May, dispuesta a aceptar tribunales mixtos de arbitraje con la UE
El Reino Unido está dispuesto a aceptar la jurisdicción indirecta de los tribunales europeos si es el precio que pagar por el “mayor acceso posible al mercado único y la unión aduanera”. Se trata de la mayor concesión potencial realizada hasta ahora por el Gobierno de Theresa May, que había prometido la total independencia judicial del país a partir del momento en que se materialice el Brexit y se abandone la UE.
Londres, en un documento de trabajo presentado dentro de su campaña para acelerar el comienzo de las negociaciones con Bruselas para un acuerdo comercial, sugiere la creación de tribunales de arbitraje para resolver las disputas con la Unión Europea, integrados por una combinación de jueces británicos, de los países de la UE y de terceros países, en un modelo similar al que se aplica a los países de la Asociación Europea de Libre Comercio, mencionando expresamente los ejemplos de Noruega, Islandia y Suiza.
La concesión, considerada por los expertos como inevitable si el Reino Unido quiere evitar el más duro de los Brexit, ha irritado al ala más euroescéptica del Partido Conservador, que ha convertido en su objetivo más simbólico la total ruptura con la Corte Europea de Justicia, y que haya exclusivamente “tribunales británicos para los ciudadanos británicos”. Para dorar la píldora, May ha dicho que la supeditación judicial no será “directa” sino “indirecta”, y que Londres asumirá “voluntariamente” las sentencias que corresponda.
Downing Street se mantiene sin embargo firme en la negativa a que sean los tribunales europeos quienes se encarguen de proteger los derechos de los tres millones largos de ciudadanos de otros países de la UE que residen en el Reino Unido, insistiendo en que la justicia de este país “está perfectamente capacitada para hacerlo”. Ese tema, junto con la frontera irlandesa y el monto de la factura final de divorcio, es una de las “cuestiones previas” en las que Bruselas exige progresos sustanciales antes de empezar a hablar de comercio.
La concesión en materia judicial es prueba de la débil posición negociadora de Londres. La publicación a lo largo de la última semana de una serie de propuestas sobre las distintas facetas del Brexit es una manera de intentar demostrar que todos los temas están interrelacionados y es imposible hablar de inmigración, aranceles o la frontera irlandesa sin hacerlo de comercio, que es lo que le interesa.