Los ángeles nunca cambian
Victoria’s Secret reúne a sus top en Aspen para rodar el spot navideño sin incorporar a ‘curvies’
Pese a que los rumores sobre la llegada de un ángel curvy llevan un tiempo arreciando, la casa de lencería Victoria’s Secret sigue fiel al canon prerrevolución estética que tantos réditos millonarios le ha dado a lo largo de su historia. En el 2016, fueron 598 millones de euros los beneficios que ingresó, ese año a la baja. Ni un atisbo de cambio, aunque esta firma sí parece cumplir a rajatabla la consigna de lo políticamente correcto en cuanto a la multiculturalidad y el mestizaje de las modelos de su universo.
La marca norteamericana avanza en la dirección de siempre. Mito erótico e ideal de mujer sexy. Siendo así, recoge nuevas críticas sobre cosificación, en estos tiempos más reivindicativos del papel de las mujeres en la sociedad. El sello de la casa se mantiene intacto: cuerpos delgados y tonificados tan alejados del común de las mortales. ¿Acaso alguien esperaba otra cosa?
Esta podría ser una primera conclusión escrita a vuela pluma después de que hayan trascendido vía Instagram, estrategia de marketing mediante, las primeras fotografías de los ángeles convocados para el rodaje de la campaña Holiday 17, que la marca de lencería lanzará estas navidades. Se trata de un spot que se ha convertido en un clásico de VS, junto al popular y comercial macrodesfile que le sucede. Dirige la campaña el cineasta Michael Bay, quien en julio pasado abandonaba la saga de Transformers.
En esta ocasión Victoria’s Secret ha elegido Aspen, Colorado. Allí, en las montañas, ha reunido a las trece modelos protagonistas del anuncio y a una cohorte de fotógrafos. Obvia decir que a Ashley Graham no se le ha visto el pelo. La modelo curvy de moda ni está ni se la espera. Rumore rumore. Adriana Lima, Alessandra Ambrosio, Sara Sampaio, Lily Aldridge, Elsa Hosk, Candice Swanepoel, Stella Maxwell, Jasmine Tookes, Taylor Hill, Martha Hunt, Lais Ribeiro, Romee Strijd o Josephine Skriver. La gran ausente: Behati Prinsloo.
La namibia Prinsloo es un ángel desde el 2009 y se ausentó de
Aspen dada su reciente maternidad, pero no quiso perder la ocasión de contarle al mundo entero que conserva sus alas y que piensa volver a colgárselas cuanto antes. Dicho de otro modo, que está en ello a base de horas de sudor, lágrimas y abdominales en el gimnasio. Para la posteridad de la red quedan una serie de fotos de las supermodelos en poses de lo más sensuales, subidas o no al caballo. Contaba esta semana la revista Vogue que la firma lencería ha intentado huir de la misoginia propia del género western clásico. Prueba de ello, añadía, es que se ha vestido a las top como vaqueras con sus botas, su pantalón tejano y su sombrero, y “se les han dado las riendas”. ¿Supone esto un avance?, se preguntaban en Vogue mientras veían a estos ángeles más cerca de la poderosa Vienna de Johnny Guitar que de las chicas de El bar Coyote.
La firma de lencería avanza en la dirección de siempre y evita introducir otros cánones de belleza