La tiranía del Quick Step en los sprints llega a la Vuelta
Dos sprints en la Vuelta y dos victorias del Quick Step. Nada nuevo bajo el sol de Tarragona. La Vuelta llegó a Catalunya y el equipo belga impuso su tiranía. Si en la segunda etapa, en Narbona, hicieron doblete –ganó Lampaert por delante de Matteo Trentin–, ayer en la meta en el anillo de las instalaciones de los Juegos Mediterráneos del 2018 remató el italiano por delante de Juanjo Lobato (Lotto NL) demostrando la superioridad de los velocistas de Patrick Lefevere en los sprints.
A nadie le puede extrañar el dominio del Quick Step en las llegadas masivas. De hecho, va camino de convertirse en una tiranía esta temporada. Ya pasó en el Giro y se repitió en el Tour. El colombiano Fernando Gaviria levantó cuatro veces los brazos en Italia y el alemán Marcel Kittel se llevó cinco etapas. Ahora, con Lampaert y Trentin, extienden el dominio en la Vuelta. Y el Quick Step ya suma dos en la carrera española, además del segundo puesto de la general para el sabadellense David de la Cruz, que sigue a dos segundos del líder, Chris Froome (Sky).
Evidentemente, el conjunto belga fue uno de los más interesados en echar abajo la escapa del día, formada por Diego Rubio (Caja Rural) y Rossatto (Cofidis). Incluso puso a trabajar a Bob Jungels para neutralizar a los aventureros. El plan les volvió a salir redondo. Como una maquinaria perfectamente engrasada Alaphilippe preparó la llegada antes del último kilómetro, Lampaert lanzó el sprint y Trentin fue muy superior.
El Quick Step siempre ha sido la casa de los grandes velocistas. La estructura de Lefevere, en sus diversas denominaciones, ha contado en sus filas con Tom Steels, Johan Museeuw o Tom Boonen, pero nunca había monopolizado los sprints como este año en el que Phillipe Gilbert también se ha apuntado dos clásicas como el Tour de Flandes y la Amstel Gold Race.
“Después de mi caída del Tour buscaba prepararme bien para la Vuelta y lo he conseguido”, dijo en la meta un pletórico Trentin, de 28 años, dando las gracias también a sus compañeros. “El otro día ayudé a ganar a Lampaert y hoy me ha ayudado él a mí. Estoy orgulloso del Quick Step”, explicó el ganador, que a partir de la temporada que viene correrá en el Orica.
La aproximación a Tarragona, después del paso por Valls, fue peligrosa con varias caídas. En la última, a cuatro kilómetros de meta, se vieron implicados Domenico Pozzovivo (Ag2R), que era noveno de la general y que entró a 3m25s, y Dani Moreno, el mejor clasificado del Movistar después de la etapa de Andorra y que ayer perdió 1m38s.
Los escaladores deberán aparecer de nuevo hoy en la subida a la ermita de Santa Lucía, en Alcossebre (Castellón), un puerto de tercera que es el primer final en alto de esta Vuelta.
LA RACHA SIN FIN Trentin da continuidad a las cuatro etapas de Gaviria en el Giro y las cinco de Kittel en el Tour