gianni Schicchi, los descendientes ponen la casa patas arriba en busca de un testamento que confirma sus peores testamentos: el tío ha legado todo a las monjas. Para que no sea necesario buscar papeles, Gran Bretaña está cambiando la ley y pronto se podrá hacer testamento mediante un simple correo electrónico, watsap o mensaje de texto, cambiando así una legislación que se remonta a la era victoriana. En Gianni Schicchi, el protagonista engaña al notario, se hace pasar por el muerto y se otorga a sí mismo, ante la desesperación del parentesco, la casa de Florencia, la mula y los molinos. En el futuro serán los hackers quienes se lleven la pasta... ¿Cómo será el testamento británico cuando se consume el Brexit? Gibraltar para el conde de Leicester, las Islas Malvinas para el duque de Montague, el resto de posesiones del Imperio para la marquesa de Wellington, el desguace de la sanidad pública para nuestro buen amigo el emir de Catar... Inglaterra R.I.P.