Los yihadistas se detuvieron varias veces a comprar antes del atentado de Cambrils
Los Mossos logran reconstruir con imágenes el periplo de los terroristas
A través de imágenes captadas por las cámaras de seguridad de estaciones de servicio y comercios, la policía catalana ha reconstruido los movimientos de los terroristas que actuaron en Cambrils, a los que se ve tranquilos, incluso bromeando, en alguna de las tiendas.
Hubo un tiempo en que se nos explicó que los yihadistas, los mártires de esa presunta guerra santa, se sometían a rituales antes de cometer atentados. Se purificaban, se lavaban y rezaban antes de matar.
Omar Hichamy, Houssaine Abouyaaqoub, Said Aalla, Mohamed Hichamy y Moussa Oukabir, los cinco terroristas abatidos el jueves por la noche en Cambrils, se comportaron las horas antes del atentado como una cuadrilla de chavales, de amigos, de colegas que bromean entre ellos, ríen y esperan con tranquilidad su turno para pagar en la caja de la tienda de la gasolinera en la que llegaron a entrar hasta en cuatro ocasiones.
La Vanguardia ha tenido acceso a varias imágenes de esas horas previas en las que los cinco terroristas, todos con cinturones de explosivos falsos anudados en la cintura, se llevaron por delante un control de seguridad de los Mossos d’Esquadra, arrollaron a varias personas, apuñalaron a otra y murieron abatidos por los disparos de los policías, en el paseo marítimo de Cambrils.
El área de servicio está ubicada en la A-7, en el término de Cambrils, y es la primera gasolinera que se encuentra cuando se abandona la autopista AP-7 en esa localidad.
El primero en pasar por esa estación de servicio que gestiona la Cooperativa de Cambrils es Mohamed Hichamy. Ha tenido una pequeña colisión en la autopista con una de las tres furgonetas alquiladas, y aparece acalorado, sudado y sediento, compra una botella de agua y se la bebe de un trago. Son las cuatro de la tarde. Faltan 50 minutos para el atentado de la Rambla, pero el chalet de Alcanar ya ha volado por los aires, y ya son conscientes de que al menos dos de los tres compañeros de célula están muertos.
Las nuevas visitas al establecimiento se producen a las 18 horas y a las 19 horas, cuando el hermano de Younes Abouyaaqoub compra una carga de teléfono. En ese momento ya sabe que su hermano ha irrumpido en la Rambla con una furgoneta y ha asesinado a 13 personas. Todavía hay una tercera visita, poco antes de las nueve de la noche. Omar Hichamy, Moussa Oukabir y Houssaine Abouyaaqoub se hacen bromas, se pellizcan mientras esperan para pagar la compra de varios encendedores.
Los necesitaban. De allí se dirigieron a la masía abandonada de Riudecanyes donde prepararon una pequeña hoguera en la que quemaron documentación y algunos pasaportes. Los investigadores aún recuperaron entre las cenizas restos del material que querían destruir.
Cuatro horas después iban a protagonizar un atentado, por ello, sobre las nueve y media entraron a un bazar chino de las afueras de Cambrils y compraron un hacha y cuatro cuchillos. Les entró hambre. Por eso regresaron a la gasolinera y compraron dos barras de pan, tortillas y bebidas sin alcohol.
Lo que pasó después ya se ha contado. Sobre la una y diez de la madrugada, esos cinco chavales que bromean, se dispusieron a matar.
Las imágenes de las cámaras de seguridad, como hace tiempo que sucede en numerosas investigaciones policiales, tienen la calidad de la prueba para los policías y sirven, cuando se conocen, para que el resto de los ciudadanos se hagan una idea real de cómo sucedieron las cosas y cómo estaban los protagonistas de las acciones. Ese es el valor de estas imágenes que hoy adelanta La
Vanguardia: constatar que hace tiempo que no hay un único perfil de terrorista capaz de provocar una tragedia.
Esas investigaciones avanzan sin pausa en los dos frentes, el policial y el judicial. El juez de la Audiencia Nacional, Fernando Andreu se halla a la espera de nuevos datos sobre
SIN IDENTIDAD El grupo quemó toda su documentación en una vieja casa de Riudecanyes
Y SIN DESTINO La Fiscalía cree difícil establecer cuál era el objetivo de los planes de la célula terrorista
el detenido que permanece en dependencias policiales, Salh El Karib. El magistrado ha prolongado por tres días la detención de El Karib porque fue quien pagó el billete de avión utilizado por Driss Oukabir para viajar a Marruecos en agosto. El Karib tiene un locutorio en Ripoll, y la explicación que ha dado sobre lo que pudiera aparecer como un apoyo económico al grupo terrorista es que Moussa Oukabir quiso hacerse cargo del pasaje, pero carecía de tarjeta de crédito. Por tanto, convinieron que fuera El Karib quien lo sacara con su tarjeta, para luego cobrarlo a Moussa con un recargo. El juez espera a que los Mossos completen su investigación en el locutorio y la tarjeta de crédito de El Karib, para comprobar si esta clase de actuaciones eran frecuentes en su negocio. Si lo eran, es muy probable que quede en libertad.
En cuanto a los planes del grupo ni el juez ni la Fiscalía albergan la menor duda de que perseguían lo que el propio Andreu calificó como “una acción terrorista de gran envergadura”. Pero será difícil establecer si hubo objetivos muy definidos. Según ha declarado Mohamed Houli Chemlal, los terroristas querían atacar monumentos e iglesias de Barcelona, y sólo esperaban a que el material explosivo que iban a utilizar se secara. En esas conversaciones, mencionaron la Sagrada Família, por ser la más conocida, según manifestó también Mohamed Houli en la segunda de las seis declaraciones que prestó ante los Mossos. No hay indicios de que la Fiscalía, sin embargo, vaya a sostener que la célula tuviera planes concretos con respecto a la basílica. Esta posición de los fiscales sería coherente con la idea de que Houli –quien no aludió a la Sagrada Família en su declaración ante el juez– menciona dicho templo en aquel interrogatorio policial como un enclave que fue citado en alguna conversación por los terroristas, sin que exista constancia de que hubieran decidido atacarlo.