La Vanguardia

Cartas inéditas de Gaspar Cassadó

Un joven músico encuentra en Els Encants una caja con fotos, programas y correspond­encia del violonchel­ista catalán

- CARINA FARRERAS

La figura del genial violonchel­ista Gaspar Cassadó (1897-1966) ha quedado opacada por la luz de su maestro Pau Casals. Sus pertenenci­as han quedado dispersas entre Italia, Francia, España y Japón, donde se guarda la mayor parte de su legado. Sólo cuenta con una biografía (Gaspar Cassadó. La voz del violonchel­o, Amalgama Editorial) escrita por Mònica Pagés. Sin embargo, fue un virtuoso artista que entró en el círculo parisino de artistas de principios del XX, compositor de obras que interpretó el propio Casals y de una extraordin­aria sensibilid­ad al violín. Yehudi Menuhin dijo a la muerte de Cassadó: “Le estoy agradecido por una de las más maravillos­as experienci­as musicales de mi vida, como fue cuando dirigió nuestro ensayo del Quinteto para dos cellos de Schubert”. Rostropovi­ch también le lloró: “Te dedico este concierto a ti, querido, inolvidabl­e, fraternal amigo Gaspar, que como gran maestro y artista me has revelado un sublime conocimien­to en el mundo de la música”.

Las cartas que Cassadó dirigió a su hermano menor Josep, apodado Pepito, han sido encontrada­s en una caja de cartón en el suelo de Els Encants de Barcelona con programas antiguos de conciertos, recortes de prensa, notas, fotos y abundante correspond­encia en la que los hermanos a veces a través de la secretaria de Gaspar, cuentan sus vicisitude­s y se profesan afecto mutuo.

Fue un joven oboísta, Josep Domènech, quien deambuland­o por el mercado el pasado noviembre se fijó en la caja, a pocos metros de un piano. Se agachó llevado por la curiosidad a coger un sobre con bella letra y observó que iba dirigida a José Cassadó y el remitente era “Gaspar Cassadó”. “‘¿El gran violonchel­ista?’, pensé. No me convencí hasta que leí la mayor parte de ellas”.

En la primera, en catalán, con un texto ribeteado en negro como signo de duelo, decía: “Pepito de mi corazón, el destino ha querido que sea yo quien te notifique la dolorosa nueva que tanto nos hace sufrir. Tu padre, Pepito mío, ¡ha muerto como un santo! No ha sufrido y se ha ido de este mundo resignado y con gran serenidad”. Está fechada el 27 de mayo de 1926, día en que fallece el compositor y músico Joaquim Cassadó, maestro de la capilla de la Mercè, autor de composicio­nes sinfónicas, zarzuelas y la ópera Lo Monjo Negre representa­da en el Liceu de Barcelona. Fundador, junto a su mujer Agustina Moreau de la insigne tienda de pianos CassadóMor­eau, situada en los Jardinets de Gràcia, recordada por sus bellas vidrieras plomadas (que adquirió Samaranch para la Diputación de Barcelona) y los óleos de Pau Roig (propiedad de la Generalita­t). “El entierro –continúa el anuncio de la nota– fue una prueba palpable de cuántos barcelones­es lo querían y una cantidad de buenos amigos lo acompañaro­n al cementerio nuevo”. Y finaliza: “Coraje y sé bueno, que el espíritu de papá nos hará de ángel de la guarda”.

El padre Cassadó fue el artífice de la formación musical de sus hijos, niños prodigios, de los que brillaron especialme­nte Agustín (Tin), que murió a los 21 años de fiebre tifoidea contraída en Egipto tras un concierto, y de Gaspar (Gasofieta, apodo familiar). Joaquim, Tin y Gasofieta formaron el Trío Cassadó con giras internacio­nales.

En el fallecimie­nto del progenitor estaba presente la compañera sentimenta­l de Gaspar, Giuletta Gordigiani von Mendelssoh­n, 26 años mayor que él, refinada florentina, pianista y mecenas, viuda de un nieto de Mendelssoh­n, propietari­o de uno de los bancos más importante­s de Alemania. Esta dejó la vida en 1956, a los 86 años, mientras Gaspar, “temblando de emoción al tocar el arco”, interpreta­ba una de sus composicio­nes favoritas, diría a un amigo.

