“Unidos en el dolor, juntos en la respuesta”, artículo de Mariano Rajoy
Un Barcelona con nuevo esquema ahoga al Betis con dos goles basados en la presión
En lugar de su nombre, los jugadores del Barça lucieron ayer en las camisetas el de su ciudad, en muestra de solidaridad tras el atentado. El primer partido liguero, celebrado entre grandes medidas de seguridad, acabó con victoria sobre el Betis (2-0).
La presión marca el camino. El Barça puso la primera piedra en su recuperación con una vieja arma, las recuperaciones en campo contrario, y con un nuevo vestido, el 4-23-1. Sin tres de las vacas sagradas del vestuario (Piqué, Iniesta y Luis Suárez), despuntaron dos fichajes como Semedo y Deulofeu, la versatilidad de Sergi Roberto y el compromiso de Messi. En un Camp Nou tocado por la tragedia, donde se vio hasta alguna camiseta del Barça con el nombre de Coutinho –jugador pretendido pero no fichado– y donde se oyeron localizadamente gritos pidiendo la dimisión de Bartomeu –incluso con el equipo ganando–, el Barcelona de Ernesto Valverde, al que no se le puede acusar de inmovilismo, mostró los primeros brotes verdes.
No fue el juego espectacular de otras noches pero sí que hubo compromiso y trabajo. Quizás no pasará a la historia por brillantez pero que nadie dude de que fue un triunfo merecido tras picar mucha piedra. Se jugó a lo que el Barcelona quiso y el Betis se vio sorprendido por la presión blaugrana.
En el fútbol hay que tener una idea y defenderla con confianza hasta el final. La tuvo Guardiola al dar todo el poder a Xavi, Iniesta y Messi. También apostó Luis Enrique al abrazarse al tridente MessiNeymar-Suárez. Después de las dos derrotas contra el Madrid en la Supercopa, la ha tenido Valverde, que era lo que se le pedía, que evolucionase de nuevo el concepto. El técnico del Barcelona se aferró a la presión y ahogó al Betis de Quique Setién, víctima de su exigencia de sacar el balón controlado porque el Barcelona le tendió una trampa con una tela de araña para impedirle salir. En vez de echar de menos el desequilibrio que da Iniesta para filtrar pases entre líneas y el que proporcionaba Neymar con sus regates, el objetivo era no esperar a atacar en estático sino robar rápido el balón y coger a la defensa desordenada para tener espacios y ocasiones.
Para ello, Valverde volvió a tomar decisiones y a cambiar el dibujo. Sale a táctica por día el Barcelona. Tercer partido de la temporada y tercer sistema que utiliza. Si en la ida de la Supercopa utilizó el 4-3-3 clásico y en el Bernabeu apostó por un 3-5-2, ayer el Barça se desplegó a partir del 4-2-3-1 que el entrenador utilizaba en su etapa en San Mamés.
Pero aún hubo más sorpresas porque Alcácer no fue la referencia en ataque sino que se volvió al plan de Messi como falso nueve. La presión necesitaba de mucho esfuerzo por banda y Valverde quiso liberar a Leo. Y por detrás del argentino, se movió Sergi Roberto, impecable tanto en estirar al equipo sin balón como en juntarlo con los pases.
Para ahogar al Betis, el Barcelona necesitaba muchas piernas y quizás por eso escogió un once muy joven (26,4 años de media por 27,8 en el Bernabeu). Quizás faltaba precisión pero sobraban ganas y despliegue físico. Y, con esa intensidad y dinamismo, las ocasiones no tardaron en llegar. Siempre con Messi como origen y final. Todos le buscaban y él, siempre cerca del área, estuvo rondando el gol durante todo el partido pero se quedó sin celebrar. Lo rozó en un disparo desde la frontal con rosca. Se le escapó en una falta
‘HAT TRICK’ DE POSTES Messi estuvo rondando el gol todo el partido, pero se estrelló tres veces contra la madera de Adán SIN PIQUÉ, INIESTA Y SUÁREZ Los canteranos Deulofeu y Sergi Roberto fueron los beneficiados del 4-2-3-1 y los goleadores
que se le fue alta. Y se estrelló tres veces con los postes de Adán. Con el izquierdo en un disparo de falta en la primera parte. Con el derecho en la segunda mitad. Y con la cruceta con un trallazo ya en la recta final. Vaya puntería.
Pero curiosamente el gol del Bar- celona llegó pasada la media hora en una jugada en la que Messi no tocó el balón. Así de necesario es el 10 para este equipo que ayuda hasta cuando despista. Tras la enésima buena presión del equipo, Deulofeu quiso devolverle un balón desde la derecha pero Tosca desvió el centro que se envenenó hasta introducirse en la portería sin que Leo pudiese acompañarlo.
No se hizo esperar el segundo gol. Pero eso sí, tuvo un cierto suspense porque Sergio León se plantó en el área de Ter Stegen solo y cuando ya pensaba por dónde engañaría al portero apareció Mascherano, providencial, para rebañarle el balón. Del posible 1-1 se pasó al 2-0 gracias a otra recuperación. Esta vez fue Deulofeu el que perdió el balón pero no la fe. Persiguió a Mandi hasta la línea de fondo y le robó la cartera. El extremo hizo de extremo, levantó la cabeza y vio la llegada de Sergi Roberto y le dio el gol hecho. Era el primer gol del de Reus desde el histórico de la remontada al PSG en la Champions. Aquel después no sirvió para más. El de ayer significó los primeros brotes verdes del nuevo Barcelona.