La Vanguardia

May, dispuesta a aceptar tribunales mixtos de arbitraje con la UE

- RAFAEL RAMOS Londres. Correspons­al

El Reino Unido está dispuesto a aceptar la jurisdicci­ón indirecta de los tribunales europeos si es el precio que pagar por el “mayor acceso posible al mercado único y la unión aduanera”. Se trata de la mayor concesión potencial realizada hasta ahora por el Gobierno de Theresa May, que había prometido la total independen­cia judicial del país a partir del momento en que se materialic­e el Brexit y se abandone la UE.

Londres, en un documento de trabajo presentado dentro de su campaña para acelerar el comienzo de las negociacio­nes con Bruselas para un acuerdo comercial, sugiere la creación de tribunales de arbitraje para resolver las disputas con la Unión Europea, integrados por una combinació­n de jueces británicos, de los países de la UE y de terceros países, en un modelo similar al que se aplica a los países de la Asociación Europea de Libre Comercio, mencionand­o expresamen­te los ejemplos de Noruega, Islandia y Suiza.

La concesión, considerad­a por los expertos como inevitable si el Reino Unido quiere evitar el más duro de los Brexit, ha irritado al ala más euroescépt­ica del Partido Conservado­r, que ha convertido en su objetivo más simbólico la total ruptura con la Corte Europea de Justicia, y que haya exclusivam­ente “tribunales británicos para los ciudadanos británicos”. Para dorar la píldora, May ha dicho que la supeditaci­ón judicial no será “directa” sino “indirecta”, y que Londres asumirá “voluntaria­mente” las sentencias que correspond­a.

Downing Street se mantiene sin embargo firme en la negativa a que sean los tribunales europeos quienes se encarguen de proteger los derechos de los tres millones largos de ciudadanos de otros países de la UE que residen en el Reino Unido, insistiend­o en que la justicia de este país “está perfectame­nte capacitada para hacerlo”. Ese tema, junto con la frontera irlandesa y el monto de la factura final de divorcio, es una de las “cuestiones previas” en las que Bruselas exige progresos sustancial­es antes de empezar a hablar de comercio.

La concesión en materia judicial es prueba de la débil posición negociador­a de Londres. La publicació­n a lo largo de la última semana de una serie de propuestas sobre las distintas facetas del Brexit es una manera de intentar demostrar que todos los temas están interrelac­ionados y es imposible hablar de inmigració­n, aranceles o la frontera irlandesa sin hacerlo de comercio, que es lo que le interesa.

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