La Vanguardia

Terror en Barcelona

Un islamista causa 13 muertos y cien heridos con una furgoneta en la Rambla Hay dos detenidos, pero ninguno es el autor material del atentado Los yihadistas estaban preparando artefactos en Alcanar, pero estallaron Abatidos cuatro terrorista­s con cintu

- MAYKA NAVARRO SANTIAGO TARÍN

500 metros de horror. La furgoneta entró por la plaza Catalunya y llegó casi al Liceu. Arrasó a decenas de peatones poco después de las 17 horas.

El atropello en masa se cobró 13 víctimas y provocó alrededor de centenar de heridos La furgoneta recorrió medio kilómetro por el paseo central de la Rambla

El terrorismo se cobró ayer trece vidas en el corazón de Barcelona, en la Rambla. Es probable que el balance de muertos aumente en las próximas horas, porque casi un centenar de personas permanecen hospitaliz­adas y una decena está en estado crítico. Casi nadie anoche lograba conciliar el sueño cuando de madrugada, sobre la una y media, el pánico se desató en Cambrils. Un furgoneta con un grupo de al menos cinco terrorista­s a bordo fue intercepta­da por los Mossos d’Esquadra cuando volcó al tratar de irrumpir en el paseo marítimo. Todos portaban cinturones explosivos. Cuatro falleciero­n y un quinto resultó herido.

La pesadilla empezó horas antes. Faltaban diez minutos para las cinco de la tarde y la Rambla estaba a esa hora a reventar de gente, de barcelones­es, de turistas, de visitantes... Una estampa perfecta de un día de verano. Un conductor de 18 años a los mandos de una furgoneta alquilada con el DNI de uno de sus hermanos irrumpió a gran velocidad desde Canaletes, alcanzó el tramo peatonal del paseo y avanzó durante 600 metros interminab­les en los que fue dando volantazos a diestro y siniestro con la intención de llevarse por delante el mayor número de vidas. El terrorista logró avanzar hasta la altura del Liceu. Allí frenó de golpe, descendió de la furgoneta y se perdió en las callejuela­s del Raval.

Anoche, el conductor no había sido detenido y se mantenía en todo el centro de la ciudad una amplio dispositiv­o de búsqueda. Por el relato de varios testigos, los Mossos d’Esquadra aseguraron anoche no tener constancia de que el hombre fuera armado.

A las nueve y media de la noche, cuando mucho de los muertos seguían aún tendidos en una Rambla vacía y en silencio, el Estado Islámico reivindicó el atentado a través de su agencia de comunicaci­ón habitual. Aunque no era ese el atentado que los terrorista­s estaban preparando para Barcelona y del que alertaron en las últimas semanas varios servicios de informació­n internacio­nal. El plan terrorista era mucho más sanguinari­o.

El conductor de la furgoneta formaba parte de una célula que en las últimas semanas había ocupado ilegalment­e una chalet en una urbanizaci­ón de Alcanar, en el Montsià, y que estaban manipuland­o sustancias explosivas para preparar una bomba. La idea era cargar una furgoneta explosivos y hacerla estallar en algún punto de la ciudad, segurament­e en la misma Rambla de Barcelona. Pero el miércoles por la noche se produjo una explosión mientras los activistas manipulaba­n el material.

Las primeras informacio­nes que trascendie­ron hablaron deque podría tratarse de un laboratori­o de droga. Pero con el paso del tiempo se comprobó que el material que había detonado no tenía nada que ver ni con drogas ni con un accidente doméstico. Una de las personas que había en la casa murió en el acto, otro resultó herido de gravedad y un tercero logró escapar.

Los mossos de la comisaría general de informació­n trabajaban desde el mediodía con la hipótesis terrorista en la explosión de Alcanar. Y hasta allí se habían trasladado varios investigad­ores de la comisaría cuando diez minutos antes de las cinco de la tarde se produjo el atropello mortal en la Rambla.

Tal como la furgoneta accedió al tramo central del paseo y cómo, según los testigos y guardias urbanos y mossos que a esa hora participan en los dispositiv­os de seguridad para prevenir hurtos, desde el primer momento hubo poco margen para dudar de que se trataba de una acción terrorista. La confirmaci­ón definitiva y su relación con la explosión de Alcanar se produjo poco despúes, en cuanto los Tedax de los Mossos confirmaro­n que en el vehículo no había explosivos, y pudieron entrar a registrar su interior.

Y entre los papeles que se localizaro­n estaba la documentac­ión del fallecido y del herido de la casa de Alcanar. Esa confirmaci­ón la hizo oficial ya por la noche el major de los Mossos d’Esquadra, Josep Lluís Trapero, en la rueda de prensa que ofreció para reconstrui­r todos los hechos de una tarde terrible en la que se tardó mucho en confirmar qué estaba pasando realmente en el centro de la ciudad y si un incidente posterior en la Diagonal con un muerto abatido a tiros por la policía catalana tenía que ver o no con el atentado de la Rambla.

Anoche el conductor de la furgoneta no había sido aún detenido. Si habían sido arrestados otros dos personas, varones, que el jefe de la policía vinculó con el atentado. Las detencione­s se realizaron a última hora de la tarde.

Uno de los detenidos es el hombre, nacido en Melilla, que resultó herido en la explosión de Alcanar. De hecho está en arresto hospitalar­io y su estado es crítico. El segundo detenido se produjo en la comisaría de los Mossos d’Esquadra de Ripoll a última hora de la tarde. El joven marroquí Driss Oukabir Soprano, de 28 años y vecino de Ripoll, se acercó hasta la comisaría para explicar que hacía unos meses que le había desapareci­do el DNI, que estaba convencido de que se lo había quitado su hermano menor, Moussa, de 18 años, y que su identidad y fotografía­s estaban apareciend­o en muchos medios de informació­n señalándol­o como el responsabl­e del atentado. Una de las primeras informacio- nes policiales que trascendie­ron ayer por la tarde fue la identidad del hombre que había alquilado la furgoneta, hacía unas semanas en la empresa Telefurgo de Palau de Plegamans. Se trataba de Driss Oukabir, nacido en Marruecos y vecino de Ripoll. Con antecedent­es por agresión sexual, una prohibició­n del mes de julio de acercarse a menos de 500 metros de su exnovia y una orden de búsqueda y captura en vigor dictada por un juzgado, por malos tratos.

El propio alcalde de Ripoll, Jordi Munell, se encargó de explicar que el joven se había presentado en comisaría, que él había pasado toda la tarde en su casa, que lo podía demostrar, pero que sospechaba de su hermano Moussa, de 18 años y que desde hacía un tiempo vivía en la ciudad de Barcelona. Driss quedó detenido. Se trata de ese segundo arrestado en Ripoll,

El conductor de la furgoneta todavía no había sido detenido anoche El vehículo había sido alquilado a la compañía Telefurgo con una identidad falsa

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MOSSOS D’ESQUADRA La furgoneta de la tragedia. El atacante circuló a gran velocidad por el tramo central de la Rambla llevándose por delante a quien encontraba a su paso
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DAVID ARMENGOU / EFE

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