El huracán ‘Harvey’ pierde fuerza mientras castiga a Texas con dureza
El ciclón provoca graves inundaciones y deja sin electricidad a 300.000 usuarios
Desde que el huracán Harvey tocara tierras texanas el pasado viernes ha ido perdiendo fuerza o, si se prefiere, degradando su categoría dentro de la clasificación Saffir-Simpson que cuenta con cinco niveles, algo que no ha mermado su capacidad de causar daños y estragos en las zonas bajo su influencia. El huracán iba anoche camino de convertirse en un tormenta tropical, aunque a última hora se mantenía dentro de la categoría 1 de las cinco que tiene el citado baremo.
El viernes, Harvey era un huracán de fuerza cuatro calificado como “amenaza mortal” por las autoridades. Tocó tierra en la localidad de Rockport, situada a unos 50 kilómetros de Corpus Christi. Más allá del panorama de casas destrozadas, árboles arrancados o rotos, o arrastrados por doquier cualesquiera de los objetos mal amarrados que pudieron quedar en las calles, una de las principales consecuencias del poderoso huracán han sido –y anoche seguían siendo– las lluvias torrenciales cayendo sobre el suelo del estado sureño de la estrella solitaria.
La consecuencia inmediata de los fuertes vientos –ayer se registraban vientos de 120 kilómetros por hora, mucho más moderados si se comparan con los 200 que se superaron el viernes– y las fortísimas precipitaciones es las pérdida del servicio eléctrico. Se calcula que unas 300.000 personas habían dejado de tener electricidad en sus domicilios y sus negocios durante la noche de ayer y otras 140.000 sufrieron cortes intermitentes.
No se espera en absoluto que las lluvias remitan hasta el próximo miércoles, lo que hace que las autoridades no bajen la guardia a este respecto y se mantengan activados todos los dispositivos de prevención e intervención. Aunque con fuerza menor, la velocidad de desplazamiento de Harvey, que anoche era de nueve kilómetros por hora, aumenta la destrucción a su paso. El huracán se hallaba anoche a unos 40 kilómetros al oeste de Victoria y a 135 kilómetros al sureste de San Antonio, ambas ciudades pertenecientes al estado de Texas.
El Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Estados Unidos considera muy alto todavía el riesgo de “inundaciones catastróficas” como consecuencia de las fuertes e incesantes precipitaciones. En puntos del mapa texano donde el agua acumulada ofrecía alturas de unos 25 centímetros, se cree que con las horas alcanzará cotas de entre 75 centímetros y el metro de profundidad. Ciudades tan importantes como San Antonio o Houston podrían registrar “históricas inundaciones” y, muy probablemente, también en la zona del Valle del Río Grande, donde todos los servicios de emergencia están activados.
Al temor a graves inundaciones provocadas por las crecidas de los cauces, hay que sumar la marejada ciclónica que trae consigo Harvey, que sumada a la marea podría suponer un aumento del nivel del mar de hasta 3,6 metros en la zona de la costa situada entre las localidades costeras de Port Aransas y Port O’Connor, donde tocó tierra sobre las 22 hora local del viernes.
Es en alta mar donde unos 20.000 cruceristas se han visto estos días atrapados y forzados a desviarse a otros puertos seguros o, sencillamente, esperar semi fondeados lejos de las costas hasta el martes o el miércoles. Puertos tan importantes del estado de Texas como Houston o Galveston están cerrados al tráfico marítimo.
Harvey es el ciclón más poderoso desde los huracanes registrados durante el trágico otoño del 2005 donde otros como el Wilma o especialmente el Katrina causaron víctimas mortales y gigantescos daños materiales y que pusieron en tela de juicio los servicios federales de protección y emergencia. Las acumulaciones de agua pueden alcanzar una profundidad de un metro en las próximas 48 horas