‘I love Cambrils’

Cambrils ha tenido siempre la fama, ganada a pulso, de destino turístico sosegado, donde casi nunca pasa nada malo. “Si quieres estar más tranquilo mientras te das un baño en la playa o degustas un buen arroz, mejor en Cambrils”. El consejo, recurrente, es apuesta segura cuando se tienen visitas y se quiere quedar bien. Aquí, parece que casi todos los turistas van con una marcha menos, a pesar de estar en el corazón de la Costa Daurada, junto al gran epicentro (Salou y Port Aventura), y de que su población se multiplica casi por tres cuando llega agosto, hasta casi 90.000 personas. Mayoritariamente, familias y jubilados. También sus vecinos tienen fama de amantes de la buena vida, de preciar más la pausa que el ajetreo. El atentado ha causado un profundo impacto en todos,

cambrilencs o turistas. De la incredulidad y la alarma de las primeras horas, a la tristeza, la indignación y la solidaridad. Pasan los días y en Cambrils cada vez hay menos ganas de hablar del ataque terrorista, porque sus gentes, sobre todo sus vecinos, quieren mirar hacia delante, aunque sin olvidar a ninguna de las víctimas. Las tiendas, bares, restaurantes y multitud de establecimientos, incluidos los puestos del mercadillo ambulante del miércoles, lucen con orgullo un cartel tan sencillo como clarividente: I love Cambrils, que sustituye el verbo por un corazón rojo, sobre fondo blanco. La iniciativa surgió de forma espontánea de la Unió de Botiguers, cuando el día después del atentado notaron algo de desánimo. “El pueblo estaba muy apagado”, recuerda Enrique Arce, su presidente. El I love Cambrils se ha hecho viral y Cambrils quiere volver a ser lo que ha sido siempre.