Una voz decisiva en la Miró
Obligado por designio paterno a vincularse a la empresa textil familiar, Eduard Castellet i Díaz de Cossío, fallecido la madrugada de este sábado a los 87 años, ha sido un ejemplo admirable de formación autodidacta. Con una vocación lectora inextinguible y una admiración constante por la obra literaria, editorial y ensayística de su hermano mayor, Josep Maria, fallecido en enero del 2014, Eduard Castellet mostró sus aptitudes de escritor cuando todavía trabajaba en la empresa de corbatería en la que ingresó al acabar los estudios del bachillerato elemental y donde llegaría a ocupar la gerencia desde 1957 hasta 1995.
Aunque la crisis del textil hirió gravemente el sector donde dedicaba su actividad cotidiana, su prestigio personal, los aciertos profesionales y una simpatía con que sabía presidir siempre sus relaciones, llevaron a Eduard Castellet a la vicepresidencia de la Federación Internacional de las Industrias de la Corbata.
De todos modos, hay que decir que las horas de plenitud, el empresario Castellet pudo disfrutarlas cada vez más en aquellos trabajos que tenían una vertiente inequívocamente cultural. El más importante de ellos fue la presidencia de la Fundació Miró, que ejerció de 1989 al 2009, con el visto bueno entusiasta del patronato de la institución. Desde 1995, año en que se jubiló de la empresa familiar y pudo dedicarse plenamente a este cargo, “la Miró” creció en actividades y número de visitantes, y la gestión diaria por parte de la dirección de la entidad, encomendada a Rosa Maria Malet, alcanzó una eficacia reconocida por todo
el mundo cultural autóctono.
Como memorialista de su infancia y primera madurez, Eduard Castellet se reveló como un escritor excelente con los libros Norbury (1987),
L’edat breu (1989) i Passeig enrere (2000), los tres publicados en Edicions 62. La confrontación que a menudo se ha hecho entre los dos hermanos Castellet –Eduard y Josep Maria– motivó que la colección Diálogos en Barcelona editada por el Ayuntamiento de la ciudad, publicara en 1998 un volumen que ilumina, con un lenguaje llano y no poca ironía, la valía humana, intelectual y moral de un dúo fraterno, absolutamente despreocupado por cualquier tipo de combate de inteligencias. Políticamente, Eduard Castellet militó en el CC, partido fundado en la segunda mitad de los años cincuenta del siglo pasado y reconvertido en la denominada FSF (Fuerza Socialista Federal); Castellet colaboró en Promos, la revista del partido y, muy activamente, en la editorial Edima. El 2012 le fue concedida la Creu de Sant Jordi.
Como memorialista de su infancia y primera madurez, se reveló como un escritor excelente