La CUP exige la destitución del conseller Vila después del 1-O
La tensión entre los cuperos y el PDECat crece a medida que se acerca el referéndum
La relación entre el PDECat y la CUP se tensionó nuevamente ayer cuando la portavoz de los cuperos, Anna Gabriel, pidió la destitución del conseller Santi Vila después del referéndum del 1 de octubre, por haber denunciado a su partido por los ataques de turismofobia.
Las escaramuzas entre el PDECat y la CUP, esporádicas durante el curso político, van en aumento y se recrudecen a medida que se acercan los momentos decisivos para la suerte del referéndum unilateral del 1 de octubre. Una confrontación ideológica que ERC observa, por ahora, en silencio.
El reciente ataque de la rama juvenil de la CUP a un autobús turístico, amén del cartel de los antisistema para el referéndum llamando a
barrer a los poderes económicos y políticos –entre los que sitúan a Artur Mas y Jordi Pujol–, ha abierto unas heridas que volvieron a supurar ayer con la exigencia de los antisistema de que el conseller Santi Vila no continúe en el Ejecutivo catalán tras el 1-O.
Para la portavoz de la CUP, Anna Gabriel, Catalunya entrará a partir de esa fecha en una “lógica de transición rupturista” en la que no puede tener cabida el conseller de Empresa i Coneixement, cuyo talante moderado y perfil dialogante lo colocan en la mayoría de quinielas de posibles líderes del PDECat para un escenario post 1-O de negociación con el Gobierno central.
Si la presión de la CUP –sus diez diputados son la sonda imprescindible para la supervivencia parlamentaria del Govern de Puigdemont– tuvo mucho que ver en la destitución en cadena de aquellos consellers (Jordi Baiget, Neus Munté, Jordi Jané y Meritxcell Ruiz) y altos cargos “poco afectos” a seguir avanzando por la vía unilateral, ahora los antisistema han decidido situar en su diana a Vila. “No necesitamos un conseller como él, que es muy bueno para un país de ricos pero que no lo es para un país de gente pobre”, afirmó en una entrevista a la ACN.
Gabriel lamentó, también, que Vila se dedique a “defender la ‘marca Barcelona’ para proteger los intereses turísticos”. Asimismo, exigió un Ejecutivo catalán cohesionado y sin dudas o matices respecto el 1-O, ya que este supondrá “una ruptura política de primer orden” y un viraje a la izquierda de las posiciones en materia social y económica de la Generalitat.
La respuesta por parte del PDECat no tardó en llegar a través de Twitter, mientras que el aludido y el resto de miembros del Govern optaron por no posicionarse públicamente. “Orgullosos de ser del PDECat, tenemos un proyecto propio que no tiene nada que ver con vuestro dogmatismo y superioridad moral”, escribió Marta Pascal, la coordinadora del partido heredero de la vieja Convergència.
La embestida contra Vila se produce la misma semana en la que los anticapitalistas han calentado el clima político con su polémico cartel de inspiración leninista, en el que una mujer barre del mapa del “Païssos Catalans” a diferentes políticos (Aznar, Pujol, Mas, Rajoy), empresarios y miembros de la Iglesia. Pero es, sobre todo, una respuesta a la contundente reacción que mostró Vila tras el asalto por parte de cuatro encapuchados de Arran, rama juvenil de la CUP, a un bus turístico con pasajeros en la avenida Joan XXIII de Barcelona. Vila destacó por ser el miembro del Govern que censuró con más contundencia y celeridad la acción, cuyos autores aún están por identificar. “Tolerancia cero con la turismofobia, no sé si la CUP ha pensado suficientemente que hay una línea que no se puede traspasar nunca”, declaró en ese momento, además de pedir a los servicios jurídicos de la Generalitat que se personaran en la causa contra los asaltantes.
Las palabras de Vila y la vía judicial emprendida contra los asaltantes fueron anotadas en la libreta de agravios de la CUP para pasarle factura tras el 1-O, como evidenciaron las declaraciones de Gabriel ayer. La diputada reprochó al conseller que en las redes sociales saque pecho mientras, sostuvo, “mucha gente comparte el fondo y las formas” de las acciones de los antisistema contra el turismo.
Gabriel, crítica también con el conseller de Interior, Joaquim Forn, por permitir que se “desalojen familias”, protagoniza el último episodio de una serie de desencuentros con el PDECat, pese a que siguen sosteniendo parlamentariamente a Puigdemont.
“Poner en el mismo saco a Mas y a Rajoy es miserable: uno condenado por demócrata; el otro, el jefe de un Estado que persigue por las ideas. Dais pena”, le espetó a la CUP a través de Twitter David Bonvehí tras conocer el polémico cartel del referéndum.
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