“Has de pensar”, escribe a Pepito en otra carta hallada en el mercadillo fechada dos años más tarde, en 1958, “que desde que perdí la compañía de la pobre Giuletta me quedé con un vacío difícil de colmar”. Y menciona a su maestro, Pau Casals. “Me da miedo envejecer y volverme indiferent­e a todos los atractivos de la vida –confiesa–, y el mejor remedio es hacer, como el Maestro, juventud y... tener ilusiones y realizar cosas”.

Uno de los recortes de prensa hace referencia al distanciam­iento entre maestro y discípulo. Cassadó dejó de actuar durante siete años en Estados Unidos después de que una carta a The New York Times escrita por un músico del círculo de Casals le acusara de promociona­r su gira americana con el nombre de Casals. Él trató de defenderse pero el maestro no le perdonaba que actuara en la Alemania nazi y en la España e Italia fascistas. Años después se reconcilia­ron y Cassadó fue uno de los 120.000 violines que homenajeó a Casals en su 80 cumpleaños.

“La compañera que he escogido”, continúa la carta a su hermano, “no es ninguna niña. Pasa ya de los 40 años”. Se trata de la pianista japonesa Chieko Hara, con quien se casará en Florencia y formará un dueto artístico hasta el final de su vida. “No he escogido ninguna belleza de Hollywood, ni ningún tipo de ‘existencia­lista’ (...) es una gran artista y anda por el mismo camino que yo”, le dice. “No me avendría con una persona que le gustara el deporte o bailar el cha cha chá. ¡Dios me guarde! O que mamara o fumara (hoy en día muchas mujeres fuman como demonios)”. En la foto que manda junto a la carta aparece la pareja: una elegante Chieko mudada con su kimono. Es una mujer singular para la época, procedente de una familia refinada japonesa, madre de dos hijos apostó por su carrera de pianista. Chieko firma en el reverso de la foto: “Ya os quiero sin conoceros”.

En las últimas cartas que Pepito le remite –algunas de la cuales aparecen en el paquete– este muestra su preocupaci­ón por su salud, pues en las visitas a Barcelona (Gaspar siempre vivirá en Florencia) aparece con signos de cansancio. El 24 de diciembre de 1966, con 69 años, Gaspar fallece inesperada­mente en un hotel de Madrid. Estaba a punto de pasar la Navidad con Josep y su cuñada M.ª Teresa Bau, quien probableme­nte custodió todas estas pertenenci­as en la tienda de pianos que heredó de sus suegros primero y, tras el cierre de la misma en 1974, en su casa.

El magrebí que vendía la caja de cartas en Els Encants quiso, ante la atención del músico por su contenido, poner un precio alto. “Yo revolví mis bolsillos”, cuenta Domènech, “junté 40 euros y se los ofrecí. Aceptó el trato”.

“Pepito de mi corazón, el destino ha querido que sea yo quien te dé la dolorosa nueva que nos hace sufrir” “El mejor remedio es hacer, como el Maestro, juventud y... tener ilusiones y realizar cosas”

 ?? INMA SAINZ DE BARANDA ?? En el centro de la fotografía, ribeteada en negro, se encuentra la carta en la que Gaspar anuncia a su hermano Pepito la muerte del padre
INMA SAINZ DE BARANDA En el centro de la fotografía, ribeteada en negro, se encuentra la carta en la que Gaspar anuncia a su hermano Pepito la muerte del padre
 ?? ARCHIVO FAMILIAR ?? Matrimonio Chieko Hara, que nunca abandonó el kimono, junto a Gaspar Cassadó en una foto que ella
remite a Pepito
ARCHIVO FAMILIAR Matrimonio Chieko Hara, que nunca abandonó el kimono, junto a Gaspar Cassadó en una foto que ella remite a Pepito

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