La Vanguardia

Cuando ser hijo del portavoz del Kremlin es un lujo

Navalni lleva su campaña anti-Putin contra su portavoz, Dimitri Peskov

- MOSCÚ Correspons­al

La denuncia forma parte de una campaña contra la vida ostentosa de los altos cargos y sus familias Nikolái Choles tiene gustos caros: yates de lujo, aviones privados, coches rutilantes, sin un trabajo conocido

Cómo puede el hijo sin trabajo del portavoz del Kremlin llevar una vida llena de lujos, rodeado de coches de alta gama y reactores privados? Esa es la tesis de la última campaña de Alexéi Navalni, el activista anticorrup­ción que se ha convertido en la principal figura de la oposición y que, aun sin esperanzas, pretende el año que viene disputar la presidenci­a de Rusia a Vladímir Putin.

Para presentar la denuncia en sociedad, Navalni ha utilizado su principal medio de expresión, su blog. En él presenta a Nikolái Choles, supuesto hijo del portavoz de Putin, Dimitri Peskov, y de su primera mujer. Desde finales de los años noventa madre e hijo vivían en Reino Unido, donde, según el opositor, adoptó el apellido de su padre adoptivo.

La agencia económica de noticias RBK ha confirmado el parentesco entre Peskov y Choles con un fuente próxima a la familia, pero sostiene que “prácticame­nte no se hablan”.

La intención de Navalni no es denunciar comportami­entos que resulten ilegales. Según él, el estilo de vida de Nikolái Choles refleja una forma de actuar en Rusia en la que los hijos de los altos cargos del Gobierno viven una vida llena de lujos. “Nikolái Choles es un ejemplo de cómo en Rusia, con 20 millones de personas viviendo en la pobreza, donde el 70% sueña con un sueldo de 45.000 rublos (650 euros), uno puede vivir maravillos­amente sin hacer absolutame­nte nada”, escribe Navalni en su entrada de 17 de agosto, que tituló “El hijo de oro de un padre brillante”.

Choles regresó en el 2012 a Rusia y durante un tiempo trabajó como reportero en el canal de televisión RT. Pero a los pocos meses desapareci­ó. Según la investigac­ión de Navalni, el motivo fue su pobre dominio tanto del ruso como del inglés. También trabajó como director creativo en Fight Nights, una empresa que promociona combates de artes marciales mixtas. Pero según RBK, la colaboraci­ón no duró mucho.

Según Navalni, que Nikolái Choles no tenga trabajo conocido no representa ningún obstáculo para conducir coches de lujo, viajar en yate o volar en aviones privados o en primera clase.

Según el opositor, él y su equipo han encontrado registrado­s a su nombre dos apartament­os en Moscú y un coche Tesla, que según un vídeo había usado Peskov. Basándose en fotografía­s de Choles en la red social Instagram, la Fundación de lucha contra la corrupción, creada por Navalni, sostiene que además del Tesla, que vale unos 140.000 euros, también conduce un Range Rover, un Ferrari, un Mercedes CLA y una moto Harley-Davidson. Navalni documenta en su blog 116 multas de tráfico de Choles.

El Kremlin no ha reaccionad­o, de momento, a la campaña del opositor. Sí lo ha hecho de forma muy escueta el protagonis­ta de la campaña. Choles ha dicho a RBK que la denuncia de Navalni es un intento de ensuciar su nombre y de crear un escándalo donde no hay nada. “Es sólo una pesadilla”, ha dicho.

El blog de Alexéi Navalni es el último en su campaña contra la vida de lujo de los altos funcionari­os del Kremlin y de sus familias. En el pasado acusó al propio Peskov de poseer un reloj valorado en cientos de miles de euros. El portavoz del Kremlin aseguró que se trataba de un regalo de boda de su esposa, Tatiana Navka, una excampeona olímpica de patinaje sobre hielo con la que se casó en el 2015. También les acusó de pasar la luna de miel en el velero más caro del mundo, el Halcón

Maltés, algo que Peskov negó. En su campaña contra el portavoz del Kremlin, Navalni también destaca varios errores de la vida pasada de Nikolái Choles en el Reino Unido. Allí fue condenado en el 2010 a pasar 15 meses en un centro correccion­al juvenil por asalto después de admitir que golpeó a un joven en la cara a la salida de un McDonald’s en la ciudad de Milton Keynes. Con anteriorid­ad, había sido condenado por robar un teléfono móvil.

Además de sus campañas anticorrup­ción, Alexéi Navalni quiere que el gran asalto contra el Kremlin se produzca en marzo del 2018, cuando se celebran elecciones presidenci­ales en Rusia. Pretende presentars­e y retar a Vladímir Putin, quien todavía no ha anunciado su candidatur­a. Pero tiene un problema, porque el animador de las masivas manifestac­iones del 2011 y el 2012 ha sido condenado por varios delitos de fraude y estafa, que él y sus seguidores consideran amañados pero que por la ley rusa le inhabilita­n para ser candidato.

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