Tropas de Bagdad inician la ofensiva al último gran enclave del EI en Irak
Entre 10.000 y 50.000 civiles permanecen en Tal Afar en condiciones pésimas
Tropas del ejército iraquí, de las fuerzas especiales contraterroristas –conocidas como la División Dorada–, de la Policía Federal, las milicias populares chiíes y un número indeterminado de
asesores estadounidenses bien pertrechados iniciaron ayer una ofensiva contra el último gran enclave que conserva el Estado Islámico en el norte de Irak después de su derrota en Mosul.
A medio camino entre Mosul y la frontera de Siria, muy cerca asimismo de la frontera turca, la ciudad de Tal Afar fue ocupada por los yihadistas en junio del 2014, cuando contaba con unos 200.000 habitantes. Hoy, las Naciones Unidas creen que quedan en ella entre 10.000 y 50.000 civiles en condiciones dramáticas, sin apenas alimentos ni agua. Según la coordinadora humanitaria de la ONU para Irak, Lise Grande, unas 49.000 personas han logrado huir del distrito de Tal Afar desde abril, pero llegan a los puestos militares “extenuados y deshidratados” después de caminar “durante diez o doce horas bajo un calor extremo”.
Los jefes militares iraquíes y estadounidenses creen que en Tal Afar no quedan más de unos 2.000 combatientes del Estado Islámico y sus condiciones de vida no serán mucho mejores que las de los civiles, sin suministros y agotados después de meses sometidos a bombardeos y escaramuzas. Sin embargo, resulta obvio que los yihadistas utilizarán a los civiles como escudos humanos, con lo que otra carnicería como la de Mosul podría repetirse. Según dijo a la agencia Reuters el coronel Karim al Lami, de la novena división, “por los informes que tenemos, los que quedan son sobre todo extranjeros y árabes con sus familias, lo que significa que lucharán hasta el último aliento”.
Frente a ellos se ha concentrado una fuerza de unos 40.000 hombres, comparable a la que intervino en Mosul, y se disponía ayer a atacar la ciudad desde cinco puntos, contando además con apoyo aéreo. El primer ministro iraquí, Haider al Abadi, anunció la ofensiva vestido de militar en televisión dando este mensaje al EI: “Rendíos o morid”.
Las cuestionadas milicias chiíes de Movilización Popular, que acabaron siendo integradas bajo el mando del ejército de Bagdad pero a las que no se permitió entrar en Mosul, participan esta vez de la ofensiva, al parecer con unos 20.000 hombres. Hace un año, conquistaron el aeropuerto de Tal Afar pero se les ordenó detenerse. Ahora han tomado ya, en ataques coordinados con la policía federal, cinco localidades en las cercanías de Tal Afar.
La intervención de las milicias chiíes es observada con especial recelo por Turquía. Antes de la irrupción del Estado Islámico, el distrito y la ciudad de Tal Afar concentraba tanto suníes como chiíes y miembros de la minoría turcomana que, lógicamente, mantiene estrechos lazos con la vecina Turquía. El temor es que entre milicianos chiíes por el sur y milicianos kurdos por el norte, suníes y turcomanos acaben siendo expulsados. En cualquier caso, se pueden generar tensiones étnicas.
Tal Afar fue un reducto de la resistencia suní ante la invasión estadounidense y aliada en el 2003, y muchos cabecillas del Estado Islámico –y de su organización predecesora, Al Qaeda en Irak– procedían precisamente de allí.
Quedan unos 2.000 yihadistas “sobre todo extranjeros y árabes con sus familias que lucharán hasta el fin”