Mujer y artista siempre rebelde
Nada dócil en su vida real y en la artística, mujer siempre impredecible, la actriz y cantante Nati Mistral había estado hospitalizada últimamente en diversas ocasiones tras sufrir un derrame cerebral y ha fallecido en Madrid a los 88 años. Nacida en Madrid el 13 de diciembre de 1928, Natividad Macho tuvo que cambiar su apellido, muy impropio para una mujer en aquellos tiempos, escogiendo el de Mistral, por la devoción que su madre sentía por la escritora chilena Gabriela Mistral.
Artista tremendamente versátil, Nati Mistral reinó en los escenarios como actriz que practicaba con gran solvencia todos los géneros: drama, comedia, teatro musical, variedades… Tampoco puede olvidarse su faceta de cantante. Siempre fue una artista precoz. Recibió una buena educación en un colegio alemán de Madrid y por indicación de su progenitora cursó canto y música en el Conservatorio. Siendo todavía una adolescente ya formaba parte de una compañía de teatro infantil. A los quince años era premiada con mil quinientas pesetas por la emisora Radio Madrid, siendo contratada a continuación por la compañía de Lola Flores y Manolo Caracol, formando pareja con un entonces principiante Tony Leblanc (19222012). Con él mantendría una intensa relación amorosa: “Era adorable cuando quería serlo, pero también todo lo contrario. Tenía dos caras. Cuando rompimos, sufrí un gran desamor. Él era muy celoso y estuvimos sin hablarnos durante décadas”.
Considerada la actriz que en más ocasiones había interpretado textos de García Lorca (en 1998 presentaba el espectáculo Simplemente Lorca), el cine fue más esquivo con Nati Mistral. En 1946 debuta a las órdenes del actor, guionista y director Enrique Herreros en María Fernanda, la Jerezana, donde asimismo figura un debutante llamado José Luis López Vázquez. Este mismo año aparece en Las inquietudes de Shanti
Andía, película de Arturo Ruiz Castillo, basada en la novela de Pío Baroja. Después actuaría en la exitosa Currito de la Cruz, dirigida en 1948 por Luis Lucia y en pocos títulos más. También muy popular gracias a sus colaboraciones con Los Vieneses, compañía que lideraban Franz Johan, Gustavo Re y la ventrílocua Herta Frankel, el teatro le reportaría a Nati Mistral un alud de recompensas. Seducida por Alemania, se establecería allí durante cinco años, donde trabajó varias temporadas en el Operetten House de Hamburgo. Pionera aquí de los grandes musicales, su carrera estuvo repleta de éxitos, aunque ella siempre se mostrara muy escéptica con su profesión y –muy especialmente– con la inestabilidad del triunfo. Con su habitual jocosidad, el año pasado manifestó: “Sigo en activo debido a mi mala leche”.
Nati Mistral contrajo matrimonio en 1959 con el industrial barcelonés Joaquín Vila y explicaba: “No me he vuelto a casar, porque no he vuelto a encontrar a la persona adecuada. Joaquín, mi marido, me sacaba 23 años. Fue un gran hombre, murió en 1995 y era un catalán maravilloso. La verdad es que no soy una mujer fácil, pero reconozco que he tenido unos cuantos amores”. Así era Nati Mistral.
Nati Mistral estaba considerada la actriz que en más ocasiones había interpretado textos de García Lorca