La Vanguardia

Veteranía en la pista

La disputa por el primer puesto demuestra que los jugadores son cada vez más longevos

- ALFRED BELLOSTAS

Rafa Nadal ha batallado más de tres años para volver al liderato mundial del tenis, un largo camino que ha concluido con ocho meses de victorias sumadas a las lesiones de sus competidor­es y la falta de experienci­a de los nuevos aspirantes, que por el momento dejan para los mayores de 30 años la parte alta del ranking.

El 7 de octubre del 2013 Rafael Nadal recuperó el liderato de la ATP –hasta julio del 2014– en un año extraordin­ario en el que logró hasta diez títulos y protagoniz­ó una remontada espectacul­ar después de haber estado sin competir la segunda parte del 2012, un escenario muy parecido al actual, en el que el balear y Federer han pasado en unos meses de estar fuera de combate a pelear por los mejores títulos. La baja del suizo garantizó que el balear recuperara una primera posición en la que ha estado 141 semanas precisamen­te en Cincinnati, donde todo comenzó en el 2008 –con 22 años–, pasando del noveno puesto al primero en tan sólo ocho meses, en los que ha ganado un Grand Slam (Roland Garros), dos Masters 1.000 (Montecarlo y Madrid) y el Trofeo Conde de Godó. Un caso poco frecuente de longevidad deportiva porque no es fácil estar en lo más alto a los 31 años. En la historia, solamente otro jugador, el estadounid­ense Andre Agassi, lo consiguió en el 2003 con 33 años al acceder a las semifinale­s del torneo de Queen’s, previo a Wimbledon.

“Recuperar el primer puesto nueve años después de haber llegado a él no tiene precedente­s. Es increíble”, ha dicho Chris Kermode, presidente de la ATP.

“A mi edad no lucho por el número uno”, explicó Nadal en febrero, cuando se encontraba en México para competir en Acapulco. Al tenista de Manacor siempre le ha gustado ir paso a paso, aunque entonces, pese a la derrota en el Open de Australia frente a Federer, ya notaba buenas sensacione­s. Pero su eclosión veterana, como la de Federer, tiene incluso una base científica. En este sentido,un estudio elaborado

por cinco profesores españoles de la Universida­d Camilo José Cela, que ha sido publicado por la

revista Journal of Perfomance and Analysis in Sport, ha demostrado que la edad media de los jugadores del top 100 de la ATP ha pasado de los 24,8 años en 1984 a los 27,6 en el 2013, una tendencia que incluso se ha incrementa­do en el periodo 2013-2017 hasta situarse en los 28,7 años. De hecho, si nos fijamos sólo en el top 5 actual (Nadal, Murray, Federer, Wawrinka y Djokovic) asciende hasta los 31,8 años, aunque es cierto que por detrás hay valores emergentes: Alexander Zverev es sexto con tan sólo 20 años y Thiem octavo con 23.

Es un nuevo escenario. Es evidente que los tenistas se cuidan ahora mucho más que antes, ansiosos de alargar su trayectori­a todo lo que sea posible. “Amamos este deporte y queremos seguir jugando mientras sea posible”, ha reconocido Nadal, que ha selecciona­do su calendario al igual que Federer. El suizo renunció a la tierra batida, donde sabe que sus virtudes quedan disminuida­s, y también lo ha hecho en Cincinnati, temeroso de que su espalda diga basta. Ningún problema. Ya ha ganado en Australia y Wimbledon. Con su estilo elegante, siempre se había comentado que su desgaste era mucho menor que el de sus rivales. En cambio, de Nadal se decía que su madurez deportiva iría más deprisa. No ha sido así. El manacorens­e trabajó muchos meses en silencio el año pasado hasta su reaparició­n en Brisbane. Junto a su preparador físico, Joan Forcades, ha pulido el entrenamie­nto. La llegada de Carlos Moyà también ha aportado ilusión, nuevas perspectiv­as. Se le nota muy ligero en la pista.

Con Murray disminuido por problemas físicos y Djokovic fuera del circuito por lo que queda de año –el retorno del serbio puede ser esplendoro­so si aprovecha estos meses como Nadal hizo el año pasado–, el ranking de la ATP está en manos de Nadal y Federer. El suizo vive un año fabuloso, aunque cayó en Montreal ante Alexander Zverev, y puede regresar a lo más alto en función de lo que suceda en el US Open. Sería un registro histórico, con 36 años.

Es la misma edad con la que el dominicano Víctor Estrella Burgos se impuso en febrero en Quito. Los veteranos están de moda, no hay duda. En junio, en Queen’s, Feliciano López alcanzó uno de sus mejores trofeos en la hierba inglesa y lo hizo con 35 años. En la final superó al croata Cilic y declaró: “Siento que estoy jugando mi mejor tenis”. El toledano fue superior al vencedor del US Open del 2015, pero antes había ganado a Wawrinka, Berdych o Dimitrov. También David Ferrer (35), que llegó a ser tres del mundo, apura sus fuerzas y en julio venció en Bastad después de un par de años sin hacerlo, y la semana pasada fue semifinali­sta en Cincinnati. Las viejas raquetas se resisten a despedirse.

LOS CINCO PRIMEROS La media de edad del top 5 es de 31,8 años, aunque luego hay jóvenes como A. Zverev y Thiem

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MINAS PANAGIOTAK­IS / GETTY El manacorens­e se situó de nuevo en lo más alto de la ATP en Cincinnati, donde lo había logrado por primera vez con 22 años

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