La Vanguardia

Jerry Lewis nos marca el camino

-

No se puede iniciar una nueva temporada pensando que te gustaría que ya hubiera acabado. Ni preguntánd­ote por qué el Barça es tan poco competente a la hora de vender y comprar jugadores, como si existiera una extraña relación de fatalidad entre las entradas y las salidas. No se puede desear que el minuto de silencio en homenaje a las víctimas de los atentados sea como el de San Mamés, pletóricam­ente genuino y no como los pobres y descoordin­ados momentos musicales que sonaron en el Camp Nou, como si la importanci­a de un detalle tan simbólico no fuera digno de contar con la atención adecuada. No se puede empezar la temporada visualizan­do los mitos de nuestro organigram­a que, como en una pesadilla, compiten en un espacio que rezuma tanta incógnita como mediocrida­d. Ni se puede dudar cuando circula el rumor de que Messi podría fichar por el Manchester City y, en vez de rechazarlo categórica­mente e insultar a los aspersores de rumores tóxicos, nos santiguamo­s para alejar una hipótesis tan diabólica.

Y tiene mérito que muchos culés superaran la intimidaci­ón del momento y fueran al estadio para reafirmars­e como barcelones­es y como barcelonis­tas y que aplaudiera­n a Semedo y fingieran no preguntars­e si Alcácer es la reencarnac­ión de los espíritus de Dueñas y Barrios. No son tiempos pletóricos para la afición al fútbol. El ansia comercial ha modificado la jerarquía de protagonis­tas y si la inflación de salarios y fichajes continúa, con el aumento de ingresos que eso obligará a generar, el romanticis­mo militante acabará siendo un estorbo y valdrá mucho más la cartera de un solo millonario que la fidelidad de cien mil aficionado­s.

Con este ambiente todo invitaba a conformars­e y a reflexiona­r sobre los propios excesos que nos han llevado hasta aquí. Igual que los que sufrimos el síndrome metabólico, tenemos que mirarnos al espejo y admitir que hemos sido demasiado sedentario­s para tener el colesterol al nivel correcto, que no hemos seguido la mejor dieta para evitar la obesidad opulenta y que nos sobra glucosa grandilocu­ente para competir. A primera vista, puede parecer que la expresivid­ad del entrenador Ernesto Valverde no acompaña pero, como siempre, las apariencia­s engañan. Y tras la etapa de Luis Enrique, que convirtió su personalid­ad en un fortín y que a menudo se defendía con un celo preventivo, se agradece que el entrenador mantenga un tono permanente­mente reflexivo, sensato y siga el partido con una expresión de sufrimient­o que muchos culés compartimo­s. Y por eso tiene mérito que, en este contexto, el partido contra el Betis sirviera para aportar, a falta de grandes momentos mágicos, mucha seriedad, recuperaci­ones constantes y solidarida­d combinator­ia. Y que, como dijo Valverde, se confirmara que no le obsesiona el esquema y sí el estilo, que son, a pesar de la tabarra de los especialis­tas, cosas diferentes y compatible­s. Y por eso tiene mérito que Sergi Roberto superara los límites de las obligacion­es estrictas de un futbolista para atribuirse virtudes de superhéroe, recuperand­o, defendiend­o, atacando y practicand­o el don milagroso de la ubicuidad. Y Messi, claro, siempre Messi. Marcó un gol sin tocar la pelota y, por lo tanto, no se lo creyó. E insistió hasta enviar tres pelotas al palo, un presagio que quizás nos anuncia la cantidad de esfuerzo que este Barça tendrá que invertir para obtener resultados que no serán fáciles.

Y sí, es verdad que los culés aún estamos demasiado pendientes de Neymar y no sabemos si indignarno­s o conmoverno­s cuando le vemos seguir el minuto de silencio con aparente emoción. Y es verdad que cada vez que oímos hablar de una nueva oferta por Dembelé o Coutinho, parece que también escuchemos las carcajadas de los negociador­es, convencido­s de que este Barça no tiene ninguna credibilid­ad negociador­a. Pero al final, contra todo y contra nosotros, prevalece la alegría no sólo por los goles de la victoria sino por la imagen ofrecida. Ah, y también debemos tener en cuenta que ha muerto Jerry Lewis, un actor a quien se atribuye la frase: “Ya sabemos que la felicidad no existe. Y por lo tanto lo que tenemos que hacer es procurar ser felices sin ella”. Parece que lo hubiera dicho pensando en el Barça actual.

A falta de momentos mágicos, el partido ofreció seriedad, esfuerzo y determinac­ión

 ?? LLUIS GENE / AFP ?? Sergi Roberto, pletórico, marcó un gol y ejerció ayer de centrocamp­ista total
LLUIS GENE / AFP Sergi Roberto, pletórico, marcó un gol y ejerció ayer de centrocamp­ista total

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain