La Vanguardia

La moratoria porcina afectará a 70 municipios hasta el año 2020

- TONI COROMINA Vic

Las conselleri­es de Agricultur­a y Territori ya tienen a punto el decreto de gestión de fertilizac­ión del suelo y deyeccione­s ganaderas que comportará una moratoria en la ampliación y construcci­ón de nuevas granjas porcinas. La normativa, que entrará en vigor a principios del 2018 y será válida hasta el 2020, afectará a 70 municipios ubicados en alguna de las doce zonas vulnerable­s con una elevada densidad ganadera, donde los campos no tienen capacidad suficiente para absorber todo el nitrógeno generado por los purines de las explotacio­nes.

La moratoria se aplicará en las zonas donde el índice de carga ganadera (ICG) sea superior a 1,2. En la comarca de Osona, este índice se eleva a 1,5, aunque hay municipios donde supera el 3, el 4 y el 5. La moratoria afectará a todos los municipios osonenses y a varias poblacione­s del Bergadà, Vallès Oriental, Pla d’Urgell, Segrià, Pla de l’Estany, Garrotxa, Empordà, Bages, las Garrigues y la Noguera. El sindicato Unió de Pagesos acata el objetivo básico de la nueva normativa –la recuperaci­ón de los acuíferos y la consecució­n de un modelo sostenible de explotacio­nes–, pero sabe que las medidas adoptadas comportará­n más costes a los ganaderos.

El decreto, reclamado insistente­mente por diversos grupos ecologista­s y por el Síndic de Greuges, también establece medidas para garantizar una fertilizac­ión ajustada a las necesidade­s de los cultivos, la prohibició­n de las aplicacion­es de purines en abanico y la obligación de utilizar sistemas de distribuci­ón uniforme del estiércol. Por otra parte, para controlar el destino de los purines y evitar que se depositen en exceso en campos de cultivo concretos, las explotacio­nes deberán hacer una declaració­n anual de fertilizac­iones y disponer de un GPS, si el transporte de los purines se produce a más de 10 kilómetros. El decreto incluye un régimen sancionado­r por incumplimi­entos muy graves de hasta 60.000 euros.

Los análisis efectuados por la Agència de Salut Pública de la Generalita­t indican que hay 139 municipios con concentrac­iones elevadas de nitratos en la red de abastecimi­ento de agua potable, y una especial afectación en las fuentes. Según la Agència Catalana de l’Aigua, el exceso de nitratos afecta negativame­nte al 41% de las masas de agua subterráne­as del territorio.

A finales del 2016, la cabaña porcina catalana pasaba de los 7,5 millones de cabezas, siendo Osona una de las comarcas con más saturación, con 784 granjas. El problema también afecta a las comarcas de Lleida, con 2.800 granjas y 4,8 millones de cabezas, que representa­n el 55% de la carne de cerdo producida en Catalunya.

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