La Vanguardia

EL MADRID GOLEA PRIMERO

UN BARÇA SIN PEGADA CAE (1-3) EN LA IDA DE LA SUPERCOPA

- CARLES RUIPÉREZ

Alarma total. Código rojo. En el Barcelona se han encendido todas las luces de aviso después de que el equipo de Ernesto Valverde naufragase en casa, que no ante su público, en su primer partido oficial. Ni contra diez pudo el Barça, que no supo jugar en superiorid­ad por la expulsión de Cristiano Ronaldo. A los blaugrana prácticame­nte se les escapa el primer título de la temporada. Pero lo peor es comprobar de primera mano que el Madrid, que asaltó el Camp Nou con un autogol de Piqué y dos golazos por la escuadra en sendos contragolp­es mortales, no está al alcance ahora mismo.

Los dos equipos que hace muy poco se definían por sus tridentes ahora ya no los tienen. Después del huida de Neymar, al Barcelona sólo le quedan Messi y Luis Suárez, a la espera de lo que diga el mercado. En el Madrid porque Isco se ha convertido en un jugador imprescind­ible desde que la lesión de Bale la temporada pasada le dio la oportunida­d para dejar de estar bajo lupa. Como en la Supercopa, Zidane dejó a Cristiano Ronaldo en el banquillo y, sin el portugués, Benzema y Bale pierden capacidad de intimidaci­ón.

Todo lo contrario que le sucede a Messi cada vez que se enfrenta a los blancos, ayer de verde esmeralda. El diez tiene la moral comida a varios defensas, a los que crea pánico con sus arrancadas desde la mediapunta. Hizo mucho daño en el 2-3 el día que enseñó la camiseta al Bernabeu. Por eso, Zidane intentó taparle aún más el camino con nuevos obstáculos para que no encarase con tanta facilidad a Casemiro y Ramos, a menudo demasiado expuestos. Kovacic, que sustituía a Modric, tenía la ocupación de encargarse de Messi, de ser el primero en entrarle, casi persiguién­dole hombre a hombre. Y es que sin Neymar y con Deulofeu aún sin chispa –y con el freno de mano puesto–, aún había que estar más pendiente del crack argentino si cabe. Ya sabe que el clásico no empieza de verdad hasta que Casemiro caza a Leo. Eso fue en el minuto 20 y el pivote brasileño vio la amarilla.

Los estragos que creaba el argentino encontraro­n réplica cada vez que Isco pisaba el área y encaraba a Aleix Vidal, que reculaba demasiado ante el talento del malagueño. Su centro lo empalmó Bale, que hizo que se luciese Ter Stegen. No fue hasta el minuto 36 el Madrid no chutó a puerta, lo que habla muy bien del buen trabajo barcelonis­ta durante esa primera mitad.

El inicio de la reanudació­n dio al traste con lo visto hasta entonces. Porque los blaugrana se dispararon al pie con el autogol de Piqué, al intentar despejar un centro del incisivo Marcelo, al que Isco, ¿quién si no?, dejó en ventaja ante Aleix Vidal después de poner pausa y meter un pase que hubiese firmado el mejor Iniesta.

Después de intentar llevar la iniciativa y sólo crear rasguños, el Barça se veía a remolque. Pero no se le puede reprochar que no reaccionas­e, aunque fuese renqueante de futbol pero con mucho orgullo. Vidal se pudo resarcir con una gran penetració­n que acabó con un centro a Deulofeu. El extremo intentó un centrochut al que no llegó Messi por centímetro­s.

Sin embargo, el Madrid avisó de lo que vendría después con una contra de Carvajal que Alba salvó sobre la línea. Fue un anticipo de cómo se resolvería el duelo. Porque los de Valverde se volcaron y se destaparon. Eso contra el Madrid es un pecado, sobre todo si la entrada de Cristiano Ronaldo coincide con la salida de Iniesta, el hombre de los ritmos. Aún así las genialidad­es y la competitiv­idad de Messi hicieron creer. Busquets envió a las nubes con Keylor en el suelo y Navas, en otra salida desesperad­a, derribó a Suárez dentro del área. El diez igualó desde los 11 metros.

Fue un espejismo. La alegría duró poco o nada. Porque tres minutos después Cristiano, que antes había intentado una chilena, enardecía con un trallazo tras una contra conducida por Isco. La celebració­n fue la soñada por el portugués. Se quitó la camiseta y marcó todos

TRES MINUTOS La alegría del empate de Messi duró nada pues Cristiano Ronaldo marcó y celebró su gol soñado

NI CONTRA DIEZ Expulsado por narcisista el portugués, el Barça no supo jugar en superiorid­ad y Asensio finiquitó con el 1-3

los músculos. Ese narcisismo le costó la roja después de que De Burgos Bengoetxea interpreta­se que le quería engañar con un penalti ante un Umtiti colosal.

Con uno más, el Barcelona pensó que era su momento. Sin embargo, lo que se encontró su atrevimien­to fue el tercer gol con otro golazo de Marco Asensio por la escuadra en otro contragolp­e calcado al del segundo. Como en el Bernabeu en la Liga, cuando el Madrid no interpretó que el 2-2 era bueno para mantener las distancias, y Messi les penalizó en el 92, ayer fue el Barça el que vio alejarse la Supercopa cuando más cerca creía estar del empate. En el Barcelona se encienden las alarmas.

 ??  ?? Messi, en primer término, junto a Rakitic, Piqué y Aleix Vidal muestran su abatimient­o por el desenlace del encuentro
Messi, en primer término, junto a Rakitic, Piqué y Aleix Vidal muestran su abatimient­o por el desenlace del encuentro
 ??  ?? JOSEP LAGO / AFP
JOSEP LAGO / AFP
 ?? LLIBERT TEIXIDÓ ??
LLIBERT TEIXIDÓ

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain