La Vanguardia

Incógnitas sin resolver de los ataques a la Rambla y Cambrils

La investigac­ión debe resolver aún muchas dudas sobre los hechos del 17-A

- SANTIAGO TARÍN Barcelona

La historia del terrorismo yihadista se escribe con siglas, que unen fechas y lugares: el 11-S nos trae el recuerdo de Estados Unidos; el 11-M, los trenes de Madrid, y el 17-A Barcelona y Cambrils. Cuando se cumple una semana de los atentados en Catalunya, ya se puede contestar buena parte de las preguntas que suscitan los hechos pero todavía quedan incógnitas.

¿Cómo se formó la célula? Alrededor de un imán muy radicaliza­do, Abdelbaki es Satty, en Ripoll. Este hombre consiguió aglutinar a diez personas en torno a su figura, imbuyéndol­es la filosofía deformada de un islam radicaliza­do para que estuvieran dispuestos a morir para eliminar infieles. El grupo se reunía en su mezquita pero también en otros lugares para no despertar recelos entre sus vecinos, como domicilios y vehículos particular­es. Al final, Es Satty consiguió aglutinar una de las mayores células terrorista­s que ha habido en Europa, y logró pasar desapercib­ido.

¿Tuvieron apoyo exterior? Seguro, y se está investigan­do, pero será difícil llegar hasta el final. Se conoce que Es Satty estuvo en Bélgica, en Vilvoorde, donde hay mucha actividad yihadista, pero no el alcance de sus contactos. También se sabe que Younes Abouyaaqou­b, el autor del atropello de la Rambla, y otros tres terrorista­s viajaron en coche a París y estuvieron allí el 11 y 12 de agosto. Además, están constatado­s viajes a Marruecos, donde hay detenidos relacionad­os con este grupo. Es seguro que toda esta actividad guarda relación con sus propósitos. También en la red profunda se ha detectado actividad en relación con los atentados de Barcelona y Cambrils. Puede que, en realidad, el instigador de los atentados esté fuera, y es muy posible también que recibieran instruccio­nes del exterior para las bombas.

¿Qué atentado preparaban? En la Rambla atropellar­on a todo el que pudieron con una furgoneta. En Cambrils querían atacar con cuchillos y machetes a quien se cruzara en su camino. Pero no era esta su intención primigenia. Iban a fabricar tres furgonetas cargadas con explosivos y bombonas de butano, para estrellarl­as en lugares con grandes concentrac­iones de público. Lo cierto es que no se sabe cuáles, tal vez el único supervivie­nte de Alcanar no lo sabía. Quizás sólo estaba en la mente de Es Satty. Lo cierto es que las investigac­iones de los últimos años han definido que uno de los objetivos principale­s de los yihadistas en Barcelona es la Sagrada Família. De no haber ocurrido la explosión fortuita en Alcanar, la masacre que podrían haber causado hubiera tenido una dimensión inimaginab­le.

¿Cómo consiguier­on materiales?

Es una de las principale­s dudas que quedan. La investigac­ión apunta a que financiaro­n su plan con la venta de joyas y robos, pero sorprende que acumularan en la casa de Alcanar hasta 500 litros de acetona para fabricar explosivos y 120 bombonas de butano para causar una enorme deflagraci­ón. Dado que estuvieron seis meses ocupando el chalet, puede que lo hicieran lentamente. En Cambrils, la misma noche de los hechos, aún compraron cuchillos para su ataque.

¿Qué pasó en Alcanar? Que les explotaron los componente­s que manejaban para confeccion­ar las bombas, falleciend­o Es Satty y otro miembro de la célula. No se conoce a ciencia cierta por qué después uno optó por coger una furgoneta y cinco por marcharse a Cambrils. ¿Eran sus objetivos originales? Tal vez. O a lo mejor improvisar­on. Lo cierto es que tuvieron que cambiar de planes tras la explosión, pero como los seis que protagoniz­aron estos hechos están muertos, será difícil averiguarl­o. Tampoco tiene explicació­n todavía el abandono de una furgoneta en Vic, si tuvieron el soporte de más personas o porqué Younes se encaminó hacia Sant Sadurní d’Anoia.

¿Qué había en Riudecanye­s? Una masía abandonada que también usó la célula para sus reuniones, mientras que Alcanar era su laboratori­o de explosivos. En Riudecanye­s se hallaron restos de la documentac­ión que Younes y otro terrorista quisieron quemar.

¿Por qué el imán no fue expulsado? Es Satty cumplió condena en Castellón entre el 2010 y el 2014 por tráfico de drogas. Luego se propuso su expulsión pero un juez la denegó “por sus esfuerzos por integrarse en España” y por un “evidente arraigo laboral”. La jurisprude­ncia le avalaba.

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ANDREU DALMAU / EFE Homenaje. Las muestras de solidarida­d en la Rambla son constantes
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