Talco cancerígeno
La relación con el cáncer de ovario no es clara tras sacar del producto el asbesto
La multinacional Johnson & Johnson deberá pagar 417 millones de dólares por un talco que provoca cáncer.
Un jurado de Los Ángeles condenó ayer al gigante farmacéutico y de productos de higiene Johnson & Johnson a pagar 417 millones de dólares por no advertir del riesgo de cáncer vinculado al uso de sus productos de talco. Según informó Los Angeles Times, se trata de la mayor condena hasta ahora contra Johnson & Johnson por los numerosos casos que investigan la omisión de avisos por parte de la compañía sobre los peligros de padecer cáncer por usar su talco. Todavía hay más de 4.500 demandas pendientes en todo el país.
A la denunciante, Eva Echeverria, se le diagnosticó cáncer de ovario en el 2007. En su declaración Echeverria aseguró que usó un producto de Johnson & Johnson durante décadas. Le extirparon el tumor, pero no pudo asistir al juicio por su delicado estado de salud, según uno de sus abogados.
El jurado deliberó durante dos días y condenó a Johnson & Johnson a abonar 70 millones de dólares a la mujer como indemnización y a pagar 347 millones de dólares más como sanción.
La compañía fue condenada por el mismo motivo en al menos otras tres ocasiones, con casos muy parecidos: mujeres que habían utilizado el talco de Johnson & Johnson durante toda la vida y al final habían tenido un cáncer de ovario sin que nadie les advirtiera de este peligro. Pero esta vez la suma es muy superior.
La relación entre cánceres ginecológicos, de ovario y endometrio, y los polvos de talco se sospecha hace décadas, sobre todo desde que se reconoció en los setenta que algunos contenían asbesto, el componente de la uralita que ha provocado cáncer de pulmón en miles de trabajadores. Pero el talco empezó a venderse sin asbesto y la relación causal quedó por demostrar. “En metanálisis, en los que se repasan los datos obtenidos en todos los estudios sobre el tema a lo largo de años, sí se reconoce un leve incremento de riesgo, asociado específicamente con algunos tipos”, explica la experta en cáncer de ovario del Institut Català d’Oncologia Marta Gil.
“Las mujeres usaron durante años el polvo de talco como parte de su higiene íntima, para evitar humedad en los pliegues de la piel. Eso permite la entrada de polvo a través de la vagina hasta el útero y las trompas de Falopio, y podría poner en marcha una reacción inflamatoria que supuestamente favorecería esos cánceres. Pero el tabaco es mucho más responsable de estos cánceres”, advierte la oncóloga.
En los bebés, el talco se usaba sin restricción alguna hasta no hace mucho. Pero “ya no se les pone como antes. Para proteger la piel y los pliegues tenemos crese mas. Hace años que lo desaconsejamos”, explica el pediatra Santiago García-Tornel. La principal razón, los riesgos de inhalar continuadamente polvo y la sombra de duda que había sobre ellos por los cánceres ginecológicos. ¿Y las niñas? “No existe tal riesgo antes de la menstruación: el talco no puede entrar”, aclara Marta Gil.
“Han pasado más de 40 años desde que se reconoció oficialmente que algunos talcos estaban contaminados por asbesto y que encontraba esta sustancia en el interior de tumores de ovario y de cuello uterino. Que los posibles efectos cancerígenos del talco sigan encima de la mesa refleja la lentitud con la que reaccionan las administraciones, empresas y organizaciones ciudadanas”, advierte Miquel Porta, investigador y catedrático de Salud Pública del IMIM. “Creo que no se trata de suponer que ya no hay cancerígenos en los talcos actuales; en pleno siglo XXI hay que pedir a empresas y administraciones cifras concretas sobre ello: ¿cuántos controles efectúan?, ¿qué resultados obtienen?, ¿dónde los hacen públicos?”.
Por si acaso, en el área europea, las mujeres casi no los usan en la higiene íntima: hay otros productos bajo menos sospechas.
Durante décadas las mujeres lo usaron en su higiene íntima para secar; ahora ya no se aplica ni a los niños