El fin del calvario
María José Carrascosa regresa a España después de pasar 8 años en prisión en Estados Unidos por no entregar a su hija
La abogada valenciana María José Carrascosa ha vivido como una pesadilla los cerca de once años de separación de su hija Victoria. La letrada llegó ayer a Valencia después de pasar ocho años en prisión en Estados Unidos por negarse a entregar a la niña a su exmarido y otros dos años en libertad provisional pero sin permiso para abandonar el país americano. La última vez que vio a la niña, esta tenía cinco años. Ayer pudo volver a abrazarla.
Carrascosa se casó en 1999 en la localidad valenciana de Buñol con el estadounidense Peter Innes, al que había conocido unos meses antes en un chat de internet. La pareja se trasladó a Nueva Jersey al poco tiempo y tuvo una hija. Estuvieron casados cinco años, hasta que en el 2004 decidieron separarse y firmaron un acuerdo que establecía que ninguna de las partes podía sacar del país a la niña sin el consentimiento del otro, de forma que el pasaporte estadounidense de la menor quedó bajo custodia de un despacho de abogados.
Finalmente, el despacho entregó a Carrascosa el pasaporte y esta se llevó a la niña a España en enero del 2005. Un tribunal español le otorgó a ella la custodia de Victoria, pero otro estadounidense se la dio al padre. En noviembre del 2006, un año después de llevarse a su hija a España, Carrascosa fue detenida durante una estancia en Estados Unidos. En el 2009 fue condenada a 14 años de prisión por desacato y secuestro.
La mujer se negó a llegar a un acuerdo con su exmarido, al que acusó de agredirla e incluso de haber tratado de asesinarla, y los intentos de mediación entre las partes y las correspondientes autoridades han resultado infructuosos.
Carrascosa argumentaba que las autoridades judiciales españolas también se han pronunciado sobre este mismo caso y habían prohibido a la niña salir de territorio español hasta que cumpliera los 18 años.
Tras ser condenada, la valenciana pidió en varias ocasiones la libertad condicional. En el 2012, las autoridades judiciales de Nueva Jersey rechazaron por segunda vez la petición que en esa ocasión había presentado su exmarido.
Las autoridades judiciales concedieron la libertad condicional a Carrascosa en abril del 2015. Desde entonces, no había podido salir de Estados Unidos.
“Tengo un montón de cosas por hacer (...) Tengo que ponerme los zapatos de mi vida. He llevado los zapatos de una vida que no era la mía”, dijo entonces Carrascosa, poco después de tener el primer contacto telefónico con su hija Victoria al quedar en libertad. “Hemos estado llorando las dos como dos Magdalenas”, reveló.
Finalmente, la abogada valenciana aterrizó ayer en el aeropuerto de Manises tan ilusionada por la inminencia de volver a ver a su hija como agotada por las emociones vividas en las últimas horas.
“Gracias a España por haber estado todos apoyándome de la forma en la que habéis estado apoyándome”, señaló a los periodistas que la esperaban en el aeropuerto. Le preguntaron si había vivido un “calvario horrible” y asintió con la cabeza.
La abogada ha estado más de dos años a la espera de poder salir de EE.UU.